La iglesia de San Pedro de Lovaina, una joya del gótico brabanzón. En 12 etapas

En la céntrica Grote Markt, la plaza central de la ciudad de Lovaina (Leuven), en Flandes, se alza la colegiata de San Pedro (Sint-Pieterskerk), una de las mayores obras maestras del gótico brabanzón: un monumento tan valioso que fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1999, dentro de los Campanarios de Bélgica y Francia. La construcción del edificio que hoy podemos admirar comenzó en 1426 y se detuvo en el siglo XVI, cuando aún no se había terminado la fachada: el proyecto original preveía una fachada con torres, como es típico en esta zona, pero los escasos recursos de que disponían los financieros y, sobre todo, la debilidad de los cimientos (el terreno no era adecuado para soportar el tamaño previsto del edificio) no permitieron terminar el edificio.

El diseño de la fachada de la torre data de principios del siglo XVI: lo firmó el arquitecto Joost Metsys, hermano del pintor más conocido Quentin Metsys, y fue necesario porque un incendio había destruido en 1458 la fachada de la torre anterior, de época románica. Según el plan de Metsys, las torres debían alcanzar una altura de 170 metros, pero sólo se conservan las bases de una de las tres previstas. El incendio de 1458 no fue el único sufrimiento que padeció la iglesia de San Pedro de Lovaina: en 1914, un nuevo incendio, provocado por los alemanes que ocupaban Lovaina durante la Primera Guerra Mundial, causó el derrumbe del tejado y numerosos daños en sus obras, y en 1944, la iglesia fue víctima de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Las bombas destruyeron casi por completo el transepto norte, la sala capitular y la sacristía, y la reconstrucción no comenzó hasta 1954, para terminar en 1963: de esta obra data la flèche, la alta aguja que corona todo el edificio.

En la actualidad, la iglesia de San Pedro tiene el aspecto de un edificio macizo con planta de cruz latina, caracterizado por su fachada inacabada (se pueden ver las torres inacabadas) y la poderosa mole del ábside, rodeado de capillas radiales unidas al cuerpo principal con numerosos arcos rampantes, típicos del gótico brabanzón. En cada una de ellas se abren altas ventanas de tres parteluces, mientras que las grandes ventanas de cuatro parteluces caracterizan el registro superior. La fachada oeste fue restaurada entre 1986 y 1992, el coro entre 1994 y 1998, el transepto norte, la nave y el tejado entre 2003 y 2011. La última restauración, iniciada en 2012, concluyó a principios de 2020: afectó a las capillas radiales y al interior.

Hoy, por tanto, la iglesia de San Pedro está totalmente renovada, lista para recibir a sus visitantes con una nueva guía disponible en varios formatos que presenta los tesoros de su interior en doce etapas, dedicadas a los doce elementos más interesantes que se pueden encontrar en su interior. En este artículo, los repasamos uno a uno.

La fachada inacabada de la iglesia de San Pedro de Lovaina. Foto Créditos Benoit Brummer

El ábside de la iglesia. Fotografía Créditos Jean Housen

Interior de la iglesia. Foto Crédito Paul Hermans

1. La maqueta de la torre (1524)
Se trata de una maqueta tridimensional que muestra el aspecto que habría tenido la fachada si se hubieran terminado las obras (aunque... a la propia maqueta le falta una parte: solo muestra la torre norte y parte de la torre central, pero nos da una idea muy clara). Fue construida en 1524 en piedra (se encargó al mismísimo Joost Metsys) y también fue restaurada durante 2012-2020. Dañada durante la Segunda Guerra Mundial, sufrió más daños después de la guerra porque un visitante de la iglesia la tocó, rompiendo partes de ella. Es un objeto raro y un valioso testimonio de la obra arquitectónica de principios del siglo XVI.

La maqueta de la torre. Foto Crédito Dominique Provost

2. El monumento funerario de Enrique I
Esta es la tumba del primer duque de Brabante, Enrique I, que nació en Lovaina y vivió entre 1165 y 1235. Casado con sólo catorce años, se convirtió en duque de Brabante y Lorena en 1190, y participó en las Cruzadas: el monumento de piedra, bien conservado, fue tallado poco después de su muerte (falleció en Colonia, pero su cuerpo fue trasladado a Lovaina para ser enterrado aquí, en la iglesia románica que precedió al suntuoso edificio actual de estilo gótico brabanzón). En la obra, tiene el aspecto de un hombre joven (aunque Enrique I murió a los setenta años) con espesa cabellera rizada, mientras dos ángeles le acompañan. El monumento permaneció en su emplazamiento original hasta el siglo XIX, tras lo cual fue desmontado para permitir una mayor afluencia de fieles, y sólo hacia mediados de siglo fue trasladado a la capilla de San Juan.

