Ciudadanos de Río protestan contra la devastación del Museo Nacional. La policía utiliza gases lacrimógenos

El Museo Nacional de Río de Janeiro, destruido por un incendio el domingo por la noche, se está convirtiendo en una urgencia acuciante para el gobierno brasileño. Desde el domingo, muchos ciudadanos de Río se habían agolpado frente al edificio devastado para ver lo que había causado el incendio, y los fotógrafos habían registrado escenas de viva desesperación. La desesperación, sin embargo, pronto se convirtió en protesta: el lunes, cientos de ciudadanos se apostaron ante las ruinas del museo, y muchos intentaron abrirse paso a través de los cordones policiales, tanto para ver de primera mano cómo había quedado reducido el querido museo, el mayor de Brasil, como para expresar su enfado con el gobierno, al que varios ciudadanos responsabilizaban del siniestro.

Por ello, la policía tuvo que dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos. El diario brasileño RT publicó un vídeo en el que se registraron algunos momentos de tensión, con lanzamiento de objetos e intentos de derribar las puertas del museo. Los manifestantes exhibieron numerosas pancartas contra el gobierno, algunas criticando la falta de atención a la historia y la cultura, otras exigiendo más inversiones en el sector.

En la foto, un momento de la protesta. Foto Crédito Oskar Ammoen

Ciudadanos de Río protestan contra la devastación del Museo Nacional. La policía utiliza gases lacrimógenos

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