El Códice Leicester y los estudios de Leonardo da Vinci en un gran proyecto de investigación en los Uffizi


Reseña de la exposición 'El microscopio acuático de la naturaleza. El códice Leicester de Leonardo da Vinci' en Florencia, Uffizi, del 30 de octubre de 2018 al 20 de enero de 2019.

El regreso a Florencia del Códice Leicester de Leonardo da Vinci (Anchiano, 1452 - Amboise, 1519), treinta y seis años después de la exposición florentina de las preciosas páginas manuscritas del gran genio en 1982, no pretende ser, como declara el director de las Galerías de los Uffizi, Eike Schmidt, "una ocasión ad hoc para celebrar el 500 aniversario de la muerte del artista", sino más bien compartir con el público los resultados de los estudios y descubrimientos realizados en las tres últimas décadas.Se trata más bien de una oportunidad para compartir con el público los resultados de los estudios y descubrimientos realizados en las tres últimas décadas, porque “Leonardo, su arte y sus escritos están en constante evolución, y no pasa un año ni un mes sin que surja algo nuevo sobre su obra, fruto de estudios o descubrimientos”. Una oportunidad que, como añade Schmidt, se quiso brindar a las nuevas generaciones, que no pudieron ver ni la citada exposición florentina de 1982, instalada en los Quartieri Monumentali del Palazzo Vecchio y comisariada por Carlo Pedretti, ni la boloñesa de 1986, centrada en particular en las realizaciones emilianenses y en el Mapa de Imola, que perteneció a la corona inglesa en Windsor. Como en el caso del escritor, que aún no había nacido en aquellos años.

Haber tenido la oportunidad de admirar en persona una de las piedras angulares de los tratados de Leonardo, el Códice Leicester, y detenerse detenidamente en las diferentes hojas, que dan testimonio no sólo de la infinita sabiduría de Leonardo, sino también de su escritura y de los pequeños dibujos con los que acompañaba el texto, suscita una gran emoción y una especie de veneración por la actitud con la que el genio abordaba las grandes cuestiones de la naturaleza. Lo que tenemos entre manos podría ser, de hecho, como propone Alessandro Nova en su ensayo del catálogo de la exposición, una primera etapa de una cosmogonía universal dedicada a los cuatro Elementos: el Códice Leicester se centra en el temadel agua, desarrollándose después en diversos campos del saber, como la hidráulica, la geología, la física, la cosmología, destacando cómo el elemento influye en ellos y cómo en ciertos casos determina cambios en nuestro planeta. Un elemento, por tanto, a partir del cual comenzar a estudiar los fenómenos naturales, como subraya el título de la exposición instalada en elAula Magliabechiana de los Uffizi hasta el 20 de enero de 2019, El microscopio acuático de la naturaleza. En una única sala, las hojas del célebre manuscrito de Leonardo están encerradas en vitrinas: el visitante tendrá así inicialmente una visión de conjunto de la disposición de la exposición, a lo largo de la cual deambulará para descubrir los diferentes aspectos presentados en la extraordinaria obra. Entre las vitrinas hay también numerosas estaciones tecnológicas que permiten, a través del Codescopio, visualizar todas las hojas individuales y descifrar su contenido. De este modo, se hace tangible al público el extenso trabajo de investigación llevado a cabo en cada una de las hojas del códice.



Los tres objetivos de la exposición son enunciados por el propio comisario, Paolo Galluzzi: en primer lugar, llamar la atención sobre el contexto en el que fue redactado el códice en cuestión e ilustrarlo con numerosos bocetos y dibujos, característica esta última que hace del manuscrito un documento único. La mayor parte del códice fue compilada en Florencia durante los años de la segunda estancia de Leonardo en la ciudad, es decir, entre 1501 y 1508, un periodo de intensa actividad cultural para Florencia. Y un periodo en el que, influido por este temperamento cultural, Leonardo se dedicó a la mecánica de fluidos y a la historia de la Tierra, llegando a la visión de una simetría entre el cuerpo humano y el cuerpo terrestre. También estudió el vuelo de las aves y realizó representaciones cartográficas que resultaron útiles para la planificación y realización de intervenciones en el territorio toscano, entre ellas el canal para hacer navegable el Arno desde Florencia hasta su desembocadura. También se quiso que el contenido del Códice Leicester fuera utilizable y accesible a todos los visitantes, incluso a los que no tuvieran conocimientos previos sobre el tema: esto fue posible gracias, como ya se ha dicho, a la herramienta tecnológica digital Codescope , que permite hojear todas las hojas del códice en muy alta resolución y conocer los temas de cada una. Otro y último objetivo era destacar cómo Leonardo se adelantó a su tiempo, realizando análisis y llegando a conclusiones que impuso la revolución científica y que se han convertido en principios fundamentales de las ciencias naturales modernas, como el lumen cinereum de la Luna o el carácter erosivo del agua.

Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci
Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci


Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci
Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci


Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci
Imágenes de la exposición El agua, microscopio de lanaturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci


Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci
Imágenes de la exposición El agua, microscopio de lanaturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci


Imágenes de la exposición El microscopio acuático de la naturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci
Imágenes de la exposición El agua, microscopio de lanaturaleza. El Códice Leicester de Leonardo da Vinci

El Códice Leicester constaba originalmente de dieciocho grandes hojas dobladas por la mitad e insertadas una dentro de otra para formar un álbum de treinta y seis hojas para un número total de setenta y dos páginas. En algunas de las hojas se pueden ver pequeños dibujos esquemáticos en los márgenes, , y otra peculiaridad del texto es la escritura de Leonardo, de derecha a izquierda. En la actualidad, el códice no está encuadernado y se muestra, como en la exposición, enhojas sueltas. En general, parece que Leonardo escribía en las cuatro caras de las hojas antes de introducirlas una dentro de otra, y solía partir de lo que consideraríamos la última página para llegar a la primera; en ciertos casos, sin embargo, también procedía en sentido contrario, dando la vuelta al conjunto de hojas, que, como se ha dicho, se superponían y doblaban para formar un fascículo. Y con este procedimiento produjo también el Códice Leicester. Sin embargo, hablar de linealidad en lo que respecta al método seguido por el genio es un tanto impropio, ya que una misma página podría haber sido compuesta con materiales añadidos en diferentes momentos o incluso la misma página podría tratar diferentes temas o podrían insertarse nuevas páginas en cualquier momento. Por tanto, es difícil llegar a un orden definitivo: los manuscritos del artista siempre tuvieron un carácter provisional. No obstante, actualmente se está publicando una nueva edición del códice en la que los estudiosos Domenico Laurenza y Martin Kemp han intentado reconstruir la secuencia de textos y dibujos de cada hoja. También se ha observado que parte del contenido de las páginas ha sido transcrito o adaptado de otros manuscritos, debido a la presencia de referencias cruzadas o, en particular, a las frecuentes referencias al Libro A, un texto perdido pero reconstruido por Carlo Pedretti. Además, el códice presenta el mayor número, en comparación con los demás manuscritos, de casos, es decir, preguntas que Leonardo se hace a sí mismo, probablemente debido a la complejidad de los temas tratados.

Lo que contribuyó significativamente a descifrar el orden de las hojas fueron las pruebas físicas, como la penetración de la tinta en el papel, las manchas, los borrones, la tinta pasada de una página a otra, los agujeros del compás y el grosor de la plumilla, elementos que llevaron a pensar en la compilación en hojas separadas, dobladas y colocadas después una dentro de otra.

Teniendo en cuenta la totalidad del expediente, se ha considerado una subdivisión entre serieinterior y exterior: la primera comprendería los bifolios del 8 al 18, mientras que la segunda abarcaría los bifolios del 7 al 1; temáticamente, podría decirse que ambas series son diferentes: la interior está dedicada principalmente a laobservación del agua en movimiento con un enfoque en la ingeniería hidráulica, la exterior, en cambio, está dedicada a cuestiones teóricas, como la naturaleza del cuerpo de la Tierra y la llegada de la luz solar directa y reflejada a la Tierra y la Luna, aunque, como se ha dicho, es arriesgado generalizar. No obstante, es de suponer que la serie interior de once hojas se produjo de manera uniforme en un único periodo de tiempo, mientras que la serie exterior pudo ser posterior y producirse de manera fragmentaria.

