De momento, el único resultado realmente apreciable del pase verde es que ha dividido aún más las mentes y ha creado un clima pesado, tanto en las redes sociales como en la vida cotidiana: la narrativa mediática ha polarizado la discusión aplastándola sobre el tema genérico de la “libertad”, y ha llegado el previsible enfrentamiento entre facciones, con los que están a favor del pase verde y los que están en contra insultándose en las redes sociales y a veces incluso en directo.
El lamentable comportamiento de los haters no perdona ni siquiera a los canales en los que se discute sobre arte, y lo malo es que, por desgracia, los dos bandos compiten por ver quién se comporta peor, en función de los anuncios que se hacen en las redes sociales. A costa están los que anuncian que, a partir del 6 de agosto, los espacios culturales tendrán que cumplir la normativa y, por tanto, impondrán necesariamente el pase verde, pero también los que anuncian que quieren renunciar a organizar un evento en desacuerdo con las decisiones del Gobierno.
En las últimas horas, los no-passers han asaltado la página de Facebook del Museo Egipcio de Turín, que ha publicado un aviso informando al público de que, como se ha dicho, a partir del 6 de agosto será obligatorio el pase verde para entrar. Hubo muchos comentarios a favor, pero muchos duros contra el museo: “no nos veréis más”, “podéis cerrar”, “qué asco”, “queridas momias, podéis quedaros ahí solas”, “qué vergüenza, deberíais aportar cultura”, “os boicotearemos”, e incluso hubo quien llamó “nazis” a los gestores del museo. Por supuesto, no se cuentan los comentarios de la serie “prescindiremos” o “lo superaremos”, como si al museo le importara. Y luego están los que señalan que, de todos modos, los vacunados son tan contagiosos como los no vacunados.
Los pro-pass, en cambio, vertieron su bilis contra el artista Massimiliano Alioto que, como informamos en estas páginas, no estando de acuerdo con la medida gubernamental optó libremente por cancelar su exposición personal #trappulp en el Palazzo Ducale de Presicce (Lecce), justificándolo con el deseo de no crear discriminación. E incluso en este caso, han surgido comentarios polémicos o sarcásticos hacia el artista en las redes sociales (incluida nuestra página de Facebook, que retransmitió la noticia): “podría haberse ganado sus 15 minutos de fama con sus obras”, “está discriminando a los vacunados”, “hiciste bien en cancelar, al menos no te vemos”, “tenía que conseguir publicidad”, “querido artista, sin el público no existes”, “sobreviviremos a esta pérdida cultural”, “artista no es sinónimo de inteligente”, “eres ridículo”, hasta llegar a los peores insultos directos, y luego las habituales decenas de incontenibles e inútiles “ya se nos pasará”.
Y pensar que los museos estaban en la inmensa mayoría de los casos más que a salvo incluso con separadores, máscaras, geles, aforos reducidos y qué sé yo: y muchos se preguntan ahora si el pase era realmente necesario en lugares de cultura, también a la luz de la tensa situación que está creando.
Foto: el Museo Egipcio
Green pass, el odio bipartidista de los que no pasan y los que pasan llega a los museos y al arte |
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