Doble exposición en la Galería Eduardo Secci de Milán: del 8 de octubre al 27 de noviembre de 2021, Acustica, una muestra individual de Alfredo Pirri (Cosenza, 1957) comisariada por Laura Cherubini, y Limone , limón, una exposición del joven pintor rumano Radu Oreian (Târnăveni, 1984), comisariada por Pier Paolo Pancotto, esta última en el espacio de proyectos NOVO.
La exposición de Pirri se compone de acuarelas, seis de gran tamaño (250 centímetros de alto por 117 de ancho, marcos incluidos): “bastante grandes para cómo nos imaginamos normalmente las acuarelas”, explica el propio Pirri, “y de hecho, cuando abres la boca para pronunciar la palabra acuarela, te resuena en el hueco de la cabeza algo menor, tanto en tamaño como en compromiso técnico e ideal, te viene a la mente una materia lúdica y ligera”. En efecto, estas obras son transparentes y luminosas, como dicta la técnica, pero poseen una presencia oscura difícil de definir con palabras. En su interior y en su superficie, están animadas por una fuerza sin nombre que las hace parecer ajenas a la tradición y, sin embargo, dentro de ella. De hecho, son acuarelas sobre papel (de buena factura) pegadas sobre aluminio y enmarcadas. Juntos habrá otros de diferentes tamaños, algunos muy pequeños, en el origen de esta serie. Se habla mejor de ellas con palabras no relacionadas con el arte, para las que “acústica” resulta apropiado. Se ven marcas redondas rodeadas de halos que se abren y se superponen, que a veces recuerdan a la lluvia cayendo y rebotando en los charcos, a veces un poco repugnantes otras veces abiertas y brillantes. Lo que ocurre es que todo vibra conjuntamente haciendo resonar formas y colores. Esos mismos en los que vivimos inmersos dentro de las ciudades, en sus bordes, y luego más lejos donde, tal vez, nos gustaría vivir". La exposición de Pirri también puede verse en línea, en la página web de la galería.
Alfredo Pirri vive y trabaja en Roma, donde estudió pintura en la Academia de Bellas Artes. Su obra, a caballo entre la pintura y la escultura, la arquitectura y la instalación, ha atraído la atención internacional desde mediados de los años ochenta. Materia, volumen, color y espacio son las principales herramientas de su poética. La originalidad de su práctica reside en el uso de la pintura como vehículo de la luz y de la luz como elemento arquitectónico y espacial. Su arte genera una confrontación armoniosa con la arquitectura y tiende constantemente a la creación de un lugar arquetípico, habitable y al mismo tiempo destinado a una función pública. Ha expuesto en museos y bienales de Italia y el extranjero, como la Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma, el MoMA PS1 de Nueva York, la Bienal de Arte de Venecia y la Bienal de La Habana. Ha impartido clases en numerosas universidades, como la Universidad La Sapienza de Roma y la Academia Bezalel de Arte y Diseño de Jerusalén. Actualmente enseña pintura en la Academia de Bellas Artes de L’Aquila.
En cuanto a la exposición de Oreian, el conjunto de obras expuestas incluye lienzos recientes, grandes y pequeños, con los que el artista rumano continúa la reflexión pictórica iniciada en sus anteriores exposiciones en Florencia (Eduardo Secci, 2021) y Roma (La Fondazione, 2020). Se trata de una selección de pequeñas y grandes pinturas creadas para la ocasión que, además de confirmar su poética, enriquecen de algún modo su léxico, integrándolo con nuevos e inesperados matices, tanto a nivel técnico como compositivo. Su pintura fuertemente expresiva, hecha de materia densa, a veces plástica (gracias a la técnica con la que se dispone sobre el plano, se estratifica y se amasa con la punta del pincel), se enciende también, en el caso de hoy, con nuevas investigaciones, en particular sobre la variación de los colores. Prueba de ello es, por ejemplo, el lienzo Limón, Limón (2021), del que deriva el título de la exposición, creado inspirándose en la observación de dos limones guardados en la nevera de la casa durante el reciente encierro y abandonados a su proceso de desintegración. Como también Anémonas o Marguerites (2021) caracterizada por una amplia gama cromática que corresponde a los cambios estacionales y tipológicos de las flores retratadas y que el artista ha examinado y memorizado a lo largo del tiempo. O, Tornado gótico II (2021), de tamaño considerable, donde el ejercicio tonal se rompe con repentinas explosiones de tono.
Con la exposición de hoy, Oreian continúa su reflexión sobre el valor de la imagen en la era de la globalización y la realidad virtual, que, al quedar descontrolada y sin reglas, corre el riesgo de perder su valor semántico original y, en consecuencia, cualquier referencia a su identidad cultural y social de referencia. Un procedimiento, éste, que confirma la implantación universal de su planteamiento operativo, donde el elemento actual es sólo un indicio para un reconocimiento más amplio de la realidad.
Como escribe Pier Paolo Pancotto en su texto introductorio, “también desde el punto de vista iconográfico, las obras concebidas para la exposición de Milán ven cómo el vocabulario de Oreian se abre a nuevas oportunidades visuales. La memoria intelectual (la pintura renacentista, la pintura clásica admirada en Pompeya y Roma, o la pintura etrusca aprendida en Tarquinia, la caligrafía del antiguo Oriente), que siempre ha ido de la mano de la memoria física (la referencia a las entrañas del propio cuerpo, a la propia piel o a los propios fluidos biológicos), parece encontrar cada vez más espacio en el ejercicio creativo del artista, implementándolo con nuevas sugerencias. En particular, diversas referencias a lo antiguo emergen en el lienzo con la fuerza de recuerdos lejanos, débiles en definición visual pero intensos en términos emocionales. Así, entre las tramas orgánicas de color surgen pasajes narrativos inesperados, según una interpretación original y personal de la sintaxis surrealista del artista”. La investigación de Radu Oreian se inspira en las técnicas clásicas del dibujo y la pintura, explorando cómo la historia, los mitos antiguos y los archivos conforman nuestra sociedad y nuestra comprensión de la humanidad. El hilo rojo que recorre y une sus obras se manifiesta en la creación de una nueva impronta visual meditativa con una densidad especial, que parece existir en un estado pulsante de tensión y relajación. La exposición puede verse en línea en la web de NOVO.
Imagen: Radu Oreian, Anémonas (2021; óleo sobre lienzo, 30 x 24 cm). Foto The Knack Studio
Milán, doble exposición en Eduardo Secci: Alfredo Pirri y Radu Oreian |
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