Barcelona dice basta a los B&B: el alcalde de la ciudad , Jaume Collboni, ha anunciado de hecho que las más de 10.000 licencias para alquileres de corta duración no se renovarán cuando expiren para frenar los efectos del exceso de turismo. Una medida drástica pero muy lejana, dado que los plazos vencen en noviembre de 2028, tiempo para que los propietarios se adapten pero también mucho para que cambie el panorama anunciado.
En 2022, según datos del Observatorio de Turismo de Barcelona, el número de turistas que utilizaron alojamientos de alquiler corto fue de 2.360.000, un 87% más que el año anterior. Cataluña es el destino preferido por los extranjeros en España con más de 18 millones de visitantes, un 21% más que el año anterior. El efecto generado por estas cifras que el alcalde quiere frenar es el delencarecimiento de la vivienda, tanto para la compraventa (un 40% más en 10 años) como para el alquiler (un 70% más en el mismo periodo): los residentes, subrayó el alcalde, a pesar de trabajar, no encuentran casa debido a los precios cada vez más altos y se ven obligados a mudarse fuera de la ciudad. Su intención es volver a poner en el mercado estas 10.000 viviendas, fomentando la bajada de precios y frenando la despoblación.
Las licencias para abrir este negocio hostelero extrahotelero estaban suspendidas desde 2014, y el anterior alcalde, Jaume Collboni, había aprobado un plan urbanístico que sólo permitía abrir nuevos hoteles en zonas periféricas. Pero evidentemente esto no era suficiente y ahora el alcalde se plantea también limitar a esta medida el atraque de cruceros: 3,5 millones de cruceristas desembarcan para visitar Barcelona, cifra que aumenta cada año. La sensacional decisión provocó de inmediato reacciones políticas y empresariales, con el anuncio de un recurso ante el Tribunal Constitucional español.
La medida anunciada por la alcaldesa en rueda de prensa tendrá que ser aprobada por el ayuntamiento y, según explica El País, el aviso sobre los pisos turísticos responde al decreto de la Generalitat que invita a los municipios catalanes a elaborar, en un plazo de cinco años (a partir de diciembre de 2023), un plan urbanístico que establezca cuántos pisos turísticos aceptan tener. Y sobre la posibilidad de tener que indemnizar a los propietarios de pisos turísticos que perderán sus licencias, ha recordado que el decreto de la Generalitat establece que el plazo de cinco años hasta la extinción de los permisos de actividad servirá como indemnización. Además, el decreto también prevé que algunos propietarios de licencias más que hayan invertido en mejorar los pisos puedan solicitar una prórroga de otros cinco años, a partir de 2028, lo que retrasaría algunos cierres a diez años antes.
El Plan Urban se revisará eliminando por completo la categoría de "pisos turísticos". Así, el Ayuntamiento de Barcelona no determinará cuántas licencias permite en la ciudad, sino que las extinguirá todas. La de la ciudad catalana es la última de una serie de manifestaciones de descontento con el turismo que se están planteando desde diversos ámbitos en España, a la cabeza en Europa sobre una situación común a todas las capitales y ciudades de arte europeas.
Imagen: vista de Barcelona. Foto: Logan Armstrong
Barcelona, frenar los alquileres cortos para frenar los excesos turísticos |
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