No sólo hay turistas extranjeros que dañan obras de arte italianas, como ocurrió hace unos días en la Trinità dei Monti de Roma: también hay turistas italianos que se hacen notar en el extranjero. La semana pasada, en el Museo Reina Sofía de Madrid, el principal museo de arte contemporáneo de la capital española, uno de nuestros compatriotas dañó una obra de arte para hacerse un selfie. Se trataba de un gran conjunto titulado La romería de los cornudos, de Alberto Sánchez (Toledo, 1895 - Moscú, 1962), importante artista y padre de la Escuela de Vallecas, grupo de artistas que difundió en España las innovaciones de los surrealistas. La obra de Sánchez, una representación del ballet homónimo de Federico García Lorca y Cipriano Rivas Cherif, data de 1933 y se encuentra en la sala 205.12 del museo, junto al Guernica de Pablo Picasso.
No está claro cómo la mujer consiguió dañar la obra. El museo resta importancia al incidente y alude a un simple descuido por parte de la turista, pero testigos entrevistados por el diario español ABC informan de que la mujer subió al escenario situado frente a la escenografía (que no es transitable) para hacerse un selfie, pero durante la operación supuestamente tropezó y se agarró a la obra, provocando un desgarro en la superficie pintada.
El incidente ocurrió la semana pasada y, afortunadamente, según el museo, el daño fue menor: se reparó al día siguiente. Sin embargo, según informa ABC, la policía tuvo que acudir al museo porque la mujer se negó a dar sus datos personales. Por otra parte, aunque las consecuencias para la obra fueron modestas, no se puede decir lo mismo de las consecuencias políticas del incidente, que suscitó una polémica en España: el Partido Popular (PP), partido de centro-derecha, criticó que se restara importancia al incidente, y dirigió preguntas parlamentarias al Ministro de Cultura, Miquel Iceta, para saber si el incidente tenía alguna relación con la falta de personal de vigilancia en los museos estatales españoles. En España, de hecho, los museos nacionales tienen el mismo problema que varios museos italianos, y muchos institutos se ven obligados a cerrar por falta de personal. El Reina Sofía, por ejemplo, tiene un déficit de 25 funcionarios, de un total de 119 puestos.
“Aunque cualquier daño de este tipo es responsabilidad, por imprudencia o dolo, de quien lo comete”, dice el PP, “es cierto que se puede prevenir con una planificación adecuada y unos medios de vigilancia apropiados, un hecho que coincide con las denuncias de falta de personal y malestar entre los vigilantes destinados en los museos estatales”. El incidente, además, recuerda mucho al ocurrido en la Gipsoteca Possagno en el verano de 2020, cuando un turista austriaco se tumbó sobre el yeso de la Paolina Borghese de Canova para hacerse una foto en la misma pose que la escultura, provocando así la rotura de los dedos de los pies de Paolina. Los vándalos turísticos, en fin, no conocen límites.
En la imagen, la obra dañada
Museo Reina Sofía de Madrid, un turista italiano daña una obra de arte para hacerse un selfie |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.