Reapertura al público de la Wunderkammer del Palacio Ducal de Mantua

El martes 14 de marzo, la sección Wunderkammer del Palacio Ducal de Mantua volverá a abrir sus puertas a los visitantes.

Hace aproximadamente un año, el Palacio Ducal inauguró, en la Galleria delle Metamorfosi, una exposición titulada Naturalia e Mirabilia. La ciencia en la corte de los Gonzaga, una exposición que constaba de una parte permanente y otra temporal. El objeto de la operación era precisamente la conocida Wunderkammer de los Gonzaga, una insólita colección que surgió en los años de Isabel de Este y creció hasta finales de la década de 1720, compuesta por piezas del mundo animal, vegetal y mineral. Una especie de enciclopedia tridimensional del mundo visible de la época, en un momento en que ciencia, folclore y mito se fusionaban. Un cocodrilo, un diente de narval (el cuerno del unicornio), un armadillo, un raro bezoar, una mandíbula de tiburón, fósiles, piedras, lapislázuli y otros objetos expuestos evocan el asombro de una colección única que fascinó a viajeros y científicos de toda Europa durante los últimos siglos.

Tras la devolución de la taxidermia del hipopótamo al Museo Kosmos de Pavía el pasado octubre, la sección había permanecido cerrada para una puesta al día y una ordenación de los materiales, que han ido aumentando gracias a adquisiciones y donaciones (de Marina Baguzzi, Elisa Calamari, Giano Del Bufalo, Giovanni Mori, Pierina Tondelli y Sara Scatragli, entre otros).

La disposición se ha perfeccionado y enriquecido con una serie de piezas que completarán la ya rica y curiosa muestra y evocarán una vez más el esplendor de la época de los Gonzaga. La sección dedicada a las conchas ha sido ampliada y ricamente integrada, recordando la riqueza de las “Conchyliorum, Concharum, et Turbinatorum, quae a longinquis maribus allata, colorum varietate contendere inter se videntur” (conchas de los mares más remotos que compiten entre sí en forma y color) descritas en 1622. También están presentes los “Pessi marini et altri animali monstruosi” que ya “adornaban” el studiolo de Federico II a principios del siglo XVI; hay un pie de elefante, similar al ya registrado en el Palacio Ducal en 1601 por un francés, Pierre Bergeron (“un pied tout entier de la grand beste”); puntas de flecha de sílex, conocidas entonces como ceraunia, que se creían “rayos petrificados”. Al mundo de los símbolos se refiere el camaleón, ya mencionado en los tratados medievales y renacentistas como símbolo de versatilidad (en términos positivos), y la galería alberga hoy también un pavo real blanco. En 1593 se esperaba una pareja como regalo de Florencia, de la corte de los Médicis, con quienes estaba emparentada la familia Gonzaga. En aquella época, estas aves deambulaban libremente por los jardines, del mismo modo que podían verse aves del paraíso y loros tropicales volando en las habitaciones del Palacio.

La Wunderkammer se ha establecido como elemento permanente de la oferta museística del Palacio Ducal de Mantua. Puede visitarse con la entrada de museo de 9 euros (incluso sin la Cámara Nupcial), todas las mañanas de martes a sábado de 8.20 a 13.00 horas.

“El itinerario se mantiene en potencial crecimiento”, afirma el director del Palacio Ducal Stefano L’Occaso, “también gracias a la ductilidad de los sistemas expositivos, conferida al trazado por el proyecto de Massimo Ferrari y sus colaboradores. Esta sección del museo está pensada para despertar la curiosidad y suscitar una reflexión sobre la cultura del Renacimiento y los gustos de la época, cuando un bezoar tenía igual o mayor valor que un cuadro importante de Tiziano o Caravaggio: una relación jerárquica que hoy puede sorprender, pero que estaba justificada por la extrema rareza de los objetos que, recogidos en las más diversas partes del mundo, llegaban a Mantua para dar prestigio a la familia Gonzaga”.

Reapertura al público de la Wunderkammer del Palacio Ducal de Mantua

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