Continúa laodisea de los restauradores, que en Finestre sull’ Arte también habíamos denunciado en un artículo publicado el 6 de abril. Tras el gran concurso que el Ministerio de Patrimonio Cultural convocó en 2016, todos los ganadores fueron contratados, y recientemente se ha producido un desplazamiento de las listas de candidatos idóneos: esto ha sucedido para todos los perfiles, excepto para los restauradores, que siguen esperando, desde noviembre de 2017, la publicación de la lista de clasificación. Se trata de 171 licenciados y profesionales que han quedado en suspenso, y que esperan respuestas del Estado. En nuestra redacción hemos recibido una carta abierta de Alessia Zaccaria, restauradora que denuncia abiertamente la lamentable situación que viven los restauradores. Por ello, esperamos que quienes son competentes en la materia puedan dar a estos profesionales, indispensables para el patrimonio italiano y formados con un alto nivel de capacitación y erizados de sacrificios, las respuestas que merecen, porque de ello depende también el futuro de nuestro patrimonio cultural. A continuación reproducimos el texto de la carta.
El 30 de agosto de 2018 se derrumbó el tejado de la iglesia de San Giuseppe dei falegnami, en Roma. Una restauración que finalizó hace unos cuatro años, un periodo de tiempo demasiado corto para que se justifique un derrumbe de esta magnitud, sin olvidar que en el diseño de las restauraciones -por ley- debe indicarse también un plan de mantenimiento para que nunca se produzcan catástrofes de este tipo. Lo que ha ocurrido se debe principalmente a la falta de técnicos especializados en la plantilla del Mibac que puedan comprobar la calidad de los materiales utilizados para la restauración y la bondad de los planos presentados en la fase de licitación.
El ministro pareció conmocionado e indignado por lo sucedido, e inició reuniones con representantes de las superintendencias (el 5 de septiembre) y representantes sindicales (el 6 de septiembre) reuniones a través de las cuales ilustró su programa y su punto de vista dedicado al “pragmatismo” y la “transparencia”.
El ministro hizo hincapié, con razón, en la escasez de personal cualificado en la mano de obra, y profetizó la publicación de numerosas licitaciones, la primera a partir del año que viene.
Al leer el informe de los sindicatos, nuestra categoría no puede sino indignarse, ya que no se menciona la figura del restaurador, ni como lista profesional ni como funcionario. Pero prosigamos por orden.
Hace casi 10 años que se prometió a nuestra categoría, en aplicación del artículo 29 del Decreto Legislativo 42/2004 (más conocido como Código del Patrimonio Cultural y del Paisaje), una lista profesional para establecer quién puede o no ejercer la profesión, y acabar con la existencia de restauradores improvisados que arruinan irreversiblemente nuestro patrimonio artístico. Tras numerosos aplazamientos (de 6 meses en 6 meses y de año en año), los trabajos llegaron por fin a su fin el 31 de mayo de 2018, cuando un Ministerio triunfante reunió a los sindicatos y decretó el fin de una era de espera y prometió la publicación de la lista “en breve”. A día de hoy, 6 de septiembre de 2018, la lista sigue sin publicarse.
Paralelamente a los numerosos aplazamientos, en abril de 2016 se publicó la convocatoria ’Mibact 500 per la cultura’, en la que se sacaron a concurso 80 puestos en toda Italia para el perfil de oficial de restauración. La convocatoria preveía un total de 500 puestos, que posiblemente se duplicarían a lo largo de los tres años en los que las listas de aptos para los distintos perfiles permanecerían vigentes para el proceso de preselección. Entre las diversas figuras requeridas figuraban: Antropólogos, demoetnoantropólogos, responsables de promoción y comunicación, historiadores del arte, arquitectos, arqueólogos, archiveros y bibliotecarios. La convocatoria de candidaturas para el perfil de Oficial Restaurador presentaba desde el principio una gran incoherencia: se exigía estar en posesión del título de restaurador según el artículo 29 o el artículo 182 del Decreto Legislativo 42/2004 (Código del Patrimonio Cultural y del Paisaje) en el momento de presentar la candidatura, es decir, el título debía haberse obtenido antes de junio de 2016 (en aquel momento, esta era la fecha en la que el Ministerio debía finalizar los trabajos y publicar la citada lista). Los problemas surgieron a partir del momento en que la comisión interministerial encargada de verificar los requisitos y confeccionar la lista solicitó una nueva prórroga de 6 meses, luego prorrogada por otro año, luego prorrogada por otros 3 meses, y finalmente aplazada hasta el 31 de mayo de este año.