El monumento funerario de Enrique I

3. El "Cristo torcido
Esta cabeza de Cristo, también conocida como el “Cristo torcido” por la posición en la que estaba la estatua cuando se terminó, es la obra más antigua que se conserva en la iglesia de San Pedro de Lovaina y es una estatua medieval que en su día se consideró milagrosa. Una leyenda local cuenta que este Cristo se inclinó porque supuestamente atrapó a un ladrón que se había colado en la iglesia. Por eso, los habitantes de Lovaina le atribuían poderes milagrosos y antiguamente lo llevaban en procesión por las calles de la ciudad con motivo de acontecimientos poco propicios. El “Cristo torcido” no siempre fue como lo vemos: gran parte de la estatua se perdió en el incendio de 1914, del que sólo sobrevivió la cabeza. E incluso, unos años más tarde, un restaurador se quedó con el original, sustituyéndolo por una copia: el Cristo no volvió a la iglesia hasta la década de 1950.

El Cristo torcido

4. El tríptico de Edelheere
Se trata de una copia del famoso tríptico de la Deposición que Rogier van der Weyden pintó en 1435 y que ahora se conserva en el Prado. Sin embargo, es una obra preciosa, porque data de 1443 y es una de las primeras copias que se hicieron de la obra maestra de Van der Weyden (y según algunos estudiosos, es incluso la copia más antigua). Es cinco veces más pequeño que el original, pero se trata de una copia muy fiel realizada por un artista de Lovaina cuyo nombre desconocemos, pero que supo producir pinturas de gran calidad. El tríptico debe su nombre a su mecenas, Willem Edelheere, un rico noble de la ciudad, que lo quería para decorar la capilla familiar de la iglesia. La obra sigue en pie hoy en día.

Desconocido, flamenco, Tríptico Ed elheere (1443; óleo sobre tabla, 100 x 105 cm el compartimento central, 105 x 53 los compartimentos laterales; Lovaina, Sint-Pieterskerk)

5. La obra de Jan Rombouts
No sólo Van Eyck y Van der Weyden: el Renacimiento flamenco es un conjunto de personalidades del más alto nivel, aunque sean menos famosas que las de los dos nombres más célebres. Uno de ellos es Jan Rombouts, que vivió en Lovaina entre 1480 y 1535 (perteneciendo así al menos a dos generaciones posteriores a la de los dos artistas que acabamos de mencionar): dos de sus obras, el Martirio de Santa Catalina y el Martirio de San Clemente, pueden contemplarse en la iglesia.

Martirio de SanClemente y Martirio de Santa Catalina de Jan Rombouts

6. Capilla de Margarita la Hermosa
Margarita la Hermosa (Fiere Margriet) es una heroína de la ciudad: era una joven de dieciocho años que, en 1225, fue asesinada en las afueras de Lovaina. Trabajaba en la taberna de sus tíos, que la enviaron una noche a comprar vino, mientras dos viandantes llegaban a la taberna: a su regreso, encontró a sus tíos asesinados y robados por los viandantes, que a su vez secuestraron a Margriet e intentaron violarla. Como la joven se resistió, los dos criminales la mataron también y arrojaron su cuerpo al río Dyle. Por milagro, su cuerpo siguió el curso del río hasta llegar a la ciudad, directamente ante los ojos del duque Enrique I, que consiguió encontrar a los autores y castigarlos. Por este hecho, el pueblo de Lovaina le atribuyó poderes milagrosos: en 1535 se erigió una capilla en su honor en la iglesia, donde hoy se conserva un relicario neogótico con sus restos. Margarita fue beatificada por la Iglesia en 1902 (el mismo año que el relicario). La capilla también alberga cinco pinturas que cuentan su leyenda y que fueron realizadas en 1760 por Jozef Verhaghen, un artista local que se convirtió en pintor de la corte de Viena en 1773.

