Luigi Ghirri, de sus series más conocidas a sus inicios: un viaje a través de su fotografía en Módena

No es un mero homenaje a su mayor fotógrafo lo que la ciudad de Módena ha querido dedicar a Luigi Ghirri (Scandiano, 1943 - Roncocesi, 1992) con la exposición fotográfica Luigi Ghirri y Módena. Un viaje hacia atrás, instalada en la FMAV Fondazione Modena Arti Visive en su sede del Palazzo Santa Margherita hasta el 20 de noviembre de 2022, con motivo del trigésimo aniversario de su muerte, pero un recorrido preciso, estudiado y sentido a través de imágenes por la que para Ghirri fue su carrera pero también su gran pasión: la fotografía. Siempre en estrecha relación con Módena: aunque originario de Scandiano, en la provincia de Reggio Emilia, Ghirri se trasladó a Módena con su familia a finales de los años cincuenta; aquí pasó, por tanto, la mayor parte de su vida, desde su adolescencia hasta poco antes de su prematura muerte, es decir, hasta 1990, cuando se fue a vivir a Roncocesi, en la campiña de los alrededores de Reggio Emilia, donde falleció repentinamente en febrero de 1992. Y fue en Módena donde empezó a fotografiar en 1970 en busca de un lenguaje propio y personal, al tiempo que colaboraba con artistas conceptuales. Algunas de sus obras más importantes nacieron en Módena y fue en la Galleria Civica donde se puso en marcha un programa de exposiciones de fotografía tan experimental como innovador para la época, del que fue uno de los principales promotores y comisarios, ya que se le consideraba una de las figuras de referencia de la cultura artística local.

A lo largo de su vida, dio mucho a la ciudad y ésta le correspondió en una relación de gran estima. La Colección de la Galería Cívica del Ayuntamiento de Módena y la Colección de Fotografía de la Fundación de Módena, ambas conservadas por la Fundación de Artes Visuales de Módena, contienen un gran número de fotografías de Luigi Ghirri (aunque el archivo de su obra se encuentra en Reggio Emilia, en la Fototeca de la Biblioteca Panizzi), que abarcan un amplio periodo de tiempo, y es de estas colecciones de donde nace la exposición de hoy. El objetivo de la exposición es, en efecto, recorrer la actividad de Ghirri a través de más de sesenta fotografías procedentes de ambas colecciones y, sobre todo, gracias al patrimonio de obras de Módena, “restituir en su contexto la excepcionalidad de la obra de Luigi Ghirri”. de la obra de Luigi Ghirri, capaz de cambiar el curso de la fotografía en Italia no sólo por la originalidad de su visión y pensamiento, sino también por su pasión por el medio fotográfico y su calidad humana, gracias a la cual fue capaz de crear una amplia red de amistades y colaboraciones mucho más allá del campo de la fotografía". Con esta idea en mente, el comisario Daniele De Luigi ha optado por llevar a los visitantes en un viaje hacia atrás, como sugiere el título, a través de la obra del fotógrafo: desde el Ghirri más conocido de la segunda mitad de los años ochenta, cuando realizó su serie más famosa e importante para la historia de la fotografía paisajística italiana (que, entre otras cosas, no por casualidad inauguró la Colección de Fotografía Contemporánea de la Fundación de Módena en 2009), hasta los orígenes de su poética, es decir, hasta alguna estampa vintage de principios de los años setenta, donde ya vislumbró su deseo de dar un nuevo sentido a la fotografía, apuntando el objetivo de su cámara a locotidiano pero intentando revelar un aspecto dentro de ello que generara asombro: sacar a la luz algo a lo que nunca se había prestado atención y que, sin embargo, estaba ante nuestros ojos a diario como parte de lo cotidiano.

