Convenio de Faro, reacciones. Franceschini: 'buena ratificación'. La Liga: 'Vergüenza'.

La ratificación del Convenio de Faro ha sido acogida con gran satisfacción: hoy, con el voto favorable de la Cámara de Diputados, Italia se ha sumado a los países que ya han ratificado el “Convenio Marco del Consejo de Europa sobre el Valor del Patrimonio Cultural para la Sociedad”. El Ministro de Patrimonio Cultural, Dario Franceschini, expresó su satisfacción. “La ratificación del Convenio de Faro -dijo- marca un momento fundamental para nuestro ordenamiento jurídico, que reconoce por fin el patrimonio cultural como factor crucial para el crecimiento sostenible, el desarrollo humano y la calidad de vida, e introduce el derecho al patrimonio cultural. Se trata de un texto clarividente que amplía los métodos de protección y valorización, al igual que es clarividente nuestra Constitución, la única en el mundo que identifica la protección del paisaje y del patrimonio cultural entre los principios fundamentales”.

En la misma línea se expresó Marina Sereni, del Partido Democrático Italiano, viceministra de Asuntos Exteriores: “Gran satisfacción por la ratificación del Convenio de Faro”, dijo, “que reconoce el valor universal del patrimonio cultural, el papel de los ciudadanos y las comunidades locales, la cooperación internacional y el diálogo entre culturas para salvaguardar el patrimonio cultural”. Según Sereni, se trata, dijo a la agencia AgCult, de "un resultado muy importante: también habíamos trabajado en ello en la anterior legislatura sin poder completarlo. El debate en el Parlamento fue largo, pero puso de manifiesto el valor real de este Convenio’.

’Ratificar la Convención de Faro’, dijo Rosa Alba Testamento, portavoz del Movimiento Cinco Estrellas por Molise y miembro de la Comisión de Cultura de la Cámara, ’significa promover la confrontación, el diálogo y el conocimiento mutuo entre culturas diferentes, elementos esenciales para construir una sociedad verdaderamente pacífica y democrática’.

La Liga expresa su enérgica desaprobación, preocupada por las posibles interpretaciones de los artículos 4 y 7 (el primero somete el ejercicio del derecho al patrimonio cultural a “las limitaciones necesarias en una sociedad democrática, para la protección del interés público y de los derechos y libertades de los demás”, mientras que el segundo compromete a las partes a fomentar la reflexión sobre la ética y la presentación del patrimonio y a “establecer procedimientos de conciliación para tratar equitativamente las situaciones en que distintas comunidades atribuyan valores contradictorios a un mismo patrimonio cultural”). El diputado legista Luca Briziarelli lo expresó así: “Manos fuera de la cultura italiana. Con todos los problemas que tienen los italianos, los trabajadores y el país, hoy el Parlamento no se compromete a resolverlos, sino a aprobar un convenio que venderá nuestro patrimonio artístico al Islam. Tras la apariencia de buenas intenciones, en realidad dará la posibilidad de censurar nuestro arte si otras comunidades o individuos se sienten ofendidos, por ejemplo, la comunidad islámica. La corrección política del PD y los M5 introducirá un nuevo oscurantismo y dejará caer un velo sobre pinturas y esculturas que forman parte de nuestra identidad e historia”. La Liga, además, ha protestado esta mañana contra la ratificación, llevando al hemiciclo carteles con el David de Miguel Ángel, los bronces de Riace y la Divina Comedia censurados.

En relación con el artículo 4, Vittorio Sgarbi, del grupo Mixto, también se opuso enérgicamente: “¿Qué significa? ¿Vamos a censurar a Pasolini, a Céline? ¿Cómo es posible escribir algo tan insensato y que incluso reciba su aprobación? La cultura es libre y profundamente provocadora, la vida de Pasolini es una constante contradicción con lo políticamente correcto. ¿Deberíamos velar, como hizo Renzi, las estatuas romanas del Capitolio para dar la bienvenida al presidente de Irán? ¿Es éste el límite al que estamos subordinados? Está claro que quienes, como nosotros, tienen una ley formidable, que ningún otro país ha tenido, como la ley Bottai de 1939 sobre la protección del patrimonio, no necesitan agachar la cabeza para recibir indicaciones de quienes han permitido la globalización, la destrucción y la alteración del patrimonio sin protección. Tenemos una garantía suficiente de protección del patrimonio, que está en los principios fundamentales expresados por la estética italiana, por Cesare Brandi, por Roberto Longhi, por Bottai con su ley, y tenemos que aceptar estas ridículas lecciones de falso sentido común que son el simétrico de la persecución de Salman Rushdie, es decir, la idea de que alguien tiene que contener su lengua...”.

Por último, el grupo Forza Italia se abstuvo en la votación, debido a su perplejidad ante lo que calificaron de “críticas” inherentes al texto de la Convención.

Convenio de Faro, reacciones. Franceschini: 'buena ratificación'. La Liga: 'Vergüenza'.

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