Florencia, restauración del grupo de bronce de Judith y Holofernes de Donatello en el Palazzo Vecchio


Inaugurado hoy en Florencia, en la Sala dei Gigli del Palazzo Vecchio, el grupo de bronce de Donatello que representa a Judith y Holofernes, restaurado gracias al apoyo de los Amigos de Florencia.

El bronce de Donatello que representa a Judith y Holofernes, restaurado gracias al apoyo de los Amigos de Florencia, se ha presentado hoy en Florencia, en la Sala dei Gigli del Palazzo Vecchio. La intervención, que duró en total unos diez meses, se dividió en dos fases, y la ejecución de las obras se confió directamente al donante. Desde hace algún tiempo, la Fundación Amigos de Florencia se ha comprometido a apoyar importantes intervenciones para la protección y valorización del patrimonio florentino y toscano y ya ha apoyado varios trabajos de restauración de obras de las colecciones del Palazzo Vecchio, como la restauración en 2019 del Putto con delfín de Andrea del Verrocchio y de las pinturas de la sala del museo donde se expone. A la presentación de la restauración asistieron, entre otros, la Teniente de Alcalde y Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Florencia Alessia Bettini, la Cónsul General de los Estados Unidos de América Daniela Ballard y la Presidenta de Amigos de Florencia Simonetta Brandolini d’Adda.

El grupo de bronce

El grupo de bronce que representa a Judit y Holofernes (1457-1464) es una de las obras más conocidas de Donatello por su fuerza expresiva, por la maestría y el refinamiento de la técnica de ejecución, así como por las vicisitudes que la llevaron a convertirse en estandarte de la libertad de Florencia. La escultura lleva la firma del artista grabada en el cojín sobre el que descansan las dos figuras. Según la hipótesis más acreditada, fue encargada a Donatello por Piero de’ Medici hacia 1457. Se interrumpió debido a la marcha a Siena de su autor, quien, junto con algunos colaboradores, la terminó entre 1461 y 1464, cuando fue colocada en el jardín de la antigua residencia de los Medici en Via Larga, el actual Palazzo Medici Riccardi, como contrapunto al David de bronce del mismo escultor que ya se encontraba en el patio cercano (hoy en el Museo Nazionale del Bargello).

Según el libro homónimo de la Biblia, la joven judía Judit salvó a su ciudad del asedio del ejército asirio cortando la cabeza del general Holofernes tras seducirlo y emborracharlo. En aquella época, Judit solía ser representada ya triunfante sobre la cabeza cortada de su enemigo. Donatello, con gran originalidad, añadió la figura de Holofernes, realizando así la primera gran obra aislada dedicada a este tema, y plasmó la acción tal y como se desarrolla, representando a la heroína en posición erguida, firme y orgullosa, con el brazo que sostiene la espada levantado impetuosamente y dispuesto a asestar el golpe final. El cuerpo desangrado del tirano está encajado entre las piernas de Judit, cuyos miembros cuelgan viciosamente del zócalo de bronce, donde tres relieves báquicos aluden a su lujuria. El bronce estaba originalmente adornado con dorados, de los que hoy quedan pocos fragmentos.

La obra reinterpretó la historia bíblica de Judit en clave laica y política, como atestiguan dos inscripciones en la base de piedra cuando estaba en el jardín de los Médicis, hoy perdidas: la primera la calificaba como símbolo del triunfo de la humildad sobre el orgullo y de la virtud sobre la lujuria; la segunda contenía la dedicatoria de Piero de’ Medici, que le atribuía la función de modelo de fortaleza y libertad, incitando a los ciudadanos a seguir el ejemplo de la heroína en la defensa de la República florentina.

El segundo significado se hizo predominante cuando en 1495, un año después del derrocamiento de los Médicis y la proclamación de la nueva República inspirada en Savonarola, la Signoria de Florencia decidió confiscar esta obra, junto con otras de la residencia de los Médicis, y trasladarla a su sede de gobierno. Los dos epígrafes del zócalo fueron sustituidos por el actual, que lleva la fecha del traslado y ha hecho del bronce un símbolo de la libertad florentina.

