El director del Prado: "nuestras exposiciones son de investigación, no de taquilla". Se cancelan las visitas de grupos y se reduce el aforo del museo


Con motivo de su 200 aniversario, el Museo del Prado sólo organiza exposiciones de investigación y propone un nuevo modelo de uso de los museos.

El Museo del Prado de Madrid cumple este año 200 años, pero su director, Miguel Falomir, asegura que no acabará como el Louvre, es decir, que no será asaltado por turistas sólo deseosos de decir “yo he estado allí” o de hacerse un selfie con obras icónicas. En una entrevista concedida al diario El País, Falomir analiza la situación actual de las exposiciones: “las exposiciones de hoy -dice a la cabecera española- son peores que las de los años ochenta y noventa. Las exposiciones temporales están llegando a su fin porque es difícil aportar nuevos conocimientos sobre determinados temas y porque los museos son cada vez más reacios a prestar sus obras”. El del museo que depende de las exposiciones es, para Falomir, un “modelo en caída libre: ahora es la colección permanente la que debe ser importante”.

A partir de este supuesto, una política de priorización de la calidad sobre la cantidad. Empezando por las modalidades de acceso: para las exposiciones del bicentenario se han suprimido las visitas en grupo e incluso se ha reducido la capacidad de recepción del instituto (de 85 visitantes cada 15 minutos a 70). Son medidas que, en las intenciones de la dirección del Prado, pretenden también garantizar una mejor experiencia al público y evitar atascos, como los que se crearon con la exposición del Bosco en 2016, la más visitada de la historia del museo (con casi 600.000 entradas, una cifra demasiado elevada para el Prado, que tiene más de 3 millones de visitantes cada año, una cifra que lo sitúa entre los 15 museos más visitados del mundo).



Por eso sería demasiado fácil centrarse en exposiciones taquilleras, pero Falomir asegura que ese no es el objetivo del Prado, que para su bicentenario ha organizado una muestra dedicada a la restauración de laAnunciación de Beato Angelico y otra que pretende hacer balance de los vínculos entre las escuelas española y holandesa del siglo XVII, centrándose en las obras de Velázquez, Rembrandt y Vermeer, entre otros. “Ambas son exposiciones de investigación”, subraya Falomir, “que se alejan de las diseñadas simplemente para aumentar el número de visitantes. Y que, en consecuencia, se centran en la calidad”.

Conviene recordar, sin embargo, que las cuotas de visitantes de las exposiciones del 200 aniversario no son las únicas medidas que podrían hacer que mucha gente levantara la nariz, pero que de hecho se siguen para hacer más agradable la experiencia del público: por ejemplo, el Prado tiene prohibido desde hace tiempo hacer fotografías, a diferencia del resto del mundo. Y Falomir nunca ha ocultado que, en su opinión, en los museos famosos la actividad de hacer fotografías es más un medio de decir “he estado allí” que una forma de preservar la memoria de una obra.

El Prado, con sus nuevas medidas y su forma de concebir las exposiciones, propone de hecho un modelo antitético al de muchos otros institutos (con el Louvre a la cabeza, que para el 500 aniversario de la muerte de Leonardo da Vinci organizará una exposición sobre el genio toscano, sobre cuya necesidad cabe plantear dudas), sobre el que conviene más que nunca avanzar una reflexión que sopese los pros y los contras.

Foto: interior del Museo del Prado. Foto Crédito Francisco Anzola

El director del Prado:
El director del Prado: "nuestras exposiciones son de investigación, no de taquilla". Se cancelan las visitas de grupos y se reduce el aforo del museo


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