El relicario de Margarita la Hermosa

7. LaÚltima Cena de Dieric Bouts
Esta es una de las dos obras maestras de Dieric Bouts, gran maestro del Renacimiento flamenco (vivió entre 1410 y 1475), que se encuentran en la iglesia. LaÚltima Cena fue pintada en 1464 para la propia iglesia de San Pedro: fue una obra revolucionaria para Flandes, ya que nadie antes que él había logrado alcanzar tal grado de ilusionismo de perspectiva en estos lares. La obra es también un importante ensayo paisajístico: las escenas de los lados le convierten en uno de los primeros pintores de paisajes. Pero éstas no son las únicas razones del interés del cuadro: la obra contiene también un trozo de Lovaina del siglo XV (de hecho, se puede ver una de las torres del ayuntamiento en el interior del cuadro, tal y como aparecía en la época).

Dieric Bouts, Última cena (1464-1468; óleo sobre tabla, 88 x 71 cm; Lovaina, iglesia de San Pedro)

8. El martirio de San Erasmo, de Dieric Bouts
El segundo de los dos cuadros de Dieric Bouts en la iglesia de San Pedro, también se encuentra todavía en su emplazamiento original. Fue encargado al artista probablemente hacia 1460 (aunque se terminó ocho años más tarde, como atestigua la inscripción del panel central: el artista firmó como “Theodoricus Bouts” y fechó la obra en 1468) y nos presenta la escena del martirio de san Erasmo en el centro y a san Jerónimo y san Bernardo de Claraval en los compartimentos laterales, perfectamente conectados con la escena narrada en el centro. Los tres representan alegóricamente tres vías para alcanzar la santidad: el estudio, el martirio y el ascetismo.

Dieric Bouts, Tríptico de San Erasmo (1468; óleo sobre tabla, 34 x 148 cm; Lovaina, iglesia de San Pedro)

9. La torre del Sacramento
La Torre del Sacramento, de doce metros de altura, es la torre de este tipo más antigua de toda Bélgica. Data de alrededor de 1450 y fue completamente limpiada y restaurada en 2018. Se atribuye al arquitecto Matheus de Layens, uno de los maestros del gótico brabanzón, que vivió a mediados del siglo XV. Se trata de un artefacto extraordinario, a medio camino entre la escultura y la arquitectura, que se eleva a toda la altura de uno de los grandes arcos apuntados de la nave. Obras de este tipo se encuentran también en otras iglesias de la zona y no son más que imponentes tabernáculos, es decir, objetos que servían para encerrar la hostia consagrada (el “sacramento”, en realidad).

Torre del Sacramento. Foto Créditos Paul Vanden Bossche

10. La Cruz Triunfal
Cuelga sobre el altar mayor y se atribuye a uno de los más grandes escultores del Renacimiento flamenco tardío, Jan Borman, cuyo taller era conocido por ser el más importante para la producción de trabajos en madera en Brabante (y a la familia Borman, así como al taller, el museo M Leuven de Lovaina ha dedicado una gran exposición en 2019).

La Cruz Triunfal

11. La Madonna Sedes Sapientiae
La Madonna Sedes Sapientiae (es decir, “Sede de la Sabiduría”, alegoría de Jesús) es una de las iconografías marianas más difundidas de la Edad Media, que representa a la Virgen sentada con el Niño Jesús en su regazo. La Sedes Sapientiae de la Sint-Pieterskerk de Lovaina data de 1442, es obra del escultor Nicolaas de Bruyne y también se llevaba en procesiones en la antigüedad. La obra sigue siendo el símbolo de la Katholieke Universiteit Leuven, la Universidad Católica de Lovaina, fundada en 1425 (y hoy constantemente entre las 100 mejores del mundo): la obra de De Bruyne figura en el centro del escudo de la universidad.

Nuestra Señora Sedes Sapientiae

12. Capilla del Gremio de Cerveceros
Lovaina es conocida en todo el mundo como un centro cervecero de renombre internacional (y Bélgica es ya cuna de muchas de las mejores cervezas del mundo). La producción de esta bebida alcohólica comenzó en la ciudad en el siglo XV y, desde entonces, los cerveceros de Lovaina se unieron en un gremio (es decir, un gremio) y quisieron tener una capilla en la iglesia más importante de la ciudad. A lo largo de los siglos, los cerveceros siguieron enriqueciendo la capilla con valiosas obras de arte: entre ellas, el altar con la puerta barroca de Hendrik Danco (autor también de la tumba de Rubens en la iglesia de Santiago de Amberes).

La iglesia de San Pedro de Lovaina, una joya del gótico brabanzón. En 12 etapas

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