La Judit fue colocada en el arengario del Palacio de la Señoría, donde permaneció hasta 1504, cuando tuvo que dejar paso al David de Miguel Ángel, penalizado por la necesidad de encontrar un emplazamiento para la nueva escultura y por las críticas que le dirigió una facción a la que le parecía impropio que la ciudad estuviera representada por una mujer que mata a un hombre y que también la acusaba de ser una “señal mortal” portadora de mala suerte, porque había llegado allí cuando Florencia estaba perdiendo su dominio sobre Pisa. Dos años más tarde estaba de nuevo en la plaza, bajo la Loggia della Signoria, pero no fue hasta 1919, tras ser asegurada durante la guerra, cuando fue reubicada, en una posición central, en el arengario del Palazzo Vecchio. De allí no se volvió a sacar, salvo por motivos de seguridad durante la Segunda Guerra Mundial, cuando también fue restaurada por Bruno Bearzi, por encargo de las fundiciones Marinelli, hasta que tras las celebraciones mediceas de 1980, al constatarse un avanzado estado de deterioro del bronce, se decidió sustituirla exteriormente por una copia y trasladarla a la Sala dei Gigli del Palazzo Vecchio. Con motivo del traslado, la obra fue sometida por primera vez a una cuidadosa restauración científica, llevada a cabo por elOpificio delle Pietre Dure de Florencia en el Palazzo Vecchio entre 1986 y 1988.

Donatello, Judith y Holofernes (Florencia, Palazzo Vecchio)
Donatello, Judith y Holofernes (Florencia, Palazzo Vecchio). Foto: A. Quattrone
Detalle del grupo escultórico restaurado
Detalle del grupo escultórico restaurado. Foto: A. Quattrone
Detalle del grupo escultórico restaurado
Detalle del grupo escultórico restaurado. Foto: A. Quattrone

La restauración

Mucho tiempo después de la última restauración y de una posterior intervención de mantenimiento llevada a cabo en 2004, el bronce aparecía gravemente oscurecido por una copiosa capa de polvo atmosférico que se había depositado en sus superficies a lo largo de los años debido a la atracción electrostática y a la propiedad adhesiva del revestimiento protector. El objetivo del proyecto de restauración era restaurar y mejorar la legibilidad de la obra, perfeccionando las intervenciones realizadas en los años ochenta mediante la aplicación de los nuevos instrumentos y conocimientos adquiridos, así como profundizar en el análisis de los aspectos técnicos del grupo de bronce y de los peculiares métodos de trabajo de Donatello.

La primera fase de la intervención precedió a la exposición del Palazzo Strozzi Donatello. El Renacimiento, ya que el bronce formaba parte del itinerario paralelo en la zona exterior a la exposición. Durante esta fase, se llevó a cabo una atenta observación y documentación de los trabajos, y se repitió la limpieza de polvo realizada en 2004, necesaria para evaluar el estado de conservación del bronce. El objetivo de este primer examen era comprobar y localizar en el bronce algunas de las decisiones operativas y técnicas tomadas por los restauradores del Opificio delle Pietre Dure durante la última intervención, volviendo sobre aquella misma campaña de diagnóstico y analizando algunas de las mismas muestras junto con otras nuevas utilizando instrumentación moderna, en comparación con los conocimientos adquiridos en los últimos cuarenta años de estudio de bronces antiguos.

