En Venecia se intenta desincentivar la conversión de casas en pisos para turistas


En el decreto de ayudas se ha incluido una norma que, en Venecia, pretende desincentivar la transformación de casas residenciales en pisos alquilados permanentemente a turistas. El objetivo es ayudar a "salvar" Venecia de los turistas. Pero hay descontentos.

El turismo vuelve a correr y las ciudades de arte se preparan para gestionar los flujos con nuevas normativas. Venecia y Florencia son las protagonistas de este activismo, que de momento ha dado como fruto un Memorándum de Entendimiento entre ambas ciudades, una ley de iniciativa popular para “salvar” los centros históricos promovida por el alcalde de Florencia, el Reglamento para el acceso de visitantes a Venecia con entrada de pago y (novedad en estos días) una enmienda al DL Aiuti aprobada por el Parlamento el 14 de julio que permite al alcalde de Venecia establecer límites a los alquileres turísticos de corta duración.

Tras anunciarse en los últimos meses con un amplio debate, la estrategia para “defender” Venecia de los turistas va tomando forma. O mejor dicho, para defender a la ciudad lagunar de las consecuencias que el turismo masivo podría tener en términos de degradación, tejido económico y social, identidad y demografía de uno de los destinos turísticos más visitados del mundo.

El alcalde Brugnaro ha aprobado en el Ayuntamiento el nuevo ’Reglamento para el establecimiento y regulación de la contribución de acceso’(texto completo aquí) para tratar de regular la entrada a la ciudad a partir del 16 de enero de 2023 con una contribución de acceso y un sistema de reservas. La contribución económica exigida a quienes no se alojen en hoteles (que pagarán por tanto la tasa turística) variará de 3 a 10 euros con el objetivo declarado de desincentivar el turismo de día en determinadas épocas del año y fomentar el de pernoctación. A finales de año se definirán los detalles característicos, como los umbrales diarios de presencias, los días o periodos concretos del año en los que se aplicará una medida diferente del impuesto de acceso, la hora del día en la que no se aplicará el impuesto y la posibilidad de reducir el coste del impuesto si se reserva con suficiente antelación.

Vista de Venecia cerca de la Salute
Vista de Venecia cerca de la Salute
Góndolas en Venecia
Góndolas en Venecia

Desde el próximo agosto y hasta el 31 de diciembre habrá una fase experimental en la que se pondrán en marcha medidas con esta lógica: el billete de vaporetto, por ejemplo, pasará de 7,5 a 9 euros en agosto. Para incentivar las reservas, sin embargo, habrá un descuento para quienes reserven con un mes de antelación: tarifa de 7,5 euros y descuento de 5 euros en el aparcamiento. A partir de 2023, también entrarán en funcionamiento torniquetes en la estación de tren donde cada persona tendrá que escanear un código QR para pasar y ser contabilizada. Para quienes no paguen la tasa por no tener derecho a exención, habrá una sanción administrativa de 50 euros a 300 euros. El sistema estará gobernado por la Sala de Control, donde se canalizarán los datos e imágenes de no menos de 360 cámaras y 40 contadores de personas situados en diversos puntos estratégicos (puentes, calli, canales, etc.).

Además, para evitar que el centro histórico se desnaturalice por el vaciado de residentes de los edificios que poco a poco se convierten en viviendas de alquiler turístico, se ha incluido una enmienda en el decreto-ley de "Ayudas " que permitirá determinar los límites máximos y las condiciones previas para el uso de viviendas para actividades de alquiler a corto plazo. Esta acción bipartidista de los parlamentarios vénetos se inspira en el contenido del proyecto de ley de iniciativa popular promovido por el alcalde de Florencia, Nardella, en los últimos meses y que se esperaba llegara al Parlamento tras la recogida de las 50 mil firmas exigidas por la ley. Las dos ciudades elaboraron hace menos de un año un protocolo de actuación conjunta sobre el tema de los centros históricos, y en la capital toscana también se está debatiendo la posibilidad de pedir una contribución económica a los turistas visitantes.

La norma incluida en el DL Aiuti y aprobada definitivamente por el Senado en su sesión del 14 de julio establece que un piso alquilado durante más de 120 noches al año ya no tendrá un uso residencial, urbanísticamente hablando, sino receptivo. Lo que implica, en consecuencia, estar sometido a los cumplimientos y al régimen fiscal de un hotel, sin poder beneficiarse, por ejemplo, del " cedolare secca". Una forma de desincentivar la transformación de casas del centro histórico en pisos de alquiler puro y permanente. No obstante, la norma prevé la exclusión de los propietarios de un solo piso destinado al alquiler turístico.

La nueva norma ha dividido las categorías económicas y creado descontento entre los propietarios de viviendas -hasta 8700 están actualmente en los portales de reserva-, dando lugar a acciones de protesta para impedir que se apruebe la enmienda con un mailbombing a los buzones electrónicos de los parlamentarios. Confedilizia, por su parte, define la enmienda como “liberticida” y argumenta que “incentivará el mercado negro: con una disposición de muy dudosa constitucionalidad”, declaró a Il Messaggero Giorgio Spaziani Testa, de Confedilizia, “se otorga a un municipio el poder de establecer si, cómo y cuándo un ciudadano puede ejercer el derecho de propiedad sobre su vivienda, decidiendo alquilarla a quien considere oportuno”. Entre la libertad de mercado y las intenciones de salvaguardar los centros históricos de las ciudades de arte, el debate sigue, pues, candente.


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