Chiara Ferragni ya no se queda quieta, a pesar de los cientos, si no miles, de detractores: de los Uffizi, lainfluencer de la moda pasa ahora a Apulia, donde se encuentra para un desfile de Christian Dior en Lecce. La maison francesa, de hecho, instalará esta tarde un escenario en la Piazza Duomo para uno de sus eventos (y para ello, la famosa casa de moda ha cerrado de hecho la mitad del centro de la ciudad).
Pocos hablan del hecho de que Dior haya “alquilado” una plaza entera por una noche. Y por lo poco que se habla de ello, parecería socialmente aceptable (aunque, evidentemente, también han llovido críticas a Dior, por las molestias creadas y porque, en cualquier caso, en la base de todo está la pregunta de siempre: ¿es correcto que una empresa privada invada una ciudad de forma tan desmesurada?) Los que están a favor dicen que, en cualquier caso, Dior ha creado trabajo, ofreciendo también algo a los habitantes de la ciudad, y que su défilé puede ser una oportunidad de visibilidad internacional para la ciudad de Salento. Que, a fin de cuentas, son más o menos los mismos argumentos esgrimidos por quienes acogieron con satisfacción la presencia de Chiara Ferragni en los Uffizi. Estos últimos, sin embargo, parecen estar en minoría, al menos en los círculos culturales, o al menos entre los aficionados.
Así pues, la atención sigue centrada en Ferragni, que en Apulia visitó el Museo Arqueológico Nacional de Taranto, recibida también aquí con todos los honores por la directora Eva Degl’Innocenti (la directora y la influencer colgaron una foto junto a Maria Grazia Chiuri, directora artística de Dior), pero no sólo. En su cuenta de Instagram, de hecho, entre instantáneas de su bouledogue francés y fotos en las que aparece semidesnuda mientras se baña, aparecen imágenes de las maravillas artísticas de la región: de hecho, vemos a la empresaria posando bajo los frescos de la basílica de Santa Caterina d’Alessandria, en Galatina, o de pie sobre el suelo historiado de la catedral de Otranto. Publicaciones que no alcanzan el nivel de las fotos en las que Ferragni descubre unos centímetros de pechos o se retrata con su perrito, pero que sin embargo se cuentan por cientos de miles: el efecto real de estas fotos en el acercamiento de sus fans a la cultura está aún por estudiar, pero ya hay políticos que no pierden la ocasión de dirigirle invitaciones.
Dado el revuelo provocado por su escapada a los Uffizi, es probable que muchos piensen ahora que Ferragni es la panacea para la falta de atractivo que la cultura tiene para muchos, y quizá estén pensando en aprovechar los millones de seguidores que pueblan su cuenta. Y es que a Chiara Ferragni le llegan invitaciones bipartidistas. La subsecretaria de Desarrollo Económico, Alessia Morani, del Partido Demócrata, de Sassocorvaro, en la región de Las Marcas, llamó a la rubia de Cremona a Urbino, y concretamente al Palacio Ducal: “Me gustaría mucho -dijo Morani- presentar a Chiara Ferragni al Palacio Ducal de Urbino. Me pregunto si le gustaría venir a nuestro maravilloso territorio”. Según Morani, Chiara Ferragni “es un icono social, capaz de hacer que los jóvenes conozcan y aprecien nuestros tesoros. El objetivo debe ser ampliar al máximo el conocimiento del arte y en esto ella puede ser un testimonio excepcional. Espero poder acompañarla pronto en una visita al Palacio Ducal”.
De las colinas de las Marcas pasamos a las del Piamonte: cambia el color de la fiesta pero el modo es siempre el mismo, y así el alcalde legista de Borgosesia (Vercelli), Paolo Tiramani, llama a las armas a lainfluencer para promocionar el territorio de Valsesia: “Invito con mucho gusto a Chiara Ferragni y a su familia a pasar las vacaciones en la espléndida Valsesia. Estaríamos encantados de que viniera a visitarnos para descubrir la belleza del valle más verde de Italia y, gracias a las instantáneas publicadas en sus perfiles sociales por millones de seguidores, darlo a conocer a muchos otros turistas, nacionales o no”, afirma el alcalde, que prefiere las “visitas de influencers” al “bono de vacaciones activado por el Gobierno, difícil de utilizar y estructurado como un crédito fiscal”.
En resumen: ¿la estrategia para el renacimiento cultural de la Italia post-virus pasa realmente por eventos de casas de moda internacionales e influencers con toneladas de seguidores en Instagram? ¿Qué cifras y qué feedback pueden aportar estas estrategias? ¿Cuál es el retorno en términos económicos y culturales de estos descensos VIP en nuestras ciudades y museos? Sin duda, habrá materia para el debate.
En la foto: Chiara Ferragni en la basílica de Galatina
Ferragni recorre ahora los sitios culturales de Apulia. Y recibe invitaciones bipartitas |
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