Con 370 votos a favor, 16 en contra y 29 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó ayer el proyecto que convierte en ley el decreto-ley nº 45, de 1 de abril de 2021, por el que se establecen “medidas urgentes en materia de transportes y para la regulación del tráfico de cruceros y del transporte marítimo de mercancías en la laguna de Venecia”: se trata del decreto con el que el Gobierno impuso el cese de la navegación de grandes buques en la dársena de San Marcos de Venecia. El decreto estipula que la Autoridad Portuaria del Mar Adriático Norte, responsable también de la laguna de Venecia, debe convocar un "concurso de ideas " en un plazo de 60 días para elaborar propuestas de puntos de atraque fuera de la laguna.
El problema, sin embargo, es que por el momento los barcos seguirán llegando a la Estación Marítima de Venecia, y para hacerlo seguirán pasando por la Dársena de San Marcos. Antes de que se identifiquen los nuevos atracaderos, de hecho, los buques tendrían que atracar en el puerto de Marghera: sin embargo, se trata de un puerto comercial, al que también llegan buques mercantes, y, según informa la prensa local, el puerto de Marghera no permite cumplir los protocolos sanitarios actuales (y, aunque así fuera, los atracaderos no están listos de todos modos y se tardaría mucho tiempo en acondicionarlos). Esto crea una paradoja: la ley impone el cese del paso de los barcos de San Marco, pero de hecho seguirán pasando por San Marco, sin que haya un calendario definido sobre los nuevos puntos de atraque. De momento, se estudian dos planes: uno que prevé atracar en la ensenada del Lido y transportar a los pasajeros a la Estación Marítima por medios ecológicos, y otro que prevé una terminal en la ensenada del Lido conectada a la isla artificial de Mose.
Y a la espera de que se concreten los nuevos puntos de atraque, la hipótesis más factible (y la que más agrada al gobierno) parece ser la construcción de una terminal provisional en Marghera (que, sin embargo, no estaría lista hasta dentro de un año): la autoridad portuaria ya ha convocado el concurso para el proyecto de viabilidad. En este caso, los buques, entrando por la ensenada de Malamocco, recorrerían el Canale dei Petroli para llegar a la terminal. Sin embargo, el problema, señala el Comitato No Grandi Navi, es que el Canale dei Petroli (al igual que el Canale Vittorio Emanuele II, que podría utilizarse para el tráfico de buques menos voluminosos) requiere excavaciones para adaptarse al tráfico de cruceros. “Y las nuevas excavaciones”, explica el Comité en una nota, “son incompatibles con el equilibrio hidrogeológico y morfológico de la Laguna, ya alterado en las últimas décadas”.
Para el 5 de junio, día en que regresará a Venecia el primer crucero tras la emergencia del Covid (el MSC Orchestra), el Comité ya ha convocado una manifestación en las Zattere para exigir que se mantenga efectivamente fuera de la laguna a los grandes buques, así como ciertos plazos para la realización de los proyectos.
Foto: crucero en la dársena de San Marcos. Foto de Wolfgang Moroder
Venecia, el freno a los grandes buques es ley. Pero pasará algún tiempo antes de que suceda |
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