Para la época en que se produjo, el Códice Leicester era muy innovador y original: nadie había analizado tan a fondo los procesos a muy largo plazo responsables de los cambios cíclicos en la esfera de los elementos, laacción incesante de los elementos. Y es que “mucho más antiguas son las cosas que las letras”, en el sentido de que las macrotransformaciones de la Tierra tienen lugar a lo largo de periodos de tiempo muy largos en comparación con las escalas temporales más restringidas de los registros escritos. Por tanto, la única herramienta para reconstruir estas transformaciones es laobservación directa de la naturaleza y las interpretaciones posteriores basadas en un razonamiento mecánico riguroso. De hecho, la Tierra es, según Leonardo, un organismo vivo sujeto a transformaciones cíclicas. Sin embargo, Leonardo poseía una rica biblioteca personal durante los años en que elaboró el Códice Leicester, y entre sus fuentes figuran Platón, Aristóteles, Estrabón, Arquímedes, Ristoro d’Arezzo y Dante Alighieri; también había adquirido nociones de filosofía natural, mecánica, óptica y cosmología. La exposición florentina se abre, pues, con los textos que se encontraban en la biblioteca de Leonardo y que éste utilizó ampliamente para el Códice Leicester, entre ellos Naturalis Historia de Plinio el Viejo, Cosmographie de Claudio Ptolomeo, la traducción latina de Jacopo Angeli del texto de Ptolomeo, De Situ Orbis de Estrabón, La composición del mundo con sus cascadas de Ristoro d’ Arezzo y Tractatus de Sphaera de Giovanni Sacrobosco. En Florencia, entre 1505 y 1506, había compuesto también el Códice sobre el vuelo de los pájaros, donde analizaba las maniobras que realizan las aves para sostenerse y desplazarse por el aire aprovechando el viento. Había diseñado entonces las alas del hombre-pájaro, grandes alas articuladas que el hombre podía controlar mediante cuerdas, articulaciones y poleas para adaptarlas a las condiciones atmosféricas.

Plinio el Viejo, Ricciardo di Nanni (miniaturista), Naturalis Historia: retrato ideal de Plinio (1458; manuscrito membranoso, miniatura con giros blancos, Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)
Plinio el Viejo, Ricciardo di Nanni (miniaturista), Naturalis Historia: retrato ideal de Plinio (1458; manuscrito membranoso, miniatura con giros blancos, Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)


Claudio Ptolomeo, Cosmographia: representación de la ecumene (1482; xilografía sobre papel; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)
Claudio Ptolomeo, Cosmographia: representación de la ecumene (1482; grabado xilográfico sobre papel; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)


Claudio Ptolomeo, Cosmographia: representación de la ecumene (1466-1468; manuscrito membranoso, con traducción de Jacopo Angeli; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana).
Claudio Tolomeo, Cosmographia : raffigurazione dell’ec umene (1466-1468; manuscrito membranoso, con traducción de Jacopo Angeli; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)


Ristoro d'Arezzo, La composición del mundo con sus cascions (siglo XIII; manuscrito membranoso; Florencia, Biblioteca Riccardiana)
Ristoro d’Arezzo, La composizione del mondo con le sue cascioni (siglo XIII; manuscrito membranoso; Florencia, Biblioteca Riccardiana)


Estrabón, De situ orbis (manuscrito membranoso iluminado del siglo XV; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)
Estrabón, De situ orbis (manuscrito membranoso iluminado del siglo XV; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)


Giovanni Sacrobosco, Tractatus de Sphaera: diagramas sobre las relaciones Sol-Tierra-Luna (siglo XIV; manuscrito membranoso; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana).
Giovanni Sacrobosco, Tractatus de Sphaera: diagramas sobre las relaciones Sol-Tierra-Luna (siglo XIV; manuscrito membranoso; Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana)


Leonardo da Vinci, Códice sobre el vuelo de los pájaros, folios 7v-8r (1505-1506; manuscrito sobre papel; Turín, Biblioteca Reale)
Leonardo da Vinci, Códice sobre el vuelo de los pájaros, folios 7v-8r (1505-1506; manuscrito sobre papel; Turín, Biblioteca Reale)

