En las últimas horas se ha lanzado un llamamiento internacional, firmado por noventa estudiosos de todo el mundo, para salvar la Biblioteca Nacional Central de Florencia, que corre peligro de cierre por falta de personal, como informamos en las páginas de nuestro periódico hace unos días. El llamamiento, promovido por la Asociación de Lectores de la BNCF, está dirigido al ministro de Bienes Culturales , Alberto Bonisoli, que ya ha respondido(ayer, durante la comparecencia ante las comisiones de Cultura de la Cámara de Diputados y del Senado conjuntamente), declarando que la situación de la biblioteca es recurrente, que es necesaria la contratación de personal, y que su intención es convocar un concurso para cubrir dos mil puestos en 2019. Y otros recursos, según el ministro, pueden provenir de la movilidad de personal del Ministerio de Educación.
A continuación publicamos el texto íntegro de la carta y la lista de firmantes.
Estimado Ministro Bonisoli
la Biblioteca Nacional Central de Florencia, la más importante de Italia y una de las más importantes del mundo, corre el riesgo de cerrar por falta de personal y de recursos adecuados a su función. Esta noticia no puede dejar indiferente al mundo de la cultura y a todos los ciudadanos que ven en la cultura uno de los elementos fundantes de nuestra democracia.
Agradecemos enormemente su compromiso de proceder a un plan extraordinario de contratación en el sector del patrimonio cultural.
En el caso concreto de la Biblioteca Nacional Central de Florencia, hay que señalar que, debido a la larga congelación de los concursos y las contrataciones, la prestigiosa biblioteca ha sobrevivido durante veinte años recurriendo a formas de trabajo voluntario y paravoluntario que, de hecho, han sustituido el trabajo de los bibliotecarios. Los 5 bibliotecarios asignados a la BNCF con el último concurso convocado por el Ministro Franceschini son desgraciadamente incapaces de colmar el abismo que se ha abierto en la plantilla. En 2020, la BNCF sólo podrá contar con 10 funcionarios bibliotecarios: a principios de 2018 había 30 y la plantilla sería de 42 funcionarios.
Para hacer frente a la reducción de plantilla (y siguiendo la tendencia general que se ha apuntado en todo el mundo laboral), se ha recurrido cada vez más a la externalización, que a lo largo de los años ha implicado tareas cada vez más cualificadas. Se han confiado tareas a cooperativas cuyos miembros están altamente cualificados y han acumulado una experiencia significativa, y a las que no se ofrece ninguna perspectiva de estabilización.
Todo ello constituye un despilfarro de recursos públicos, es decir, de dinero invertido por el Estado en la formación de profesionales a los que no se ofrece ninguna posibilidad real de empleo (estabilidad, un salario justo, crecimiento y perspectivas de carrera). A esto se añade el despilfarro de energías y competencias que contrasta con la riqueza de un patrimonio cultural, constituido por bibliotecas y archivos, que debe ponerse a disposición de los ciudadanos y que hoy necesitaría profesionales actualizados capaces de aportar ideas innovadoras en el ámbito de la protección, la conservación y los servicios al público.
Si no se actúa a tiempo y con una planificación a medio y largo plazo, este conjunto de circunstancias provocará el cierre de la Biblioteca Nacional Central de Florencia en poco tiempo.
Las bibliotecas nacionales de otros países europeos pueden contar con recursos financieros y humanos muy superiores, mientras que la riqueza de su patrimonio bibliográfico y documental parece resolverse en Italia en un molesto estorbo.
Ministro Bonisoli, nos dirigimos a usted con este llamamiento para pedirle que proceda rápidamente a convocar concursos regulares para personal fijo cualificado. Se trata de una inversión necesaria para salvar un patrimonio de valor incalculable y hacerlo utilizable de manera digna para las generaciones actuales y futuras.
Florencia, 13 de julio de 2018
Firmado por: Adriano Prosperi, Salvatore Settis, Paul Ginsborg, Mauro Guerrini, Giovanni Solimine, Chiara Frugoni, Tomaso Montanari, Paolo Maddalena, Maurizio Sangalli, Maurizio Viroli, Carlo Ginzburg, Massimo Bray, Vittorio Emiliani, Emanuela Scribano, John Dickie, Arnaldo Bruni, Marcello De Angelis, Sandro Bellesi, Battista Sangineto, Daniele Menozzi, Franca Arduini, Gian Biagio Conte, Richard Ingersoll, Antony Molho, Ruth Ben-Ghiat, Lucy Riall, Corrado Viola, Thomas Wallnig, Serge Noiret, Sandra Bonsanti, María Las Nieves Muñiz Muñiz, Roberto Leporatti, Simone Albonico,, Jean-Jacques Marchand, Niccolò Scaffai, Pina Ragionieri, Giulio Ferroni, Francesco Benigno, Margaret Haines, Luca Serianni, Stefania Stefanelli, David Peterson, Stephane Vandamme, Andrea Giardina, Françoise Waquet, Ludovica Sebregondi, Andrea Kerbaker, Benedetta Tobagi, Pietro Beltrami, Davide Conrieri, Stefania Buccini, Franco Montanari, Jonathan K.Nelson, Filippomaria Pontani, Luciano Canfora, Lino Leonardi, Alessandro Barbero, Bernardo Gianni, Lino Pertile, Gino Roncaglia, Angelo d’Orsi, Hanna Malone, Bastian Matteo Scianna, Charles Leavitt, Gabriella M.Romano, Jennifer S Griffiths, Fundación Ezio Franceschini, Maria Gabriella Tigani Sava, Mark Chu, Nicolas Virtue, Stanislao Pugliese, Robert Gordon, Kate Ferris, Claudio Giunta, Perry Wilson, Paul Corner, Marcello Verga, Jean Boutier, Elisabetta Cassina Wolff, Christian Goeschel, Markus Blaser, Enzo Neppi, Luca Danzi, Anna Scattigno, Michelle Clarabut, Luca Fonnesu, Maurizio Torrini, Franco Contorbia, Giovanni Bardazzi, Guglielmo Barucci, Luca Frassineti, Cristina Zampese, Walter Lapini, Massimiliano Rossi, Ilaria Porciani, James Hankins, Maria Predelli, Claudio Marazzini
Imagen: Sala de lectura de la Biblioteca Nacional Central de Florencia. Crédito
Llamamiento internacional a la Ministra Bonisoli para salvar la Biblioteca Nacional Central de Florencia, en peligro de cierre |
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