Andy Warhol: el genio del pop expuesto en Asolo


Reseña de la exposición "Andy Warhol. 30 años después' en el Museo Civico di Asolo del 28 de enero al 17 de abril de 2017.

El pintoresco pueblo de Asolo, en la provincia de Treviso, revela muchas sorpresas en su interior. Es famoso por haber sido el escenario de Asolani, de Pietro Bembo, por haber acogido a la actriz Eleonora Duse (que está enterrada aquí) en el último periodo de su vida, y por haber albergado a varios otros intelectuales, entre ellos Giosuè Carducci y Ernest Hemingway. Una vida intensa para esta pequeña ciudad que recientemente se ha enriquecido con una nueva iniciativa, una exposición dedicada a Andy Warhol.

La exposición ANDY WARHOL. 30 años después, comisariada por Enrica Feltracco y Matteo Vanzan, se ha organizado para recordar al gran artista fallecido hace treinta años, el 22 de febrero de 1987. Instalada en la primera planta del Museo Cívico de Asolo, la exposición ocupa una pequeña sala e incluye obras cedidas por coleccionistas privados. Una exposición bien pensada, que a través de obras emblemáticas, muestra e intenta hacer comprender el genio revolucionario e indiscutible de uno de los más grandes artistas del siglo XX y de toda la historia del arte.



Andy Warhol, Marilyn
Andy Warhol, Marilyn

En la exposición se muestran obras que, en mi opinión, resumen muy bien el Pop Art, una tendencia que se extendió a partir de los años sesenta. Tras el intelectualismo y la complejidad del Arte Informal, de artistas como Pollock y Rothko, surgió la necesidad de un arte nuevo, sencillo, que pudiera entenderse y llegar a las masas, un arte popular. Y es precisamente de “popular” de donde deriva el nombre de este nuevo medio, el Pop Art, que dirige su atención a los objetos populares de la sociedad de consumo y se sirve de cualquier cosa, incluso de lo más banal y cotidiano.

“Lo bueno de este país es que Estados Unidos inició la tradición según la cual el consumidor más rico compra esencialmente lo mismo que el más pobre. Puedes ver la televisión y ver Coca-Cola, y sabes que el Presidente bebe Coca-Cola, Liz Taylor bebe Coca-Cola, y tú también bebes Coca-Cola”. Así decía Andy Warhol y su pensamiento resume perfectamente lo que es el Pop Art, un arte de masas que utiliza objetos y lenguajes reconocibles para cualquier persona. Una botella de Coca Cola, símbolo americano por excelencia. Una caja de cereales que se puede comprar en cualquier supermercado. O una simple lata de sopa precocinada Campbell’s, que junto con la Coca-Cola se convierte en la marca de Warhol. No sólo objetos, sino también noticias policíacas, obras de artistas del pasado como Leonardo y Piero della Francesca, estrellas de cine como Marylin Monroe y políticos como Mao Tse-Tung se convierten en temas propuestos y repropuestos que todo el mundo puede reconocer y consumir sin piedad.

Andy Warhol hace suyo inmediatamente este mecanismo del arte de masas y, utilizando la misma lógica de la propaganda publicitaria, repropone sus temas en serie, por un número casi infinito de veces, introduciendo únicamente variaciones de forma y color. Un artista que anula así su subjetividad y se convierte en un puro manipulador de imágenes.

Andy Warhol, Flowers
Andy Warhol, Flores

Algo tan aparentemente simple como una botella de Coca-Cola, si se repite sin cesar, se convierte en adictivo, martilleante y obsesivo, y produce en el espectador el mismo efecto que un anuncio publicitario. Y este es precisamente el efecto que producen las obras de esta exposición; grandes o pequeñas, gracias a su repetición en serie y a sus colores chillones y plásticos, nos hacen pensar en la sociedad de consumo y de negocios en la que vivimos y generan en quienes las observamos extrañeza, desconcierto, incluso un poco de inquietud. Pero también fascinación, si pensamos que estos objetos comunes y banales cobran vida y se convierten en productos valiosos, valorados por las casas de subastas, comprados por coleccionistas y museos, observados ahora con una sonrisa y ahora con un poco de desconcierto.

En 1962, Andy Warhol consiguió convertir una simple lata de sopa Campbell’s en una obra de arte digna de exponerse en los museos más famosos del mundo. Warhol hizo inmortal el objeto, convirtiéndolo en un icono y sellándose como el rey del Pop Art. Fue el propio Andy Warhol quien dijo: “El arte de los negocios está un paso por encima del Arte. Empecé como artista comercial y quiero terminar como artista de los negocios”. Y valorando no sólo esta exposición, sino todo el arte de Warhol y el efecto que ha tenido y sigue teniendo, se puede convenir en que lo ha conseguido plenamente.


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