El primer gran tema del Códice Leicester presentado en la exposición es la Luna como segunda Tierra: el folio 36v, que para Leonardo debió de ser la primera página del códice, está dedicado a la existencia de mares en la Luna y de olas en el agua; el discurso sobre la Luna continúa en los folios exteriores: en 1v atribuye el brillo irregular de la Luna a la presencia de vastos océanos en su superficie, mientras que en 1r esboza las relaciones entre el Sol, la Tierra y la Luna y estudia la composición material de esta última, insistiendo de nuevo en su iluminación irregular causada por las aguas agitadas de su superficie, a pesar de que hoy sabemos de la inexistencia de mares en ella, y compara la superficie de la Luna con la de una zarzamora o una piña. Sin embargo, es en el folio 2r donde Leonardo afirma que la Luna se rige por las mismas leyes que la Tierra y ofrece una explicación para el fenómeno conocido hoy como luz cenicienta. Rechazando la cosmología tradicional según la cual la Luna estaba dotada de luz propia, afirma que recibe luz del Sol; su luz secundaria, o lumen cinereum, procede de los rayos solares reflejados por los océanos de la Tierra, que iluminan tenuemente la parte sombreada de la Luna. En el reverso de la hoja 36, aborda los grandes cambios que ha experimentado la Tierra a lo largo de los siglos, a partir de la observación de las cavernas, e hipotetiza que los derrumbamientos subterráneos determinaron el origen de la formación de las montañas, llegando así a explicar la presencia de fósiles de animales marinos en las cimas de las montañas.

Como sugiere el título de la exposición, Leonardo estaba convencido de que el agua era la clave para comprender la organización y el funcionamiento de la naturaleza en el sentido más general. Por eso empezó a estudiar los movimientos del agua, el modo en que influye en otros elementos y los cambios que provoca en la Tierra, tanto externa como internamente. El Código Leicester es, por tanto, el resultado de sus estudios sobre todo lo relacionado con el elemento agua, como su estructura, los movimientos giratorios que genera y los puntos en común entre el aire y el agua. Éstos pueden apreciarse en la práctica a través de un torbellino sobre el mar, que presenta el mismo movimiento en espiral que el agua: una maraña de vientos que levanta piedras, arena y algas en el aire junto con agua vaporizada. Los dos elementos, aire y agua, se relacionan continuamente de forma recíproca: el viento se genera por la evaporación del agua, al igual que las nubes, que son consecuencia de la evaporación del agua del mar que se condensa por el frío en las alturas. Los cambios recíprocos se producen sobre todo por el calor o el frío.

