Hoy, ante las comisiones mixtas de Cultura de la Cámara y el Senado, el Ministro de Patrimonio Cultural, Dario Franceschini, ha respondido a las preguntas formuladas por los parlamentarios durante la audiencia del 2 de octubre. El Ministro abordó varios temas en respuesta a las preguntas que se le formularon durante la última sesión. Empezó por los archivos: “el sector de los archivos”, dijo Franceschini, “se encuentra en una situación problemática tanto en términos de personal como de lugares: muchos organismos que por ley deben conferir kilómetros de archivos ya no disponen de lugares donde depositar los materiales que por ley deben depositarse en los archivos. En este sentido, debemos razonar sobre un programa que dure al menos los próximos diez años”.
Durante la sesión, Franceschini señaló a continuación una ley sobre la edición como uno de los objetivos de su mandato: una ley que “siguiendo el modelo de la ley sobre el cine”, dijo, “ayudaría y apoyaría a toda la cadena del libro y la lectura”: si uno cree, como es correcto, que una película es un producto cultural tan importante que es necesario ayudar a los exhibidores, distribuidores, productores y autores de cine con la ley del cine, entonces el libro es al menos tan importante como la película, y creo que deberíamos pensar en cómo ayudar a todo el sector“. También está la cuestión de las bibliotecas escolares, que hay que reforzar”.
En cuanto al espinoso tema del personal: “el cupo 100, la rotación y la ya pasada antigüedad en el servicio hacen que muchos puestos queden vacantes, desde los vigilantes de los teatros hasta los profesionales de mayor rango en el ministerio”, explicó el ministro. “La prioridad es ésta, y ya estoy intentando dar algunos primeros pasos con la ley de presupuestos de este año, como ya intentó Bonisoli en la anterior legislatura. La máquina sin los que la conducen no funciona”.
En cuanto a la cuestión de laautonomía de los institutos, la reforma anterior no la había eliminado pero, subrayó Franceschini, sí se habían suprimido los consejos de administración, que el actual ministro cree en cambio que “son una de las condiciones para garantizar la autonomía”, de lo contrario, dijo, “todo se centraliza: las decisiones estratégicas de cada museo ya no se toman dentro de cada museo, sino que inevitablemente las toma la dirección general o el ministerio. Creo que esto debería restablecerse”. Sobre la supresión de la autonomía del Parque de Appia Antica, el Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia y la Galleria dell’Accademia de Florencia, Franceschini explicó que se había decidido “por razones de recuperación de ejecutivos de segundo rango para utilizarlos en otras funciones en el ministerio: estoy intentando que esas funciones se traten en funciones ejecutivas sin llegar a la supresión de los tres institutos, que son de extraordinaria importancia. Espero poder resolver el problema de los directivos salvaguardando la autonomía de estos tres institutos”.
En cuanto a la diplomacia cultural, Franceschini defiende que debe reforzarse: “es un gran punto fuerte de nuestro país en las relaciones diplomáticas internacionales. Acompañar el trabajo de nuestra diplomacia con una acción específica en el campo de la oferta cultural”. Y aún sobre este tema, en relación con los préstamos, Franceschini explicitó su postura: “Tengo presente un punto que inevitablemente trunca todas las discusiones. Hay un umbral ante el que la política debe detenerse y ante el que yo me detendré siempre: la valoración científica sobre la transportabilidad o no de esta obra que sólo los expertos (y tenemos muchos) pueden hacer. Ante esta opinión me detengo, aunque exista un informe internacional. Lo mismo hice con el ”Hombre de Vitruvio".
En cuanto a los problemas derivados del turismo de masas, Franceschini afirmó que “el turismo en los pequeños municipios ya no es sólo una oportunidad, es una necesidad. O conseguimos vender al mundo los lugares más pequeños (pueblos, paseos, belleza natural, pequeñas ciudades), o no podremos hacer frente al impacto del turismo creciente. O trabajamos para multiplicar los atractivos turísticos internacionales, o no lo conseguimos. Italia desde este punto de vista tiene infinitas posibilidades, de lugares que pueden convertirse en atractores de turismo inteligente, culto, respetuoso, de alto nivel. Este es realmente un gran desafío”.
Por último, un pasaje sobre los grandes barcos: “Creo que no hay que dudar”, concluyó Franceschini. ’No tenemos nada en contra del turismo de grandes barcos, pero los grandes barcos no pueden pasar por donde pasan hoy. El mundo entero nos mira, la Unesco ha iniciado procedimientos, cualquiera que se siente allí tiene miedo de ver pasar estos gigantes de veinte pisos delante de San Marcos, hay varias soluciones que se han estudiado. Lo dije cuando fui a Venecia y quiero repetirlo aquí, aunque no es sólo mi responsabilidad, sino que atraviesa las de otros ministerios: me comprometo a que al final de mi mandato el problema de los barcos que pasan delante de la Giudecca y de San Marcos esté definitivamente resuelto".
En la foto: Dario Franceschini (segundo por la izquierda) hoy en la audiencia.
Las prioridades de Franceschini: personal, ley editorial y turismo difuso |
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