Ferrara, otro trozo de muralla medieval resurge de la excavación del Castillo Estense

Más sorpresas de la excavación arqueológica frente al Castello Estense de Ferrara, que en los últimos meses ya había sacado a la luz muchas cosas: un tramo de las murallas medievales, la base de la antigua entrada norte del castillo y los restos del oratorio de San Bernardino da Feltre, del siglo XVIII. Ahora, del último tramo de las obras que conducirán a la repavimentación de la plaza frente al castillo estense, están saliendo a la luz porciones de las antiguas murallas que “cierran el círculo” en el perímetro de las fortificaciones de la época, probablemente medieval.

La investigación arqueológica está en curso y corre a cargo de profesionales de Phoenix archaeology (designados por el Ayuntamiento), coordinados por Chiara Guarnieri, arqueóloga responsable del Ayuntamiento de Ferrara, y dará lugar, junto con los demás descubrimientos y nuevos elementos recogidos durante los trabajos, a documentos a disposición de escuelas, ciudadanos e investigadores.

“Esta última parte de la excavación ha estado a la altura de las expectativas”, declaró Guarnieri. “De hecho, hemos podido conectar los elementos adquiridos con los que surgieron durante los últimos trabajos in situ, que se remontan a 2010, poniendo también en sistema los datos recogidos en anteriores tramos de intervenciones. El último sondeo, en particular, nos ha permitido arrojar luz sobre una sección de mampostería que conecta con la situada al final del Corso Martiri della Libertà, y que ya había aflorado en excavaciones anteriores, perteneciente al terraplén de las murallas y a la Porta dei Leoni. Con esta operación estamos en condiciones de formular hipótesis sobre las formas históricas de las estructuras que estaban presentes en la zona, que pueden remontarse a la época medieval”.

Se ha asegurado la excavación, se han realizado sondeos, se ha adquirido un mapa fotográfico y actualmente se está trabajando en la nueva capa de subrasante sobre la que se colocarán los nuevos cubos de pórfido, de mayor tamaño que los anteriores, para mejorar el rendimiento de la carretera y absorber el tráfico pesado. Al final de esta fase, realizada mediante colocación manual, se colocará una grava especial de grano grueso del mismo material entre las juntas de pórfido y, a continuación, una resina para juntas Mapestone: un aglutinante de poliuretano para el sellado que confiere estabilidad, elasticidad y capacidad de drenaje al nuevo pavimento.

Ferrara, otro trozo de muralla medieval resurge de la excavación del Castillo Estense

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