Preciosos volúmenes antiguos: los tesoros inexplorados de las bibliotecas universitarias de Florencia

La exposición, que se celebra en la Biblioteca Medicea Laurenziana hasta el 23 de junio, pretende dar visibilidad al vasto y valiosísimo patrimonio bibliográfico y documental, conservado en las distintas sedes de las Bibliotecas de la Universidad de Florencia y que cuenta con unos cuatro millones de volúmenes.

La exposición se encuentra en una biblioteca igualmente prestigiosa, la Biblioteca Laurenciana, que lleva las ilustres firmas de Miguel Ángel Buonarroti, Giorgio Vasari y Bartolomeo Ammannati. La entrada a la exposición, por tanto, es cuando menos fascinante: el recorrido obligado, en efecto, conduce al visitante primero a través del vestíbulo, luego a lo largo de la vasta sala de lectura. A continuación se accede a los espacios expositivos, divididos en áreas temáticas, que reflejan las principales secciones disciplinarias de las que dan testimonio los documentos expuestos: El cuerpo humano y sus cuidados, Las ciencias naturales, Los orígenes del derecho, Las ciencias aplicadas y Los estudios humanísticos.

La exposición Tesoros por descubrir

Volúmenes expuestos

La primera sala, dedicada a las dos primeras secciones, es especialmente evocadora y atractiva, también desde el punto de vista sensorial. Las vitrinas que contienen los volúmenes, claramente dispuestas a lo largo de las paredes de la sala para orientar al visitante hacia la continuación de la exposición, están acompañadas por pantallas que dan justa visibilidad a los importantes proyectos de digitalización llevados a cabo por el Sistema Bibliotecario Universitario. Todo ello se completa con una agradable música de fondo. Todas las salas, al igual que la primera, están equipadas con herramientas útiles para comprender lo que se expone y la finalidad de la muestra. Pantallas y paneles interactivos permiten ver imágenes de documentos no expuestos, información adicional a los pies de las obras y, sobre todo, los volúmenes y documentos pacientemente digitalizados.

El itinerario continúa con la sala dedicada a la historia del derecho, de la que se recorren las etapas fundamentales a través de una selección de documentos procedentes del Fondo del Colegio de Abogados, que contiene más de 12.000 volúmenes, y con la sección de Ciencias Aplicadas, que pretende mostrar las piezas más significativas del patrimonio de la biblioteca procedentes de la Biblioteca de Ciencias Tecnológicas, que incluye los fondos de las Escuelas de Agricultura, Arquitectura e Ingeniería.

Merece especial atención la sección dedicada a la Biblioteca de Humanidades, dividida a su vez en subsecciones, entre las que destaca la dedicada a Florencia, el Mediterráneo y Oriente, que exhibe preciosos papiros y está acompañada por un tapiz que representa el encuentro entre las costumbres occidentales florentinas y las orientales. Esta nueva fragmentación es realmente eficaz para dar una imagen clara del inmenso patrimonio de Humanidades, estimado en más de 1.600.000 volúmenes. La Biblioteca, con sus sesenta colecciones de libros y archivos, 35.700 ediciones antiguas, manuscritos y mapas, es depositaria de una memoria cultural de inmenso valor y por ello merece exposiciones, como la que aquí se describe, que pongan de relieve su precioso contenido.

Philip Barker Webb, Histoire naturelle des iles Canaries, vol. 2.2, Ichthyologie table [3] (1836-1850)

Fragmento de papiro con divinidades apotropaicas (siglo II d.C.; Florencia, Istituto Papirologico ’G. Vitelli’, PSI inv. 2557)

En este sentido, cabe destacar la exposición digital que acompaña a la de la Biblioteca Laurenciana. En efecto, el sitio en línea del Sistema Bibliotecario Universitario pone a disposición un abundante material documental en formato digital, acompañado de interesantes fichas descriptivas, proporcionando a los interesados y a todo aquel que desee hacer uso de él, una herramienta útil para profundizar en los temas abordados y hacer aún más visible una iniciativa digna de contar con un amplio público, de modo que nuestro patrimonio bibliotecario deje de ser inexplorado para ser conocido, apreciado y protegido, como un preciado tesoro.

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