La cumbre entre Italia y Francia celebrada ayer entre París y Amboise, en la que se rindió homenaje a Leonardo da Vinci, desaparecido en esta misma ciudad del valle del Loira el 2 de mayo de 1519, tuvo también el efecto de acercar a los dos países tras las recientes tensiones por cuestiones de inmigración y las intervenciones de representantes del gobierno italiano a propósito de los disturbios de los chalecos amarillos y el franco CFA. Un encuentro en nombre del arte que comenzó por la mañana en la catedral de Notre-Dame, cuyo techo, como sabemos, quedó destruido en el incendio del 15 de abril: los dos presidentes de la República, Sergio Mattarella y Emmanuel Macron, acompañados por sus respectivos ministros de Cultura, Alberto Bonisoli y Franck Riester, estuvieron presentes en París. La jornada comenzó con una visita a la catedral: Mattarella subrayó que el gran edificio de culto es un símbolo europeo y mostró su gratitud a los bomberos que lo salvaron de la destrucción. Lo que todo el mundo vivió el pasado mes de abril fueron “horas de gran preocupación e implicación emocional”, afirmó el Jefe de Estado.
El Ministro Bonisoli se hizo eco de sus palabras: “es importante para mí estar hoy aquí junto al Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, para dar testimonio de la cercanía de Italia a Francia tras el incendio que causó graves daños a Notre-Dame”, declaró. “Desde el principio, el Mibac ha puesto a sus expertos, excelencias mundialmente reconocidas, a disposición de nuestros amigos transalpinos para la reconstrucción de la catedral, patrimonio de la humanidad”.
La jornada continuó con un homenaje a Leonardo y el inicio de las celebraciones del 500 aniversario de su muerte. Celebraciones que sirvieron para estrechar las relaciones entre Italia y Francia aunque, señaló Mattarella, no había necesidad de un restablecimiento: “nuestros lazos”, reiteró el Presidente de la República, “son tan fuertes, tan profundos históricamente que no había necesidad”, tras la visita al castillo de Chambord, donde la jornada concluyó con un encuentro con medio millar de estudiantes de Italia y Francia. “El vínculo entre nuestros dos países y nuestros ciudadanos es indestructible”, concluyó el presidente Macron, subrayando que la amistad entre ambos países es mucho más profunda de lo que se pinta.
En la imagen, Macron y Mattarella en el castillo de Amboise.
Francia e Italia se unen en Notre-Dame y Amboise en nombre del arte. Macron: "nuestro vínculo es indestructible". |
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