El Reglamento de Policía Urbana de Roma Capitale, que entró en vigor en julio del año pasado, habla claro: entre las conductas prohibidas en lugares públicos se incluye el “vivaqueo”, entendiendo por tal “permanecer en un lugar público de forma desaliñada y/o contraria al decoro, así como sentarse, incluso consumir alimentos y/o bebidas en bienes del patrimonio histórico, artístico, arqueológico y monumental (fuentes y escaleras, hallazgos arqueológicos) y en terrenos públicos (calles, callejones, plazas) o privados”. Sanción: multa de hasta 400 euros. Todo en nombre del decoro, como sugiere la propia normativa. En resumen: no puedes sentarte en la Plaza de España, pero los usuarios de las redes sociales se preguntan ahora si se viola el principio de decoro cuando no son turistas o ciudadanos los que invaden la Plaza de España, tapando la vista de Trinità dei Monti, sino un bosque de mesas de una tetería.
Resulta que, en este extraño verano dominado por la pandemia del Covid-19, uno de los salones de té más famosos de la capital, Babington’s, ha abierto un “nuevo dehors” (como lo llama Babington’s en sus perfiles sociales, probablemente pensando que la “s” final de “dehors” es un plural): en realidad, se han limitado a ocupar una parte de la plaza con mesas y sillas, todas apoyadas directamente sobre los adoquines. Nada ilegítimo, al menos por este verano: una de las medidas introducidas en mayo con el Decreto Rilancio es la suspensión de las autorizaciones de superintendencia para los dehors de los locales, destinada a favorecer la reanudación de las actividades tras los meses de encierro. Al presentar la medida, el Ministro de Patrimonio Cultural, Dario Franceschini, había explicado que la suspensión del régimen de autorizaciones serviría para facilitar las intervenciones, que afectaría a intervenciones reversibles (como la de Babington’s) y que sólo duraría tres meses.
Babington’s, un salón de té con una larga historia (de hecho, fue abierto en 1893 como lugar de encuentro de la comunidad anglosajona en Roma por dos chicas inglesas, Isabel Cargill y Anna Maria Babington), presentó el dehors en estos términos: “Hemos abierto un espacio dedicado a ustedes, a sus tés altos y aperitivos viendo tintinear la Escalinata Española de Trinità dei Monti al atardecer, todas las tardes de agosto. Nuestro nuevo dehor y salón de té estarán abiertos para que pueda saborear el verano romano en toda su belleza”. En resumen, hasta finales de mes, quienes lo deseen podrán tomar el té o el café con las suelas de los zapatos apoyadas directamente en el pavimento de la plaza de España, en las mesas de Babington’s, convenientemente separadas del resto de la plaza por cuerdas de terciopelo.
La “sorpresa” fue sin duda bien recibida por muchos (¡hay incluso quien espera que los dehors se mantengan incluso en la era postcovida!), pero el impacto en la estética de la piazza ha hecho que muchos levanten la nariz. Hay quienes, en voz baja, escriben que prefieren “el ambiente interior, de salón de té”. Los hay que consideran las desventajas de la ubicación en plein air, en parte por el hecho de que no hay refugio contra el sol o la lluvia, y los adoquines calentados todo el día por el sol romano de agosto no son precisamente el mejor refresco. Otros, sin embargo, no son tan sutiles. ¿No le parece un poco excesivo?“, pregunta Marina. Con la complicidad de Roma Capitale”, escribe Daniele, “habéis arruinado la plaza con estos cuatro taburetes, alardeáis de ello en las redes sociales y la gente hasta se alegra. Qué triste... y también qué asco diría yo”. “¿No para sentarse en los escalones, sino para invadir una plaza histórica con sillas y mesas?”, pregunta Valerio. Cristiana ya se pone dura: ’Realmente sois unos tiburones, atentos no al decoro del lugar sino sólo al dinero. Es horrible lo que habéis hecho. Como guía turístico, no volveré a recomendar su salón de té, que ha descendido al nivel de un café de suburbio’.
En cualquier caso, habrá que esperar hasta septiembre para volver a ver la Plaza de España despejada: de momento, según muchos, las normas de decoro, al menos para mesas y sillas, parecen haberse suspendido...
En la imagen, la foto publicada por Babington’s en Facebook para presentar el nuevo truco.
Roma, la Plaza de España invadida por mesas de salón de té. Y hay controversia |
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