Sicilia, la protección amenazada: los alcaldes podrían sustituir a los superintendentes en la emisión de dictámenes


En Palermo se celebró una conferencia para hacer balance de las amenazas a la protección a las que se enfrentan los parques arqueológicos de Sicilia, donde los alcaldes forman parte de comités científicos y donde los primeros ciudadanos pueden incluso emitir dictámenes que son responsabilidad de los superintendentes.

El 21 de junio se celebró en Palermo, en los Cantieri Culturali alla Zisa, la conferencia Sul futuro dei parchi archeologici: no ai politici in luogo dei tecnici, promovida por la historiadora del arte y periodista Silvia Mazza, que trabaja desde hace años en parques arqueológicos y ha firmado recientemente una investigación en la revista especializada "Finestre sull’Arte para denunciar cómo, en Sicilia, la autonomía de los técnicos se ve amenazada por injerencias políticas, ya que el actual gobierno regional siciliano quiere incluso poner en manos de los alcaldes un dictamen que sólo pueden emitir las Superintendencias.

La mezcolanza de política y administración, puesta en marcha con el nombramiento el 20 de mayo por el Assessore dei Beni Culturali e dell’Identità Siciliana Alberto Samonà de los dos primeros comités técnico-científicos, muy poco técnicos y mucho más políticamente dirigidos, de los parques arqueológicos de Himera y Tindari, fue estigmatizada durante la conferencia por su perfil anticonstitucional, por ser contrario al artículo 97: “los principios de buen funcionamiento e imparcialidad de la administración, recordados por la Carta”, dijo Mazza, “sólo pueden garantizarse mediante la separación entre la función de elaboración de políticas y las actividades de gestión administrativa”. Principios afirmados desde la Ley Bassanini en adelante, hasta la llamada Reforma Madia de 2017, transpuesta por la ley regional de “desburocratización” Grasso-Armao. Y en lugar de evitar la confusión de roles, en los Comités nombrados hace un mes hay 9 alcaldes, administradores locales y por lo tanto políticos, que se sientan junto a 3 técnicos en el parque Himera y en el parque Tindari 5 siempre junto a 3 técnicos. “La preponderancia de asesores de carácter político sobre técnicos y expertos en la materia en el seno de un comité técnico-científico es en sí misma un contrasentido”, subraya Alessandro Garrisi, presidente de ANA, la Asociación Nacional de Arqueólogos, que siempre ha tenido un espíritu de colaboración con el departamento. “¿Qué queda de un ’parque arqueológico’ si es un comité técnico-científico en el que deciden los políticos?”, se preguntó. “Es uno de los muchos resultados desafortunados de no haber sabido prever el progresivo declive de la especialización en patrimonio cultural y la enrarecida relación con las instituciones académicas y territoriales de investigación”, afirmó Ignazio Buttitta, catedrático de Historia de las Tradiciones Populares de la Universidad de Palermo.



De la conferencia se desprende que lo más preocupante es que estos comités, así compuestos, pueden emitir un dictamen “técnico” no consultivo, sino incluso vinculante, en lugar de las Superintendencias. “La ley estatal, 110/2014, de la que deriva el artículo 9 bis del Código de Bienes Culturales (Decreto Legislativo 42/2004’), habla claro, reconociendo este pronunciamiento exclusivamente a quienes tengan los conocimientos científicos necesarios”, afirma Andrea Camilli, Presidente de Assotecnici. “En Sicilia, en cambio, se hace palanca sobre la Ley Regional 20 de 2000 que regula el sector”, explica Mazza, “con una cláusula confirmada en el Reglamento de los parques que forma parte integrante de los decretos institutivos, pero completamente en desacuerdo con el Código de los Bienes Culturales, que el Tribunal Constitucional ha calificado ”como norma de gran reforma económico-social que incluso las Regiones con un estatuto especial deben observar“ (sentencia 172/2018). Mientras que la derogada Ley de Consolidación de 1999 todavía se cita en la Ley 20, este reglamento establece precisamente que ’para las intervenciones propuestas por el Director del Parque, que se llevarán a cabo dentro del parque’ la opinión expresada por el Comité ’reemplaza la autorización que debe rendirse de conformidad con el Decreto Legislativo 42/2004’”.