Los participantes afines al itinerario formativo del abajo firmante participaron sin reserva, poseyendo los requisitos ex art.29 (restauradores que hayan obtenido el título con titulación dedicada, master class de ciclo único en conservación y restauración de las BB.CC. en curso); los demás participantes solicitaron y obtuvieron con sentencia del Tribunal Administrativo Regional participar con reserva, poseyendo sólo potencialmente el título de restaurador ex art.182 (por años de trabajo, o cursos de formación previos a la institución del master class de ciclo único asociados a años de trabajo, etc.). La oposición comenzó con una prueba de preselección el 3 de agosto de 2016. Sufrió un contratiempo hasta febrero de 2017 (ya que la comisión que debía preparar las pruebas escritas y validar la lista de participantes en la oposición esperó un dictamen del entonces Mibact para proceder a la publicación de la lista de aprobados), los candidatos realizaron las 2 pruebas escritas a mediados de marzo de 2017. La corrección de los trabajos duró casi 8 meses, las orales tuvieron lugar en noviembre de 2017, concluyendo el día 23.
Desde entonces, se ha perdido todo rastro de cualquier comunicación oficial, y ha comenzado un pase de pelota entre Ripam Formez, que garantizaba el funcionamiento de la oposición, y el Mibac. Incluso ahora, cada llamada telefónica a una u otra oficina implica una sucesión de respuestas vagas e imprecisas, y no hay comunicaciones de ningún tipo en los sitios web dedicados. Los otros perfiles tuvieron sus primeras contrataciones ya en mayo de 2017 (antropólogos); los últimos fueron los archiveros, contratados en marzo de 2018. El 1 de septiembre también firmaron y tomaron posesión la mayoría de los aprobados en los escalafones de muchos perfiles, como responsables de promoción y comunicación, arquitectos, archiveros, historiadores del arte y arqueólogos.
Es comprensible cómo, en un día como hoy, en el que la ministra habla de nuevos concursos de contratación que se convocarán ya en 2019, de deslizamiento de los rankings para los últimos candidatos elegibles que quedan, nosotros, los presuntos futuros Oficiales de Restauración, nos sintamos marginados, olvidados, ya que hoy no se ha hecho mención al único perfil de funcionarios que nunca ha visto publicados los rankings.
Las asociaciones profesionales se dedican a presionar mediáticamente para que se publique la lista oficial de restauradores, por lo que 171 usuarios (que, por cierto, en un futuro próximo no sólo verán reconocido su título, sino que se encontrarán con un envidiado contrato indefinido) no tenemos ninguna importancia, ni merecemos la pena. Nos han dejado solos, y sin embargo muchos de nosotros nos encontramos suspendidos en el limbo, sin saber cómo pero sobre todo cuándo seremos llamados a trabajar. La nuestra es una república fundada en el trabajo (art.1 Cost.), nuestra República reconoce y promueve la cultura, protege el paisaje y el patrimonio histórico y artístico de la nación (art.9 Cost.), es vergonzoso como se están violando los principios fundamentales de nuestra Constitución, los mismos que nos hicieron estudiar repetidamente, durante 2 años, para tener la posibilidad de realizarnos profesionalmente dentro de la Administración Pública.
Nápoles, 6 de septiembre de 2018
Alessia Zaccaria
Los restauradores protestan: 'Nos han dejado solos. Vergonzoso que desprecien la Constitución' |
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