Un aspecto innovador para la época es la asociación entre los movimientos arremolinados del agua, el aire y la sangre que fluyen en el ser humano, expresiones de la fuerza incontenible de la naturaleza: la idea de una simetría entre la carne, los huesos, la sangre y el suelo, las rocas, el agua. El cuerpo de la Tierra se asemeja al cuerpo humano, pues la sangre se ramifica en las venas como el agua en los ríos, aspecto bien ilustrado en el dibujo del margen del folio 3v. El folio 17v contiene el índicemás detallado del Tratado del agua (otro índice se esboza en el folio 5r), que le hubiera gustado completar, y entre los temas analizados, profundiza en la gota, componente elemental del agua, destacando su forma, su cohesión con el resto del elemento agua y su elasticidad, comparándola con la pompa de jabón. También examina elorigen de los manantiales en las cumbres de las montañas, teniendo en cuenta la teoría de que el calor del Sol transforma el agua en vapor y la hace ascender hasta que, al alcanzar una mayor altitud, el frío la reconvierte en agua; y la formación de las propias montañas por el movimiento de tierras que realizan los ríos de un hemisferio a otro, lo que provoca el desplazamiento del centro de gravedad del planeta. Constatando laerosión del agua sobre la tierra, se dedicó a diseñar presas que resistieran el flujo precipitado del agua corriente y a estudiar los efectos causados por obstáculos colocados en el lecho de los ríos: experimentos con presas y tuberías para poner en práctica unahidrodinámica útil para la construcción de canales y pozos. Según sus estudios, sería útil no alterar radicalmente el curso de un río, sino acomodarlo cambiando gradualmente la dirección. En particular, tiene en cuenta el comportamiento del agua que fluye cuando se ve obstaculizada por“obstrucciones”, es decir, barreras naturales o artificiales colocadas en el lecho del río, que hacen de “firme escudo al acontecer de las aguas”, según relató el propio Leonardo: desvía su curso, proceso útil para evitar o disminuir la erosión de las riberas. Según sus conclusiones, a medida que las orillas se ensanchan o estrechan, la velocidad a la que el agua del río fluye por su cauce se modifica hasta convertirse en un caudal constante. Este principio, según Leonardo, se da en la savia de las plantas y en la circulación de la sangre en los seres humanos. El estudio de la hidrodinámica le sirvió para resolver uno de los problemas concretos relacionados con la Tierra y el curso de los ríos: la prevención y protección contra las inundaciones. Para cavar canales, Leonardo diseñó máquinas semiautomáticas y se centró en particular en la canalización del Arno aguas arriba y aguas abajo de Florencia. Se exponen estudios y dibujos sanguíneos y proyecciones digitales para ayudar a los visitantes a comprender los diseños de estas máquinas para cavar y remover la tierra excavada, ya estudiados en el Codex Atlanticus, que data de 1502. Se trata sobre todo de una especie de grúa que, además de mover la tierra, se desplaza sobre orugas y avanza siguiendo el frente de la excavación. El canal navegable del Arno habría sido alimentado por un sistema de canales que se construirían en la zona de la Valdichiana, completando su recuperación. Comenzó así a representar el territorio en dibujos cartográficos que adoptan el aspecto de dibujos anatómicos: como ya se ha dicho, los cursos de agua que descienden de las montañas y llegan a las llanuras pueden compararse a la sangre que fluye por las venas del cuerpo humano. El Mapa de Valdichiana es una vista de pájaro con representaciones elevadas de ciudades, castillos y relieves montañosos. Para dar a conocer los proyectos más significativos de Leonardo aplicados a las principales cuencas hidrográficas de la Toscana, se ha creado una maqueta animada de la Toscana con las obras hidráulicas proyectadas por el genio.

Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 1v-36r (1506-1510; manuscrito sobre papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates
Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 1v-36r (1506-1510; manuscrito sobre papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates
Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folio 2r (1506-1510; manuscrito sobre papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates
Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folio 2r (1506-1510; manuscrito en papel; Colección privada). Cortesía de Bill Gates


Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 3v-34r (1506-1510; manuscrito sobre papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates
Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 3v-34r (1506-1510; manuscrito en papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates


Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 17v-20r (1506-1510; manuscrito sobre papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates
Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 17v-20r (1506-1510; manuscrito en papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates


Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 36v-1r (1506-1510; manuscrito sobre papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates
Leonardo da Vinci, Códice Leicester, folios 36v-1r (1506-1510; manuscrito en papel; colección privada). Cortesía de Bill Gates

Entre los inventos más extraordinarios relacionados con la canalización del Arno figura elodómetro, precursor del cuentakilómetros: un instrumento que habría servido para medir la longitud del canal. Se expone un modelo de tal máquina: tirada por caballos, estaba compuesta por dos ruedas, como un carro, que medían diez brazas “desde el suelo” en cada vuelta accionando una rueda dentada transversal de trescientos dientes; ésta daba una vuelta completa cada tres mil brazas, es decir, cada milla. La rueda dentada estaba a su vez conectada a una rueda contadora que medía la distancia recorrida. El códice ofrece también la primera descripción detallada del movimiento de las olas y de su impacto en las orillas del mar o en las riberas de los ríos, en particular en el folio 4v. Estudia con detalle el impacto de la ola en la orilla, observando cómo la cresta choca con la ola siguiente, dividiéndose en dos partes: una se despliega hacia arriba y luego se retuerce sobre sí misma, la otra cae al fondo, arrastrando hacia mar abierto la parte inferior de la ola con la que chocó.