Siguiendo el recorrido expositivo que se desenvuelve en tres salas, de las cuales la primera es la más aireada, el visitante tiene la oportunidad de comprender cómo esta línea de investigación condujo a Ghirri a lo largo de toda su actividad. Al detenerse a admirar los diferentes pequeños grupos de tomas, claramente diferenciados entre sí, se da un paso atrás en la línea cronológica, pero el fil rouge que los une es siempre el deseo de una mirada nueva y diferente sobre la vida cotidiana, gracias a luces y sombras, reflejos, yuxtaposiciones, simetrías, etc., anticipándose a los tiempos en el ámbito de la fotografía italiana contemporánea. Y en este viaje hacia atrás, la relación con la ciudad de Módena es constante. Comenzamos con fotografías de la serie Il profilo delle nuvole (El perfil de las nubes), realizadas a partir de 1980 y adquiridas en 2009 con motivo de la exposición que inauguró la colección de fotografía contemporánea de la Fondazione Modena, y cinco fotografías de la serie realizadas en el Palacio de Versalles por encargo del Ministerio de Cultura francés en 1985. Desde principios de los años ochenta, el fotógrafo era percibido como un innovador de la fotografía de paisaje y por ello comenzó a obtener importantes encargos para fotografiar determinados lugares, con la intención de darles un nuevo protagonismo. Así, un lugar grandioso, monumental y aparentemente distante como el Palacio de Versalles, con su gran parque, era visto por Ghirri con una mirada más íntima y humana. El año anterior, el Touring Club italiano le había encargado unas fotografías de los palacios, monumentos y calles de Módena, que se incluirían en dos volúmenes dedicados a Emilia Romaña. Las imágenes que se muestran en toda una pared de la exposición forman parte de esta serie, que diez años más tarde pasó a formar parte de la Colección de la Galleria Civica di Modena, con motivo de la exposición Gli occhi sulla città celebrada en 1994, junto con otras fotografías de la ciudad que Ghirri tomó en los años setenta, como la del Palacio Carandini que se muestra aquí. También hay detalles del Duomo, incluida la metopa que representa las Antípodas, que puede verse en el volumen del Touring Club y en una versión impresa en gran formato: esta última se imprimió así con motivo de una exposición dedicada a la Catedral. Si, por el contrario, se desea ver la metopa original, ésta se conserva junto con las otras siete en el Museo Lapidario del Duomo.

En la primera sala se expone también Vista con camera, el volumen publicado para una exposición de Ghirri en la GAM de Bolonia que ganó la primera edición del Premio Oscar Goldoni al mejor libro de fotografía publicado en Italia instituido por el Ayuntamiento de Módena en 1993, el mismo año en que se puso en marcha una de las exposiciones internacionales más importantes: Módena por la Fotografía. En efecto, la ciudad se había convertido en los años 70 en uno de los principales centros de la fotografía en Italia, gracias a Luigi Ghirri y a su amigo y colega Oscar Goldoni, fallecido también en 1992, seis meses después que Ghirri. La exposición que se organizó un año después de la muerte de ambos era, por tanto, una especie de homenaje a los dos grandes fotógrafos y pretendía transmitir su legado manteniendo el papel central de la fotografía para Módena. Además, Franco Fontana había donado su colección fotográfica a la Galleria Civica, que incluía también copias originales de Ghirri de los años setenta y ochenta (que, sin embargo, no se exhiben en la exposición actual por motivos de conservación).

A continuación pasamos a la segunda sala, pero antes nuestra mirada es inevitablemente atrapada por la chica rubia de espaldas vestida de amarillo que mira hacia los Faraglioni de Capri, de la serie Paisaje italiano. La segunda sala de la exposición combina arquitectura y fotografía , ya que aquí se presentan las fotografías de Ghirri sobre la arquitectura de Aldo Rossi y Paolo Portoghesi, incluido el Nuevo Cementerio de San Cataldo en Módena (con algunas obras inéditas) que inspiraron al fotógrafo por “el milagroso equilibrio entre lo que ya sabemos y esperamos de una conocemos y esperamos de una obra arquitectónica y la sensación de desorientación que se siente al enfrentarse a lo nuevo” (como dijo el propio Ghirri), y aulas de la Escuela Media Broni (Pavía) de la primera y las sedes del ENPAS en Pistoia y Lucca, así como edificios “geométricos” de la segunda. Por otra parte, una vitrina contiene documentos que hacen referencia a la editorial Punto & Virgola, fundada por Ghirri en 1977 junto con Giovanni Chiaramonte y Paola Bergonzoni, que cuenta la publicación en 1978 de Kodachrome por el propio fotógrafo, libros y monografías dedicados a la historia de la fotografía italiana y francesa y a fotógrafos consagrados y emergentes, y el ensayo Fotografia e inconscio tecnologico (Fotografía e inconsciente tecnológico) de Franco Vaccari, considerado fundamental para la fotografía.