La segunda parte de la intervención se inició al cabo de unos meses, una vez disponibles los resultados definitivos del diagnóstico, tras las oportunas consideraciones con la Dirección de Obra y el funcionario competente de la Superintendencia. Esta segunda fase requería una revisión conservadora general de la obra. Concretamente, había surgido la necesidad de una intervención más articulada que un simple mantenimiento extraordinario, que “renovara” la limpieza de las superficies llevada a cabo durante la restauración de 1986-1988, una de las más importantes de la época, hasta el punto de que constituyó un hito en la conservación de los bronces, tanto en lo que respecta a los materiales como a las metodologías aplicadas posteriormente por el Opificio y su Escuela de Formación Avanzada. En la intervención actual se han eliminado todos los problemas de conservación del metal que han surgido a lo largo de estas décadas y que siguen avanzando, aunque más lentamente, gracias a la conservación del museo. Algunos cambios bruscos de color (y con ellos algunas sustancias minerales superficiales) inducidos por diversas pátinas de alteración más o menos estables se han “retraído” eliminando o diluyendo los productos nocivos de la corrosión. Estos últimos se debían a procesos de oxidación o depósitos residuales que la intervención anterior no había eliminado y resuelto por completo, debido a la instrumentación técnica menos dúctil de que se disponía entonces y al diferente conocimiento del material, o bien, de nuevo, a alteraciones generadas por las operaciones de moldeado directo (práctica ya superada) llevadas a cabo para la realización de la copia que ahora se encuentra en el Arengario del Palazzo Vecchio. Una importante solución operativa fue eluso del láser puesto a disposición por la empresa EL.EN, que se calibró en los bronces dorados del Opificio delle Pietre Dure hace más de veinte años, con el fin de resolver las limitaciones de las técnicas de limpieza químicas y sobre todo mecánicas entonces en uso. Con el desempolvado de 2004, sólo se identificaron tres restos muy pequeños de dorado a la hoja de Donatello. El desempolvado posterior confirmó su presencia, pero la observación con microscopio de contacto de toda la superficie, centímetro a centímetro, hizo suponer que podría haber muchos más residuos de dorado, hipótesis confirmada posteriormente por análisis posteriores. A partir de la inspección y cartografía de los débiles restos revelados por los análisis, cruzados también con la información proporcionada por algunas observaciones cercanas de principios del siglo XX, se procedió a limpiar esas zonas con láser. Esto permitió sacar a la luz nuevos fragmentos de oro conservados en varias zonas, de unos 13 centímetros cuadrados en algunos casos, identificar también los recorridos y los límites de los fondos y aclarar qué partes del bronce estaban originalmente embellecidas con dorado, frecuente en la escultura florentina de la época y recurrente en las obras de Donatello. Los resultados obtenidos en las superficies del bronce también llevaron a reconsiderar los materiales que debían utilizarse para su protección final, que ahora consiste en una capa filmógena de barniz acrílico, cubierta a su vez por una capa sacrificial de cera similar a la de la restauración anterior, que se utilizó por primera vez en su momento tras importantes estudios comparativos.

La restauración también permitió completar el conocimiento de la técnica de ejecución de la obra con algunos nuevos datos sobre detalles del ensamblaje del bronce no detectados anteriormente. También se realizaron trabajos de mantenimiento en la base de piedra del grupo de bronce: desempolvado y lavado de las superficies y sustitución del zócalo que cubre el soporte metálico sobre el que descansa la escultura en el interior de la Sala dei Gigli.

Detalle del grupo escultórico restaurado
Detalle del grupo escultórico restaurado. Foto: A. Quattrone
Detalle del grupo escultórico restaurado
Detalle del grupo escultórico restaurado. Foto: A. Quattrone
Detalle del grupo escultórico restaurado
Detalle del grupo escultórico restaurado. Foto: A. Quattrone

Declaraciones

“Estamos muy contentos de haber apoyado la restauración de la escultura de Judith y Holofernes de Donatello, una obra fundamental no sólo para la historia florentina, sino para el arte y la cultura mundiales”, declaró la Presidenta de los Amigos de Florencia , Simonetta Brandolini d’Adda. De este modo podrá seguir mostrándose a las generaciones presentes y futuras en toda su poderosa belleza. En nombre de Amigos de Florencia, quiero dar las gracias al Ayuntamiento de Florencia, y en particular a la conservadora del Museo del Palazzo Vecchio, Dra. Serena Pini, por la oportunidad que nos ha brindado, a la funcionaria de la Superintendencia, Dra. Lia Brunori, que supervisó los trabajos en su función de Alta Supervisión, y al restaurador Nicola Salvioli, cuyo proyecto nos ha permitido contribuir a la conservación de esta obra maestra. Un sincero y especial agradecimiento a nuestros donantes, sin los cuales no habríamos podido apoyar la intervención: Catharin Dalpino, Anna & Paul Friedman, Lauren & Phil Hughes, Judith & Arthur Rubin, Loralee West’.

Florencia, restauración del grupo de bronce de Judith y Holofernes de Donatello en el Palazzo Vecchio
Florencia, restauración del grupo de bronce de Judith y Holofernes de Donatello en el Palazzo Vecchio


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