Casi al final de la exposición, se esboza mediante un mapa la circulación europea del Códice Leicester y de sus copias: éste fue de hecho el único manuscrito de Leonardo que suscitó gran interés por parte de exponentes de las ciencias naturales pertenecientes a generaciones posteriores. Entre 1537 y 1717, el Códice Leicester estuvo en Roma, primero en manos del escultor Guglielmo della Porta y más tarde del pintor Giuseppe Ghezzi. En 1717, el futuro conde de Leicester, Thomas Coke, compró el códice y mandó hacer una copia en Florencia, de la que se tomaron otras; en la segunda mitad del siglo XVIII, se atestigua una copia del manuscrito en Nápoles, mientras que, según el testimonio de Giacomo Leopardi en 1813, se encontró una copia en Florencia. Cinco años más tarde, gracias a Goethe, una copia del Códice Leicester fue adquirida por la Biblioteca Gran Ducal de Weimar. También se exhibe en la exposición un manuscrito que contiene dos copias del códice, realizado en Florencia en 1767. El códice original fue adquirido en 1980 por Armand Hammer, que le dio su nombre. Bill Gates le cambió el nombre en 1994, cuando se convirtió en su propietario.

Leonardo da Vinci, Estudios para la canalización del Arno, Codex Arundel, folios 271v-278r (c. 1504; lápiz rojo, pluma y tinta; Londres, British Library)
Leonardo da Vinci, Estudios para la canalización del Arno, Códice Arundel, folios 271v-278r (c. 1504; lápiz rojo, pluma y tinta; Londres, Biblioteca Británica)


Leonardo da Vinci, Estudio de máquinas elevadoras y equipo de excavación, Codex Atlanticus, folio 3r (1502 (?); lápiz, pluma y acuarela sobre papel; Milán, Veneranda Biblioteca y Pinacoteca Ambrosiana)
Leonardo da Vinci, Estudio de máquinas elevadoras e instalaciones de excavación, Codex Atlanticus, fol. 3r (1502 (?); lápiz, pluma y acuarela sobre papel; Milán, Veneranda Biblioteca y Pinacoteca Ambrosiana)


Leonardo da Vinci, Estudio de máquinas elevadoras y equipo de excavación, Codex Atlanticus, folio 4r (1502 (?); lápiz, pluma y acuarela sobre papel; Milán, Veneranda Biblioteca y Pinacoteca Ambrosiana)
Leonardo da Vinci, Estudio de máquinas elevadoras y sistemas de excavación, Codex Atlanticus, folio 4r (1502 (?); lápiz, pluma y acuarela sobre papel; Milán, Veneranda Biblioteca y Pinacoteca Ambrosiana)


El modelo de cuentakilómetros
El modelo del cuentakilómetros


Vídeo ilustrativo sobre el funcionamiento del cuentakilómetros
Vídeo ilustrativo sobre el funcionamiento del cuentakilómetros

La reseña concluye destacando cómo los temas principales del Códice Leicester fueron presentados por el propio Leonardo en algunos de sus cuadros: los procesos de sedimentación a partir de los cuales se elevan las formaciones rocosas se representan en la Virgen de las Rocas; la luz cenicienta de la luna se hace explícita en la luminosidad secundaria del rostro de Ginevra de’ Benci y en Santa Ana, la Virgen y el Niño con el Cordero. Las teorías geológicas sobre montañas y lagos son visibles en el paisaje que forma el fondo de la Gioconda, mientras que los pies de Cristo en las aguas del Jordán en el Bautismo de Cristo de Verrocchio (Florencia, 1435 - Venecia, 1488) y Leonardo pueden compararse con objetos. Alrededor de los pies se ven cascabeles, pequeños remolinos.

La exposición va acompañada de un extenso catálogo que, según el propio comisario, “representa el recurso más exhaustivo y autorizado para enfocar con madurez los análisis y las ideas altamente innovadoras propuestas por Leonardo en el Códice Leicester y reconstruir el contexto intelectual y material en el que lo concibió”. En efecto, hay que subrayar que el catálogo de la exposición es una herramienta muy válida, precisa y rica para comprender los temas abordados por Leonardo en las páginas del códice. Los ensayos se confían a destacados expertos que han explorado exhaustivamente todos los temas tratados en el manuscrito de Leonardo: desde su compilación e historia hasta la idea del agua como “centro común de los elementos”, desde los objetivos hasta los mapas hidrográficos de la Toscana y la excavación de canales, desde el lumen cinereum de la Luna hasta la historia de la Tierra como ser vivo que experimenta perennes transformaciones cíclicas. Una contribución excepcional a un gran retorno a Italia.


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