Pisa es candidata a capital italiana de la cultura, pero los museos están cerrados. La denuncia de "Una città in comune

Pisa está en el grupo de las 44 ciudades candidatas al título de Capital Italiana de la Cultura 2021, y sin embargo no estaría equipada para este exigente reto. Esta es al menos la tesis de la lista cívica "Una città in comune", que ha publicado hace unas horas una nota en la que afirma, sin ambages, que si Pisa llega a convertirse en capital de la cultura, lo hará... a puerta cerrada. No es la primera vez que Pisa intenta alzarse con el título: ya compitió por ser capital italiana de la cultura en 2016 (derrotada en la final por Mantua), y volvió a intentarlo al año siguiente cuando, tras llegar de nuevo a la final, fue derrotada por Pistoia. Ahora, la ciudad de la Torre vuelve a optar al título en 2021.

Hay, sin embargo, no pocos problemas, según “Una città in Comune”. Mientras tanto, los museos: los datos sobre las entradas de 2018, escribe la lista en una nota, “son alarmantes y no hacen más que confirmar el estado comatoso del arte en el que se encuentran la ciudad y el territorio desde hace años: los tres museos nacionales (Certosa di Calci, Musei di San Matteo y Palazzo Reale) han registrado en conjunto unas 35.000 entradas, de las cuales menos de 20.000 visitantes de pago”. Y de nuevo: “si las encuestas se refirieran a 2019, nos encontraríamos ante algo aterrador: desde hace meses, el Museo Nacional de San Matteo, una de las colecciones de arte medieval más importantes del mundo, abre sus puertas los domingos por la mañana y de martes a sábado en horarios fijos (8:30, 10:30, 12:30, 14:00, 16:00 y 18:00) por falta de personal. Quienes han tenido la oportunidad de visitarlo en las últimas semanas, esperando pacientemente a que se abriera la puerta, se han encontrado con un lugar abandonado, desierto y, además, sin calefacción. Al fin y al cabo, los pequeños museos nacionales han sido condenados a perpetuidad por la Reforma Franceschini: sin personal y sin fondos, dirigidos por un único director del Polo Museístico Regional, del que dependen decenas de instituciones, que nunca se ha pronunciado al respecto”.

Los problemas de apertura también afectan al nuevo Museo de Barcos Antiguos: “sigue abriendo sus puertas sólo los miércoles de 14:30 a 18:30 y de viernes a domingo de 10:30 a 18:30. Las cosas deberían haber cambiado, en cambio todo languidece, pero ¿por qué? Porque el Ministerio (que durante más de veinte años ha invertido casi otros tantos millones de euros en las excavaciones y luego en la creación del museo) no tiene dinero para gestionarlo y se lo ha confiado a una cooperativa de jóvenes voluntariosos y preparados, que no pueden hacer más que eso. En consecuencia, el precio de la entrada es el de cualquier museo privado: para las escuelas el coste es de 5 euros por persona, 120 euros por grupo si se solicita una visita guiada; en total unos 10 euros por niño. En los museos nacionales, la entrada para grupos escolares es gratuita”.

Lo que falta, según “Una città in comune”, es “una política cultural seria, que cree una sinergia entre las distintas instituciones, que conduzca en primer lugar a una entrada conjunta que implique también a los museos locales”, ya que hay realidades que, por el contrario, funcionan muy bien, como el Museo dell’Opera del Duomo y el Palazzo Blu, señal de que no faltan visitantes.

A la sombra de la Torre, concluye la nota de “Una città in comune”, “el panorama cultural es desolador y además de lo que podría ser el sistema museístico de Pisa, no hay que olvidar la crítica situación de las bibliotecas cívicas y no sólo (de la Biblioteca Universitaria ya ni se habla). Somos la Capital de la Cultura... a puerta cerrada”.

En la foto: el Museo Nacional de San Matteo. Foto Crédito

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