Descubrir los vinos de Lombardía


En la nueva edición de Pronti Partenza Via, Fabrizio nos lleva a descubrir algunos importantes vinos lombardos... un artículo pues... ¡sabroso!

Queridos amantes del arte, ¡hoy hablamos de vino! Os preguntaréis qué tiene que ver el arte con el vino. Vean este episodio especial de Pronti Partenza...Via, lean el artículo y lo descubrirán. Dedicamos un especial a los vinos porque son una de las cosas que el viajero encuentra en su camino: hay muchos itinerarios enogastronómicos que bien merecen una visita, tanto para saborear los productos de la región como para disfrutar de sus peculiaridades culturales.

Septiembre es el mes de la vendimia y, como ya mencioné en el artículo anterior, me gustaría continuar con una digresión que va un poco más allá de los temas artísticos para centrarme en aquellos más relacionados con el arte del gusto, limitándome en esta ocasión a describir la oferta vinícola de la región más poblada de Italia, Lombardía. Es cierto que cuando se habla de vinos no se piensa inmediatamente en Lombardía, vienen a la mente otras conocidas realidades vitivinícolas de la península, por lo que me gustaría invitarles a descubrir tres macrozonas que hacen que esta región mía se sienta orgullosa de sus productos.

Empecemos por Franciacorta, una zona situada al sur del lago de Iseo, en la extensa provincia de Brescia. Estos vinos de fama mundial están ligados a una arraigada tradición que se remonta al año 1000, cuando los monjes iniciaron su producción, que no tiene nada que envidiar al (quizá) más famoso Champagne francés obtenido mediante el llamado método champenoise, que consiste en una doble fermentación. La primera a 20-22° en barricas de roble o depósitos de acero a partir de vino elaborado con uvas agrias; a continuación se trasiega con eliminación de sedimentos, se mezcla con vinos de otras zonas y añadas y se embotella con adición de azúcar, vino y levadura. La segunda fermentación tiene lugar en las mismas botellas, que se almacenan durante un año o más en bodegas frías; dentro de las botellas la levadura convierte el azúcar en alcohol (fermentación alcohólica) con la producción de dióxido de carbono (las burbujas); la levadura después de agitarse tiende a sedimentar, esto se evita con la suave agitación que se inflige a las botellas todos los días. El proceso finaliza con la adición de una cantidad variable de azúcar para regular el dulzor del vino antes de su descorche definitivo.

Un vigneto nel bresciano
Un viñedo en la zona de Brescia

Botti in una cantina della Franciacorta
Botellas en una bodega de Franciacorta

Este “método clásico” puede sufrir algunas variaciones y es el mismo que se utiliza en Franciacorta. Cabe preguntarse por el origen de este curioso topónimo, que parece derivar del antiguo apelativo franca curte, en referencia a la vasta propiedad monástica exenta de impuestos, o bien podría aludir a la breve (por tanto corta) estancia del francés Carlos de Anjou y sus tropas en estas tierras, de las que fueron expulsados en 1266. Otra leyenda cuenta que Carlomagno, tras conquistar la Brescia lombarda en 774, acampó en Rodengo Saiano y, cuando llegó el momento de celebrar la fiesta de San Dionisio, que había jurado celebrar en París, zanjó el asunto decretando que esta tierra era como una “pequeña Francia” y ordenó que toda la zona se llamara así.

Pasemos de los prestigiosos vinos espumosos a los llamados “vinos de mesa”, entre los que se encuentran dos grandes producciones, Valtellina y Oltrepò Pavese. En el primer caso, los viticultores tuvieron que esforzarse para encontrar espacio para sus vides, escalonándolas en terrazas en las laderas montañosas del valle. Aquí se producen vinos tintos de gran cuerpo, pero también es la única zona de Lombardía donde se produce el Nebbiolo conocido localmente como “Chiavennasca”.

El Oltrepò pavese es históricamente la zona que ya en la Edad Media abastecía de vino a Milán gracias al comercio fluvial a través del Po, el Ticino y los canales. Las colinas del Oltrepò son florecientes y en ellas crecen uvas que pueden producir blancos, tintos y rosados.

I terrazzamenti della Valtellina
Las terrazas de Valtellina

Oltrepò Pavese, un paesaggio
Paisaje del Oltrepò Pavese

Lombardía es la región que mejor ha conservado la antigua tradición de las fiestas de la uva: en San Colombano al Lambro, al sur de Milán, en el límite con la provincia de Lodi, se celebra la Sagra dell’uva (Fiesta de la Uva) el cuarto domingo de septiembre, con el tradicional desfile de carrozas y el concurso de estrujado.

Tanto en Franciacorta como en Valtellina se celebran también varios eventos de “bodega abierta”, itinerarios gastronómicos que culminan con degustaciones típicas. Por citar una en Morbegno, en la provincia de Sondrio, Morbegno in cantina se celebra a principios de octubre.

Así que sólo tiene que salir a descubrir uno de los muchos pueblos de Lombardía y compaginar la visita a las bellezas artísticas con alguna degustación de productos típicos y, por supuesto, un buen vaso de vino. Y como es costumbre decir “in vino veritas”, debo confesar que, en honor a la verdad, quien esto escribe no es un bebedor de vino tan asiduo. Máscara abajo entonces, no puedo llamarme abstemio, pero estoy en ese camino, ¿me creen? ¡¡¡Hich !!!

Curiosidad del episodio: Sobre 33.000 hectáreas, el panorama vinícola lombardo cuenta con nada menos que 5 DOCG y 22 DOC, una producción muy respetable.


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