¿Por qué la derecha ataca al director del Museo Egipcio? Por algo de hace 7 años

“Christian Greco, director del Museo Egipcio de Turín, haga un gesto de dignidad y dimita. Haremos todo lo posible para echarlo y pedimos al ministro de Cultura Sangiuliano que lo eche si no dimite”: son las palabras de Andrea Crippa, vicesecretario de la Liga entrevistado por el diario Affaritaliani.it, que arremete contra el director del Museo Egipcio de Turín, Christian Greco. Pero, ¿cuál es la culpa de Greco? Dada la fuerza de la denuncia, cabría suponer que el director del Museo Egipcio ha cometido algo grave. En realidad, nada de eso: Crippa, de hecho, revivió una iniciativa que el Museo Egipcio puso en marcha en 2016 y replicó al año siguiente, cuando ofreció un descuento (dos entradas por el precio de una), por tiempo limitado, a los hablantes de lengua árabe.

“Hace unos años”, cuenta Crippa, “Greco decidió un descuento solo para ciudadanos musulmanes y yo pedí a los ciudadanos que protestaran inundando la centralita de llamadas. Me denunció, fui condenado en primera instancia y absuelto en segunda, ganando el caso. Es un director de izquierdas que gestionó el Museo Egipcio de Turín de forma ideológica y racista contra los italianos y los ciudadanos cristianos. Sólo hacía descuentos a los musulmanes y nunca a los que profesan otras religiones. Deberían echarle inmediatamente, así que mejor si hace un gesto de dignidad y se va. Increíble que después de dirigir el museo de forma ideológica pida ahora mantener su escaño en el gobierno de centro-derecha. El Museo Egipcio de Turín lo pagan los ciudadanos y él sólo escucha a la izquierda. Es un racista contra los italianos y los cristianos. Dimita inmediatamente, causaría mejor impresión”. En realidad, la iniciativa no se organizó en función de la religión de los visitantes, sino sólo de la lengua que hablaban: por tanto, incluso italianos y cristianos podían beneficiarse de la facilitación si demostraban su familiaridad con la lengua árabe. Además, la iniciativa se acompañó de recorridos, visitas guiadas e itinerarios familiares como parte de un proyecto de mediación cultural dirigido a la comunidad arabófona de Turín.

¿Qué ocurrió después? La noticia llegó a los tribunales: Crippa, en enero de 2018, cuando ocupaba el cargo de líder del “Movimento dei Giovani Padani”, afiliado a la Liga, había montado una llamada telefónica a una falsa telefonista del museo para crear un vídeo contra la iniciativa que se difundiría a través de las redes sociales. Con la sentencia 1375 de 20-21 de abril de 2020 del Tribunal de Turín, Crippa fue condenado a pagar una indemnización de quince mil euros porque, según los jueces, la iniciativa del miembro de la “Lega” “incitaba al odio” y estaba concebida para “incitar a la intolerancia de manera que se propague eficazmente”. El Tribunal de Apelación, en la sentencia 727 de 9 de junio de 2021, revocó la decisión del tribunal, afirmando que aunque la iniciativa del Museo Egipcio era una opción promocional legítima, la oposición de Crippa era igualmente legítima, ya que según los jueces la crítica política puede la crítica política también puede expresarse a través de la puesta en escena, siempre que el método elegido no sea tal que altere la verdad de los hechos (de hecho, lo que cuenta es el contenido y no la forma, siempre que “no se manifieste un valor intrínseco engañoso y falaz, capaz por sí mismo de alterar, distorsionar y falsear el contenido del mensaje transmitido”. Se trataba entonces de un momento histórico peculiar, según los jueces, y la iniciativa de Crippa era de naturaleza política, ya que se llevó a cabo durante una campaña electoral, en un momento en que la cuestión de los inmigrantes ocupaba un lugar central en los programas de los partidos de centro-derecha. Por ello, el Tribunal de Apelación consideró justificado el uso de “un lenguaje caracterizado por procedimientos semióticos típicos notoriamente dirigidos no sólo a convencer racionalmente al cuerpo electoral, sino también a persuadirlo apelando a su emocionalidad”. El vídeo fue seguido después, como señaló el propio Tribunal de Apelación, por un “florilegio incívico y ruin de insultos, contumelias, amenazas e injurias telefónicas y telemáticas” en el Museo Egipcio, pero el vídeo de Crippa no fue considerado responsable de tal comportamiento. En esencia, el de Crippa fue un ejercicio legítimo del derecho a la crítica política.