Por tanto, habrá conflictos de intereses “siempre que haya que adoptar medidas restrictivas en los territorios que administran”, observa Mazza. “Llegaríamos a la paradoja de que el alcalde de un municipio en el caso de la imposición de una restricción arqueológica, supraordenada al Plan General de Ordenación, debe adaptar el Prg a la restricción y, por otro lado, se encuentra con poder de decisión, capaz de afectar a las elecciones que conciernen a los bienes estatales de un Parque”. En resumen, los alcaldes, por una parte, son portavoces de los intereses de los territorios que administran y, por otra, están llamados a pronunciarse sobre ellos. Aunque no todos: haber dado vida a parques extragrandes ha logrado el desafortunado resultado de haber creado alcaldes, municipios y, por tanto, ciudadanos de la lista A, que participan en las decisiones sobre los parques, y ciudadanos de la lista B, que no tienen ni voz ni voto. Trece parques, además del Valle de los Templos, todo el territorio regional con todas las provincias implicadas. Una mezcla, la de la política y la administración, que también había estigmatizado el fallecido consejero Sebastiano Tusa, cuyas declaraciones leyó Mazza en otro encuentro sobre los parques que ella misma había promovido, en 2018, en el Museo Orsi de Siracusa: "La política, nos enseñan los griegos, es la forma más elevada de gestión de los asuntos públicos. Pero la política, cuando se trata de opciones técnico-científicas, debe dar un paso atrás’, había dicho entonces la distinguida arqueóloga. Gianfranco Zanna, presidente de Legambiente, también subrayó que ’lo que se ha hecho no es lo que habría hecho Tusa, él nunca habría querido las agregaciones forzadas que se hicieron en 2019 de parques que se concibieron por separado y para las que nos encontramos este equipo de alcaldes dentro de un único parque’.

Palabras, las de Tusa, y nada menos que dos proyectos de ley firmados por él que debían subsanar carencias y contradicciones normativas. Proyectos de ley que han sido desatendidos con los resultados de hoy. “Recuerdo”, dijo Zanna, presidente de Legambiente, “que la ley 20 de 2000, en su segunda parte, la que se refiere a todos los demás parques, aparte del Valle de los Templos, no es más que la transposición del art. 107 de la ley regional 25/1993, que contenía una disciplina sobre el establecimiento de un sistema de parques arqueológicos, un resumen sin embargo, lo que explica las contradicciones. Después de veintiún años, está claro que era necesario actualizar la ley antes de aplicarla”.

Pero Tusa no era el único en este Gobierno que era consciente de que la ley de parques necesitaba ser corregida y completada antes de aplicarla. También lo era el Consejero de Economía Gaetano Armao, que así lo escribió en un artículo publicado en ’Aedono. Rivista di arti e diritto online’ en 2020. Y no solo Armao era consciente de ello. En abril de 2017, pocos meses antes de las elecciones regionales que más tarde le llevarían también a la vicepresidencia de la Región, en ’AmbienteDiritto.it’ también él reprochaba la mezcla de política y administración en un organismo también mixto, el Consejo Regional para los Bienes Culturales reconstituido por el entonces presidente Crocetta. Así que cabe preguntarse si el profesor Armao, profesor de derecho administrativo europeo y contabilidad pública en la Universidad de Palermo en abril de 2017, no tiene nada que decir al actual vicepresidente y consejero Armao.

Entonces, ¿qué hicieron, primero el Presidente Musumeci, mediante la creación de los parques (y Tusa en el proyecto de ley también había previsto correcciones en el proceso de establecimiento) y luego Samonà, mediante el nombramiento de los comités? En lugar de corregirla y completarla, pasaron a aplicar, tal cual, una ley de hace 21 años que no se ha actualizado para reflejar la nueva legislación. Es decir, sin preguntarse si no es indebida la injerencia de esos comités políticamente dirigidos en las funciones de la superintendencia, y si no es indebida la misma injerencia política en la composición de los órganos técnicos. Sergio Foà, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Turín, puso de relieve todos los defectos de la ley.

“A pesar de una reserva de competencias reconocida a la Superintendencia, la aplicación de la misma norma (ley 20/2000, ed.) permite que un ’dictamen’ del Comité sustituya la medida de autorización de la Superintendencia”, y, confirma el jurista, “la misma ’derogación’ parece de dudosa legitimidad constitucional, ya que está en contraste con el mencionado Código”. De nuevo sobre las comisiones: “de las competencias atribuidas al órgano y de su composición se deduce una naturaleza jurídica mixta, dado que a las tareas técnicas se unen las administrativas, en las que el componente político, expresado por los alcaldes, contribuye a expresar una opinión que no es meramente consultiva, sino vinculante, por lo que coincide sustancialmente con la decisión final”. Y sobre el carácter pletórico de las comisiones: “Como órganos con tareas administrativas, les son de aplicación las previsiones legales sobre reducción del número de miembros (3 y para necesidades especiales 5)”, y “el número de miembros de la Comisión, que no es homogéneo en los distintos parques, parece por tanto vulnerar este límite, ya que el órgano en cuestión tiene (también) tareas administrativas”. En cuanto a la introducción de la gratuidad del cargo de miembro del Comité, para el que la ley regional prevé en cambio una remuneración: sobre este punto, “los decretos de creación, que son actos administrativos, han inaplicado la ley regional, por lo que lo correcto habría sido modificar previamente la ley regional”. Mientras que habiendo previsto el reembolso de los gastos con cargo al presupuesto de los parques donde la autonomía financiera no es efectiva “parece evidente que en ausencia de tesorería y de servicio de caja de la Autoridad del Parque, la misma no puede prever directamente el reembolso de los gastos de viaje proporcionados a los miembros beneficiarios”. Pero, ¿serán válidas las opiniones expresadas por estos comités en ausencia de un miembro? El propio nombramiento del “experto” que los alcaldes deberían haber expresado conjuntamente fue, increíblemente, pospuesto a un futuro decreto. Para Foà, “aunque existan los expertos de designación regional, también parece esencial la presencia y la expresión de la posición del experto designado por los alcaldes, llamado a evaluar los perfiles técnicos de las intervenciones a conceder, de interés para los municipios. La disposición de la ley, además, no parece permitir que se adopten resoluciones sin que se haya constituido la totalidad del órgano: así, en caso de que no esté presente el experto designado por los alcaldes, el órgano no estará legítimamente constituido y las resoluciones que se adopten en tal composición estarán viciadas por ”violación de la ley".

