Identidad, memoria y libertad. Todas ellas son cuestiones actuales y urgentes, en el centro del debate público de los últimos días y presentes también como palabras clave en la segunda edición de Connexxion, un difuso festival de arte contemporáneo, comisariado por Livia Savorelli y promovido por la Asociación Cultural Arteam de Savona. Aquí, en la provincia de Liguria no especialmente dedicada a eventos sobre lo contemporáneo, salvo contadas excepciones, y quizá incluso alejada en ciertos aspectos de la investigación llevada a cabo por artistas vivos, elarte contempor áneo se ha abierto paso en la ciudad, en las plazas, en los lugares simbólicos y en los olvidados y abandonados, interactuando de forma transversal con asociaciones, juntas de vecinos, escuelas y realidades museísticas.
A través del festival, con exposiciones, performances, instalaciones, talleres y charlas entre el 25 de noviembre de 2023 y el 27 de abril de 2024, el tejido urbano, ya en el centro de la primera edición de Connexxion, ha vuelto a ser un elemento central y ganador de toda la iniciativa, gracias a la colaboración de diversos sujetos públicos y privados que, en diferentes capacidades, han permitido o acompañado el éxito de algunas acciones.
A Silvia Margaria, Filippo Riniolo y Davide Dormino debemos algunos de los momentos más significativos, capaces de trazar los límites temáticos y emocionales de la edición e inducir una reflexión que desde la práctica artística se cruza de forma natural, discreta pero poderosa en una acción colectiva de memoria conectada a los temas de la historia, las historias y los lugares. Bandite, la performance de Margaria, consistió en la creación de seis banderas rojas, cada una de ellas bordada con las flores de especies amenazadas de la flora ligur y palabras simbólicas como “cuidado” o “resistencia”, en homenaje a figuras femeninas de la resistencia de Savona: Clelia Corradini, Ines Negri, Franca Lanzone, Paola Garelli, Luigia Comotto y las monjas “Maria bambina” de Pietra Ligure.
Además del trabajo de investigación realizado por la artista sobre las biografías de estas mujeres, la acción tuvo repercusión porque, cerca del aniversario de la Liberación, en una ciudad condecorada con la medalla de oro al valor militar por la Resistencia, unió a distintas generaciones, desde los jóvenes abanderados implicados en la reactivación de gestos vinculados a la conmemoración de los caídos, a los representantes de ANPI, ANED e ISREC, en la Piazza dei Martiri della Libertà, donde se encuentra el Monumento a la Resistencia, creado por Agenore Fabbri e inaugurado hace exactamente 50 años en presencia de diez mil personas. Una unión necesaria que hace del arte contemporáneo un activador consciente de las prácticas conmemorativas, favoreciendo la participación de públicos heterogéneos en cuanto a edad e intereses.
Siguiendo con la reflexión sobre los lugares, Connexxion tiene el mérito de haber reabierto, limitado a la duración de las exposiciones, elEx Carcere Sant’Agostino, que puede visitarse ocasionalmente durante los eventos promovidos por la FAI. Aquí, en el interior de las celdas, se realizaron proyectos site-specific de Alessio Barchitta, Rocco Dubbini, Armida Gandini, Federica Gonnelli, Lorenzo Gnata, Monica Gorini, Carla Iacono, Gianni Moretti y Giulia Nelli, en torno a los temas de las prisiones, el encarcelamiento físico o mental, y las conexiones con acontecimientos históricos conocidos o pertenecientes a las biografías individuales de los artistas.
La Capilla de la Prisión también acogió Selecciones, la conmovedora acción de Filippo Riniolo. El artista, imitando el proceso de selección de prisioneros en Auschwitz, relatado por Primo Levi en las páginas de Si esto es un hombre, pasa el dedo por su smartphone y recita los nombres de más de mil judíos deportados durante la redada del gueto de Roma. Acompañado por un fondo de música popular que no encaja con el carácter trágico de la acción y resulta aún más inquietante cuando uno se entera de que la misma melodía sonaba en los campos de concentración, el artista involucra a su público en un auténtico bucle, en el que el concepto del tiempo adquiere un nuevo valor.
La reflexión de Riniolo se mueve en varios niveles: el deseo de devolver una identidad a los individuos y una dignidad a las historias individuales, dejando atrás la lógica numérica a la que nos han acostumbrado los medios de comunicación de masas para cada guerra, cada atentado, cada calamidad; el deseo, pero también el deber, de dedicar tiempo al ejercicio de la memoria; la necesidad, en todos los contextos, desde el más dramático al más cotidiano, de no reducir los seres humanos y las relaciones a una mera selección.
El tercer lugar simbólico de esta edición, la Fortaleza de Priamàr, fue testigo del nacimiento de Semillas, una instalación a la vez monumental y perfectamente integrada en el paisaje que toma prestadas las palabras del poeta Dinos Christianopoulos, “intentaron enterrarnos no sabían que éramos semillas”. La declaración, un tenaz himno a la resistencia, que yace sobre el césped enmarcando la rampa de acceso al Priamàr, es obra de Davide Dormino, compuesta por cuarenta y nueve letras de arcilla cruda, mezcladas con semillas y destinadas a ser reabsorbidas por la tierra. Esta obra site-specific, cuyas referencias no se limitan a la actualidad sino que también se remontan a la historia de la ciudad de Savona y a sus conflictivas relaciones con Génova, se une a continuación a Per uno sguardo libero, una escultura de bronce de un dedo índice y un pulgar agarrando una semilla, frente a la Juana de Arco de Renata Cuneo, símbolo de libertad y valentía.
La obra, también de Dormino, se expuso en el Museo Sandro Pertini y Renata Cuneo, donde se reúnen las colecciones donadas al Ayuntamiento de Savona por el Presidente de Savona y la escultora. Connexxion también interactuó con museos locales y, en particular, con el Civico Museo Archeologico e della Città, donde se presentó la exposición Frammenti. Actos de conservación para un futuro de libertad, comisariada por Savorelli y Matteo Galbiati con obras de Roberto Ghezzi, Alberto Gianfreda, Laura Pugno, Attilio Tono e Ivano Troisi; con el Museo Pertini de Cuneo, donde Savorelli comisarió la exposición Diálogos en torno a la libertade incluyó obras de Elena Bellantoni, Davide Dormino, Rocco Dubbini, Armida Gandini y Gianni Moretti en diálogo con las colecciones permanentes; y con el Museo de Cerámica, que acogió actividades de taller dirigidas por varios artistas en colaboración con el personal del museo.
Una segunda edición rica, participativa y coherente en sus distintas secciones, que confirma así el éxito del primer festival y, sobre todo, demuestra cómo los lenguajes del arte contemporáneo pueden pertenecer realmente a la comunidad, fomentando la cooperación entre distintos actores, permitiendo que lugares olvidados vuelvan a la ciudadanía, aunque sea en tiempos limitados, sugiriendo nuevas posibilidades y usos y, en definitiva, promoviendo visiones renovadas y plurales del patrimonio de la ciudad. En Savona, que se prepara para presentar su candidatura como capital italiana de la cultura en 2027, esto también representa, haciéndose eco de los temas de la obra de Dormino, una semilla cuyos frutos sólo darán fruto años más tarde, con un trabajo que necesariamente deberá llevarse a cabo de la manera adoptada por Savorelli, de forma generalizada y coral.
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