El texto definitivo del Decreto-Ley nº 104 de 14 de agosto de 2020, conocido como el “Decreto de agosto”, confirma las medidas sobre nombramientos directos que se incluyeron en el proyecto del 7 de agosto. En concreto, el artículo 24, apartado 1, prevé la asignación de 4 millones de euros para 2020 y 16 millones de euros para 2021 para nombramientos directos de expertos con experiencia demostrada que podrán acudir y apoyar a las Superintendencias de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje, en calidad de colaboradores externos, con el fin de “garantizar el desempeño de las funciones de protección y valorización del patrimonio cultural y del paisaje en el territorio de competencia”. Cada misión tendrá una duración máxima de quince meses y un importe máximo de 40.000 euros. Esto significa que habrá al menos 500 nombramientos de convocatoria directa. Además, a estos colaboradores se les podrán asignar las funciones de gestor único de procedimientos (se trata de la figura que, según el código de contratos públicos, lleva a cabo todas las tareas relacionadas con los procedimientos de adjudicación: en esencia, el gestor de compras de la superintendencia podrá ser un colaborador externo).
También se confirma el aumento potencial del personal directivo: ya no será del 20% como en el proyecto del 7 de agosto, sino del 15% (actualmente es del 10%). Para la contratación de personal directivo, se confirma también el curso-concurso selectivo de formación, convocado por la Escuela Nacional de Administración en competencia con la Escuela de Bienes y Actividades Culturales, con la que se estipulará un convenio especial (el curso-concurso se celebrará en los locales de la Escuela de BAC). Sólo serán admitidos a este curso-oposición los candidatos que hayan obtenido un doctorado, o los empleados titulares de las administraciones públicas con un título especializado. El curso-oposición tendrá una duración máxima de doce meses, incluido un periodo de aplicación en la MiBACT, en el marco de las dotaciones presupuestarias ordinarias. “Los programas del curso”, reza el texto del decreto, "proporcionan a los participantes una formación complementaria a la titulación exigida para el acceso al curso. Durante la participación en el curso y durante el periodo de solicitud, la Escuela BAC abonará una beca. Por otra parte, los participantes en el curso que también sean funcionarios percibirán, de la administración a la que pertenezcan, su salario íntegro, sin ninguna asignación por misión.
Estas medidas han suscitado algunas críticas. La última es la de Federico Fubini, quien, en el Corriere della Sera, comenta los nombramientos de convocatoria directa y el aumento de la cuota de personal directivo. Sobre lo primero, Fubini escribe que “los beneficiarios serán personas que trabajan en el arte, el espectáculo, la artesanía u otros campos, pero no se requiere ninguna especialización universitaria: van por llamada directa, incluso sin título. Con buena paz a los que han sudado en los libros para obtener su diploma y esperan que el ministerio complete las oposiciones ya lanzadas para las mismas funciones”. Sobre el segundo, el periodista subraya que “no se entiende por qué el decreto de agosto eleva sólo para el Patrimonio Cultural del 10% al 15% el cupo de personal ministerial con puestos directivos de segundo nivel (antes al 8%) con posibilidad de atribución directa a figuras externas o a personal no directivo (también aquí hay un concurso ya previsto). El refuerzo de las competencias en la administración es importante, pero quizá debería hacerse con un debate público transparente, un enfoque que incluya todas las áreas estratégicas y una disposición legal ad hoc”.
Por otro lado, la asociación Mi Riconosci? Mi patrimonio cultural, que ya calificó de “rotundamente inútil” tras la publicación del borrador. “Dada la existencia en Italia de cursos de postgrado sin parangón en Europa (las Escuelas de Especialización)”, escribían los activistas el 10 de agosto, “añadir un curso más resulta inexplicable si no es como una mal concebida culminación de aquel proyecto del ex presidente del Consejo Superior de Bienes Culturales Giuliano Volpe, muy cercano a Dario Franceschin”. Para convertirse en gestor, escriben los activistas, “será necesario estudiar al menos nueve años (licenciatura de tres años + máster + especialización + curso infantil): una situación sin parangón en la administración pública italiana. Esta locura de formación tiene lugar en un Ministerio en el que, ya ahora, los funcionarios tienen un curso de formación de (al menos) 7 años, que también es único en toda la administración pública”.
Los activistas también critican los nombramientos de convocatoria directa: “en un momento en el que existe una escasez estructural demostrada de personal, en el que se necesitan miles de contrataciones (se calcula que entre 5.000 y 6.000), en el que se han convocado oposiciones y ya se han iniciado otras, se están fomentando los contratos flexibles, como si estuviéramos en 1992, como si los últimos 30 años no hubieran ilustrado claramente que una mayor precariedad conduce a un empeoramiento de los problemas, no a soluciones. ¿Debemos esperar que esas miles de contrataciones sean sustituidas por contratos temporales utilizados como parches estructurales? Si los funcionarios que ganan oposiciones están entre los peor pagados de todos los ministerios italianos, no nos atrevemos a imaginar cuánto cobrarán estos trabajadores precarios. Y el hecho de que todo esto ya ”ocurra de manera informal“ (piénsese en la contratación de la empresa ALES, 100% propiedad del ministerio), no justifica la elección, sino que la hace aún más vergonzosa en un momento en que todos los nudos están llegando a un punto crítico. Aumentar la precariedad, aumentar los años de estudio, sólo tendrá un resultado: seleccionar a los profesionales del patrimonio cultural en función de criterios que nada tienen que ver con su competencia, sino con su capacidad de resistencia a la explotación, sus agallas y la disponibilidad de estabilidad económica que viene de fuera, en particular de la unidad familiar de origen”.
En la foto: el Colegio Romano, sede del Ministerio de Cultura y Turismo.
MiBACT, citas de convocatoria directa y un curso de oposiciones a partir del decreto de agosto. Pero hay fuertes críticas |
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