Merece especial atención otra vitrina situada en el pequeño pasillo que conecta la segunda con la tercera sala: aquí podemos detenernos en algunos documentos de archivo inéditos, entre carteles, invitaciones, actas, comunicados de prensa, textos mecanografiados y cartas, relativos a una experiencia que hoy se considera habitual pero que en su momento fue excepcional e inédita: el uso constante de la nueva sala de la Piazza Grande, perteneciente a la Galleria Civica, para exposiciones y proyectos dedicados exclusivamente a la fotografía. El espacio fotográfico comisariado por Ghirri en colaboración con Oscar Goldoni y dirigido por Carlo Federico Teodoro resultó ser una aventura extraordinaria: se creó un grupo de trabajo muy unido que dio vida a un programa que combinaba maestros del pasado, del calibre de Rodchenko, Brandt y Doisneau, reconocimientos históricos, en particular sobre fotografía francesa, e investigaciones contemporáneas, dando también cabida a jóvenes fotógrafos. En este contexto se sucedieron las exposiciones de Gabriele Basilico, Mario Cresci, Olivo Barbieri, Franco Vimercati, Vincenzo Castella, Guido Guidi y otros fotógrafos que pasaron a formar parte de la historia de la fotografía, pero el espacio expositivo se inauguró en 1975 con la exposición Colazione sull’erba (Desayuno sobre la hierba), algunas de cuyas instantáneas se exponen en la pared de enfrente. La serie, iniciada en 1972 y finalizada en 1974, constituye uno de los primeros proyectos completos de Luigi Ghirri, y se centra en eluso del verde en los suburbios urbanos: instantáneas en las que predominan las simetrías, las geometrías y los ritmos en contextos cotidianos, tomadas en Módena y sus alrededores.

La tercera y última sala nos lleva al comienzo de la carrera de Ghirri, a principios de los años setenta. Estas imágenes están unidas por la idea de la realidad como fotomontaje; la fotografía como lenguaje capaz de desquiciar y regenerar el pensamiento para una lectura más profunda de la realidad. “Muchos han visto o confundido estas fotografías con fotomontajes; éstas, que yo llamaría en cambio fotomontajes, también quieren dar testimonio de un colosal fotomontaje existente, el del mundo físico”, afirma Ghirri (un ejemplo es Lucerna). Fundamental para el primer acercamiento a la fotografía de este último, que decidió dedicarse por completo a esta actividad como topógrafo, fue su encuentro en 1969 con Franco Guerzoni , que vivía cerca de su casa y que le introdujo en el mundo de la fotografía presentándole a otros amigos artistas modeneses como Carlo Cremaschi, Giuliano Della Casa, Claudio Parmiggiani y Franco Vaccari. Con Guerzoni entabló una relación de estima y fue una especie de guía para él, mientras que con los demás inició colaboraciones que fueron los primeros pasos preparatorios para convertirse en fotógrafo. Su carrera comenzó oficialmente en diciembre de 1972, cuando se inauguró su primera exposición en el Hotel Canalgrande de Módena, acompañada de un pequeño catálogo con una contribución de Vaccari.

Concluye así la exposición del Palazzo Santa Margherita, que devuelve al visitante a los orígenes de la actividad de uno de los más grandes fotógrafos de la segunda mitad del siglo XX. Una exposición bien dividida que ofrece la excepcionalidad de ver instantáneas inéditas e interesantes documentos de archivo. Si la intención es “restituir la excepcionalidad de la obra de Luigi Ghirri en su contexto”, la relación con la ciudad de Módena queda plenamente narrada a través de las fotografías expuestas y la originalidad de su visión queda bien subrayada por la cita de Ghirri que el comisario De Luigi ha querido imprimir junto a la chica del vestido amarillo: “Este sentimiento del origen de las cosas es el punto desde el que empiezo a mirar el paisaje: no considerar nada insignificante y descubrir un punto en el espacio, un momento en la vida o en un ligero cambio de luz la posibilidad de una nueva percepción”. Una invitación a mirar las cosas con otros ojos: una lección a tener en cuenta incluso hoy en nuestra vida cotidiana más sencilla.

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