Violación de la ley, decretos viciados, protección hipotecada, alcaldes como superintendentes, la invitación al Gobierno resultante de la conferencia es, por tanto, ¡que recapacite y pare inmediatamente mientras esté a tiempo! “Que escuche por una vez la voz de los técnicos”, concluyó Mazza, “que no son agentes con licencia para frenar el desarrollo económico de una región o de un país, sino sólo aquellos que pueden también y precisamente proporcionar a los políticos las herramientas técnicas para un progreso sostenible de nuestro patrimonio cultural”.

El Consejero Samonà fue invitado a la conferencia, pero no asistió porque hizo saber que tenía “una agenda ocupada en Sicilia oriental”. Las distintas contribuciones se entregarán en un Dossier que se depositará en la V Comisión de Cultura, Formación y Trabajo de la Asamblea Regional de Sicilia, y al que también se han adherido Salvatore Settis, Académico de los Lincei, y Sergio Rinaldi Tufi, ex catedrático de Arqueología de las Provincias Romanas de la Universidad de Siena y Trieste.

“Mientras que mis alumnos no italianos, con algunas excepciones, ocupan puestos importantes en universidades, centros de investigación, organismos estatales o locales de protección arqueológica, o se han convertido en profesionales, en Italia la proporción se invierte, la gran mayoría se dedica a otra cosa, y en el triste top, el récord de paro intelectual es para mis antiguos alumnos sicilianos”, afirma Philippe Pergola, profesor y decano del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana. Andrea Incorvaia, de Mi Riconosci? Soy un profesional del patrimonio cultural: “la inclusión de no profesionales, como los alcaldes, en los comités técnico-científicos de los parques corre el riesgo de cortar aún más las piernas a una categoría que nunca ha sido tan maltratada, la de los trabajadores del sector, en una isla con una mano de obra decididamente ”antigua“ y en cierto modo ”poco profesionalizada“”. Siguiendo con la profesionalidad, “la mezcla de arqueología y paisajismo es indispensable para comprender la historia en el presente”, según Lucia Pierro, Arquitecta, cofundadora de AutonomeForme, ganadora de Holcim, GreenGooddesign. “Una prueba muy mala que desciende de las plenas competencias que tiene la Región en esta materia”, para Angelina De Laurenzi, Comité Nacional para la retirada de cualquier Autonomía diferenciada. Por su parte, el ingeniero Marcello Conigliaro, Pro-Rector de Investigación del Departamento de Estudios Europeos Jean Monnet, mostró algunas buenas prácticas del pasado, aplicaciones tecnológicas “gracias a las cuales los parques sicilianos fueron pioneros en Italia”. Rosario Perricone, Secretaria General de SIMBDEA, la Sociedad Italiana de Museografía y Patrimonio DemoEtnológicoAntropológico, habló del patrimonio material e inmaterial aplicado al caso de los parques arqueológicos. “El ICOM (Consejo Internacional de Museos, ed.), que en un espíritu de cooperación ha firmado hace unos meses un memorándum de entendimiento con el Concejal”, informa el coordinador regional Francesco Mannino, espera “cada vez más implicación de los profesionales del sector”. y va más allá de la cuestión de los alcaldes, deseando que la opinión de “las asociaciones profesionales tenga también un carácter consultivo” y anuncia “una inminente plena aplicación del Sistema Nacional de Museos”, al que por fin se incorpora Sicilia, última entre las Regiones. Por último, Gioacchino Francesco La Torre, catedrático de Arqueología Clásica de la Universidad de Mesina, estigmatizó “la falta de coherencia en la actuación de la Administración Pública, que por un lado ofrece y promueve seductores cursos de formación, para perfiles cuya necesidad también se siente, pero que luego prohíbe a los formados acceder a esas funciones”.

En la foto: el teatro griego de Tindari. Foto de Chris Lloyd.

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