El vasto patrimonio cultural italiano es la segunda razón por la que los turistas pasan sus vacaciones en nuestro país, después de la naturaleza. Así se desprende de un estudio, relativo a los datos para 2022, realizado por Isnart (Instituto Nacional de Investigación Turística) para el Observatorio de la Economía del Turismo de las Cámaras de Comercio.
Isnart estimó, en 2022, hasta 142 millones de presencias entre pernoctaciones en establecimientos de alojamiento y casas particulares: más de la mitad de las presencias son italianas (55%, 78,8 millones), mientras que 63,6 millones de extranjeros eligieron Italia para sus vacaciones. Como se preveía, la belleza natural es el principal atractivo de las vacaciones en Italia, pero Isnart ha constatado que se ha consolidado el vínculo entre vacaciones culturales y de naturaleza. Además, se ha constatado que los turistas interesados en la cultura ya no se detienen sólo en las grandes ciudades de arte, sino que también quieren conocer los pueblos del interior del país, donde el vínculo entre cultura y vida al aire libre es más estrecho. Los turistas culturales italianos, en particular, son los más atraídos por la combinación con destinos de naturaleza (22,2%). A los turistas extranjeros, en cambio, les mueve el deseo de descubrir algo nuevo (22%), combinado con el deseo de descubrir la comida y el vino típicos de la zona (18,1%).
¿Cómo son unas vacacionesculturales? Los turistas que eligen la cultura para sus vacaciones visitan principalmente centros históricos (35,3%), monumentos (30,1%), palacios y castillos (28%), museos (25,3%) y yacimientos arqueológicos (18%). Pero según Isnart, el dato más interesante es que los turistas culturales también hacen muchas excursiones y viajes por la naturaleza (57,1%), más que la media de los turistas italianos (47%). Un interés que parece haber crecido “con la pandemia”, dado que en 2019 los turistas culturales que se dedicaron a excursiones y salidas fueron el 30,3%.
Los turistas también mostraron su deseo de visitar nuevos lugares, un interés que surgió para el 20% de la muestra, que indicó su preferencia por destinos no triviales u obvios. Esta cifra es superior al 14,3% de 2019: Isnart interpretó este aumento como resultado de las restricciones debidas a Covid que empujaron a los turistas a “salir” para descubrir nuevos lugares.
En cuanto al presupuesto, los queviajan por motivos culturales gastan significativamente más al día que el turista italiano medio en compras de bienes y servicios durante sus vacaciones: una media de 93 euros frente a 74 euros. Una tendencia significativa del gasto, que también supera los 70 euros registrados en 2019 y que no está ligada exclusivamente a la espiral inflacionista en curso. El presupuesto destinado al alojamiento se sitúa en 61 euros al día, mientras que la atención prestada a la relación calidad-precio se triplica (del 4,1% en 2019 al 13% en 2022): en este caso, la inflación ha tenido un gran impacto. Las partidas de gasto en este sector incluyen una media de 26 euros por persona en restaurantes y pizzerías, 21 euros en actividades recreativas (por ejemplo, cine), 13 euros en entradas/tarjetas para museos y monumentos y 12 euros para la compra de productos enogastronómicos. El turista extranjero, por su parte, parece inclinado a gastar algo más que el italiano, tanto en productos enogastronómicos (28 euros en restaurantes y pizzerías) como culturales (14 euros en entradas/tarjetas).
El turista cultural también se informa a través de la red: 1 de cada 2 se deja influir por Internet. Según Isnart, la web desempeña un papel fundamental en la difusión de información logística y experiencial para los turistas culturales. A la hora de elegir el destino ideal, de hecho, 1 de cada 2 turistas culturales se ve influido por Internet, una cuota que se mantiene invariable de cara a 2019 y que es superior a la asociada al turista medio italiano en 2022 (33,0%).
“Uno de cada 5 turistas busca nuevas experiencias y destinos por descubrir”, subraya Loretta Credaro, nueva presidenta de Isnart. “Se trata de un fenómeno emergente que no se debe subestimar en la planificación de la oferta turística local y que también pretende poner de relieve las pequeñas excelencias del territorio. La buena relación calidad-precio es imprescindible para el turismo cultural, factor decisivo en la elección de italianos y extranjeros, gracias también al elevado coste de la vida de los últimos meses. La tendencia, cada vez más compartida por la demanda turística, es hacia una búsqueda de la calidad en todo el sistema de oferta local. La verdadera clave del éxito de un destino turístico italiano se encuentra en el diálogo y la coordinación de las iniciativas puestas en marcha por los distintos agentes activos, públicos y privados, de la cadena ampliada de la hospitalidad”.
Foto: Montepulciano
Identikit del turista cultural 2022: gasta mucho, visita pueblos y ama la naturaleza |
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