Franceschini responde a los llamamientos: "quizá no se ha entendido la gravedad de la situación

El Ministro de Bienes Culturales , Dario Franceschini, intervino con un vídeo en su página de Facebook sobre la disposición del dpcm de ayer que cerró cines y teatros hasta el 24 de noviembre. En el vídeo, Franceschini respondió a los llamamientos del mundo de la cultura, insinuando que no habrá reaperturas de cines y teatros, y justificando el cierre como un intento de reducir la movilidad ante la gravedad de la situación epidemiológica. “Tras el dpcm de ayer que provocó el cierre de muchas actividades, entre ellas cines y teatros”, comenzó el ministro, “he recibido muchos llamamientos del mundo de la cultura, he leído protestas, he leído artículos, he recibido ataques: todo comprensible porque existe una gran preocupación, preocupación por el valor simbólico tan negativo que tiene el cierre de lugares de cultura, como cines y teatros, sobre todo en un país como Italia que tiene la cultura en el centro de su esencia y naturaleza. Pero también la preocupación por los daños materiales que puedan recibir las empresas y los trabajadores del sector, tanto los más conocidos como los menos”.

“Quisiera responder a los comentarios que he recibido con la misma franqueza con la que se me han dirigido las críticas y observaciones”, prosiguió el ministro. “Tengo la impresión de que no se ha percibido la gravedad de la crisis, no se han percibido los riesgos de contagio en este momento, y además habría que preguntarse por qué cuando se cerraron cines y teatros en marzo no hubo esta oleada de protestas, quizá no se percibió en qué punto estamos”.

Teníamos el deber de intervenir inmediatamente“, afirma Franceschini, ”y cuanto antes intervengamos con las medidas más drásticas posibles, más fácil será detener el crecimiento exponencial de la curva“. Por eso, el cierre de actividades donde se congrega mucha gente no estaba vinculado a una elección jerárquica (sería absurdo elegir así) de importancia, si son más importantes los teatros o los gimnasios, todo el debate un tanto empalagoso al que he asistido. Surgió de la necesidad de reducir la movilidad de las personas: la filosofía, la motivación detrás del cierre de todas las actividades después de las 6 de la tarde es exactamente esa, y cuanto antes se tomen medidas antes se podrá cambiar la tendencia de la curva.”

“Me comprometo a que este cierre sea lo más breve posible”, promete a continuación el ministro. “Obviamente dependerá de la tendencia epidemiológica, pero ese es mi compromiso. Quien gobierna debe asumir responsabilidades, siempre debe ser así, y menos dentro de una emergencia sanitaria, social, económica como ésta. Se pueden hacer las cosas bien o mal, pero debe haber una asunción de responsabilidad colectiva e individual: por eso discutimos en el Gobierno, como era lógico, qué medidas tomar, y cada uno aportó los derechos y las reivindicaciones de los mundos que representa al frente de un ministerio. Pero yo asumo la responsabilidad directa de esta elección, luego el tiempo dirá si fue acertada o equivocada, necesaria o no. Lo que hace falta ahora es poner a todos del mismo lado. Añado mi compromiso de proteger a los trabajadores del espectáculo, especialmente a los menos conocidos, los menos visibles, los trabajadores del cine, para ayudar a las empresas. Como hemos hecho en los últimos meses: hemos destinado 1.200 millones para las artes escénicas y el cine, directamente de los recursos del ministerio, más todo ese conjunto de intervenciones para las empresas en general, intervenciones para el fondo de despido, en sectores que no lo tenían del todo. No basta, no basta, habrá que hacer más, habrá que hacer más: en primer lugar indemnizar inmediatamente a quienes sufrieron las consecuencias del cierre inmediato de este dpcm”.

“Esta mañana he escrito una carta a las televisiones”, ha revelado Franceschini, “pidiendo a las televisiones (a la pública, que tiene el deber, porque es un servicio público, pero también a las otras), que den más espacio a la cultura, que compren espectáculos, que los emitan, que paguen los derechos para ayudar a la cultura no de forma simbólica sino material. Llevamos unos meses trabajando en esta plataforma de la cultura italiana que podrá ofrecer en streaming a quienes no puedan ir al teatro la posibilidad de ver un espectáculo, y así tendremos ingresos y ofreceremos cultura italiana sin pensar en ningún caso en sustituir la relación directa con el público (se llama espectáculo en directo por eso, así que nadie está pensando en sustituir a los teatros, sino en integrar)”.

“Si en una emergencia como ésta el país está dividido, los problemas y los riesgos se hacen mucho mayores”, concluyó el ministro, apelando a la cohesión social. “Creo que la respuesta es que cada uno cumpla con su deber, lo mejor que pueda. Yo también intento hacer simplemente eso. Si cada uno cumple con su deber reconstruiremos ese clima de cohesión social que tanta falta hace, luego llegará el momento de las divisiones y de los análisis sobre lo que se hizo bien y lo que se hizo mal, pero hoy ante los contagios, ante los enfermos, ante los riesgos para la vida, para la salud, no es el momento. Por eso os pido a vosotros que tenéis una gran influencia, a vosotros personalidades de la cultura, a vosotros mundo de la cultura en general, que tenéis una gran influencia en la opinión pública y una gran capacidad porque sois testimonios de valores de una fuerza tan grande como es la cultura en Italia, que hagáis una contribución para la cohesión social, tenemos una gran necesidad de ello”.

Franceschini responde a los llamamientos: "quizá no se ha entendido la gravedad de la situación

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