En cuanto a la petición de “expulsión”, el Museo Egipcio está gestionado por una fundación, y el nombramiento del director, según los estatutos, no depende del ministro ni de los políticos, sino del consejo de administración del instituto. En los últimos días, además, Greco había sido criticado también por el consejero de Bienestar de la región de Piamonte, Maurizio Marrone (FdI), quien declaró en una entrevista a la edición turinesa del Corriere della Sera: “Greco tiene una capacidad de gestión poco común, pero creo que hay figuras potencialmente más cualificadas, que han sido penalizadas, no para el cargo de director, sino incluso para un puesto en el consejo de administración del museo”. El consejo de administración se había movilizado inmediatamente en torno a Greco, aunque sin mencionar la entrevista: el consejo de administración expresaba así “unánimemente, con absoluta convicción, su agradecimiento por el excelente trabajo realizado, desde 2014, por su director Christian Greco”. “Gracias a su trabajo”, reza una nota del consejo de administración, “nuestro museo se ha convertido en una excelencia mundial, con dos grandes operaciones de transformación estructural, más de 90 colaboraciones con las principales universidades e instituciones museísticas del mundo, actividades de formación e investigación al más alto nivel, sostenibilidad medioambiental y financiera, así como políticas de inclusión e importantes efectos económicos indirectos para el área de la ciudad y fuera de ella”. Recordando que, según el artículo 9 de nuestros estatutos, el nombramiento y cese del director es responsabilidad exclusiva del consejo de administración, renovamos nuestra plena confianza en Christian Greco y nuestro más sincero agradecimiento por su extraordinaria labor".

Greco, de nuevo tras las palabras de Marrone, recibió entonces el apoyo del subsecretario de Cultura, Vittorio Sgarbi: “Creo que no merece las severas críticas de Marrone”, dijo. “No hay duda de las cualidades, el compromiso y los resultados de Greco, director y espíritu libre, condición sin la cual no se puede dirigir eficazmente uno de los mayores museos del mundo. El Director Greco es muy bueno. Es bueno e incuestionable. Igual que es legítima la afirmación del concejal: cualquiera puede decir que hay uno mejor que otro. La mejor respuesta no es recoger firmas, sino ignorarle. En cambio, esta declaración suya, que es legítima, ha provocado el refuerzo del Greco, porque desde la opinión parece una censura política. Y no puede serlo porque el director de ese museo es nombrado por el presidente de la fundación, que debe ser nombrado por nosotros. Pero entonces nuestro poder termina ahí. El asunto no existe. Parece una comedia de malentendidos”. En cuanto a la iniciativa en favor de los ciudadanos arabófonos, Sgarbi afirmó que “era una operación de marketing dirigida a ese 2% del público. Le dije a Meloni ’has interpretado mal’ y se fue a hablar con el director. Sus leales creen ahora que están interpretando su posición, pero no es seguro que Meloni siga pensando lo mismo, porque ha cambiado muchas posiciones sobre la cuestión de los inmigrantes. Deberían comprobar cómo piensa ahora”.

En cualquier caso, Greco seguirá en el cargo hasta el 30 de junio de 2025. Por lo tanto, aún le quedan casi dos años de mandato. Y por el momento es muy poco probable imaginar su destitución. Además, el consejo de administración tendrá la última palabra.

En la foto: Christian Greco

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