Quién es Rima Abdul-Malak, la nueva Ministra francesa de Cultura

En Francia se ha producido un cambio en la cúpula del Ministerio de Cultura: tras la confirmación de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales del pasado 24 de abril, en mayo se formó el nuevo Gobierno, presidido por Élisabeth Borne (la segunda mujer en la historia de Francia que ocupa el cargo de primera ministra), y la nueva ministra de Cultura es la franco-libanesa Rima Abdul-Malak, antigua consejera de Macron para Cultura y Comunicación.

Nacida en 1979 en Beirut en el seno de una familia cristiana, Rima Abdul-Malak vivió en Líbano hasta los diez años. Después de que su familia abandonara el país en 1989 como consecuencia de la guerra del Líbano, se instaló en Lyon, ya que su padre había pasado allí sus estudios universitarios. Estudió en el Instituto de Estudios Políticos de Lyon, donde se licenció en Ciencias Políticas en 1999, y al año siguiente obtuvo un posgrado en Desarrollo y Cooperación Internacional en la Sorbona. Comenzó a trabajar en 2001 como directora de la asociación Clowns Sans Frontières, cuyo objetivo es prestar apoyo a niños y víctimas de crisis humanitarias en general a través del clown. Más tarde, entre 2007 y 2008, fue responsable de la difusión de la música francesa en el extranjero para el instituto Cultures France (ahora Institut Français), mientras que en 2008 fue miembro del gabinete de Christophe Girard, concejal de la ciudad de París, y en 2014 se convirtió en asesora de cultura del alcalde de París, Bertrand Delanoë. Posteriormente fue nombrada jefa del departamento de artes visuales de la embajada de Francia en Estados Unidos y, tras esta experiencia, en 2019 pasó a ser consejera de cultura y comunicación del Elíseo, cargo que ocupó hasta su nombramiento como ministra.

Rima Abdul-Malak, poco conocida por el gran público pero un nombre bien conocido por los profesionales del sector, siempre ha preferido trabajar lejos de los focos, realizando sin embargo importantes contribuciones. Durante su estancia en París, por ejemplo, participó en la creación de la fundación Paris Musées, que agrupa a los catorce museos municipales, dirigió el desarrollo del Centquatre, un espacio cultural dedicado a las artes contemporáneas, trabajó durante mucho tiempo en espectáculos en directo y, durante la pandemia de Covid, contribuyó al plan “Mondes nouveaux”, destinado a apoyar la industria cultural francesa. También es responsable de la concepción del “Pass Culture”, el bono para jóvenes de 18 años inspirado en el 18app italiano, introducido en 2019.

“Es el ministerio que da sentido y sabor a la vida”, tuiteó Abdul-Malak el día de su nombramiento, el pasado 20 de mayo. “Gracias al Presidente de la República y al primer ministro por su confianza. A todos los que dan vida a nuestro patrimonio, a nuestra creatividad, a nuestras industrias culturales: ¡contad con mi compromiso!”. El trabajo de Abdul-Malak será muy difícil: a diferencia de Italia, donde el patrimonio cultural ha tenido continuidad durante años (aparte del breve interludio de Bonisoli, el Ministerio de Cultura italiano ha estado dirigido por Dario Franceschini desde 2014), Francia ha tenido 15 ministros diferentes en 30 años. La cultura francesa ha salido con los huesos rotos de la pandemia y la principal prioridad señalada por los enterados será devolver el oxígeno a un sector minado por la crisis de Covid, que ha despoblado los museos y empobrecido las industrias creativas y culturales. Además, sobre la mesa de la ministra hay otra cuestión urgente y muy sentida en Francia, la de la descolonización: Rima Abdul-Malak está llamada a dar un seguimiento aún más incisivo a las políticas de sus predecesores en materia de retorno de obras de arte a las antiguas colonias.

Imagen: Rima Abdul-Malak. Fotografía de Thibaut Chapotot

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