Las directrices del Ministro de Cultura, Alessandro Giuli, en detalle


¿Cuáles son las directrices en las que pretende basar su acción el nuevo Ministro de Cultura, Alessandro Giuli? El ministro las esbozó en una comparecencia en la Cámara de Diputados el pasado martes. Aquí están en detalle.

¿Cuáles son las líneas maestras en las que pretende basar su acción el nuevo ministro de Cultura , Alessandro Gi uli? El pasado 8 de octubre, ante la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Giuli expresó su visión en un discurso de una hora de duración: la atención de la mayoría, sin embargo, fue catalizada por una introducción que fue criticada por muchos por ser aparentemente oscura (en realidad era un preámbulo muy claro, sólo que expresado en un lenguaje un tanto pomposo al que ya no estamos acostumbrados). La discusión sobre las palabras utilizadas por Giuli para introducir las directrices desvió la atención de todo lo demás, es decir, de la parte fundamental para entender qué esperar de su acción. Veamos, pues, en detalle de qué habló la ministra, empezando por la premisa misma.

Giuli comenzó subrayando el honor y la responsabilidad que conlleva su nombramiento y la determinación de entablar un diálogo con las comisiones competentes, paso esencial para garantizar que las directrices sean el resultado de un debate constructivo. Una premisa fundamental es la conexión de las directrices con el artículo 9 de la Constitución italiana, que sanciona la protección del patrimonio artístico y el respeto del medio ambiente y la biodiversidad. Giuli subraya que las directrices deben anclarse en la realidad y las necesidades del presente, respondiendo así a una urgencia social y cultural. La cultura debe verse no sólo como un patrimonio que hay que preservar, sino como una herramienta dinámica de desarrollo social, económico y humano.



A continuación, el ministro recordó con firmeza la necesidad de combinar las dimensiones humanística y científica de la cultura, rechazando una visión dicotómica de ambas. La introducción comenzó con una reflexión (objeto de la atención de la mayoría) sobre las nuevas tecnologías: Giuli advirtió de los peligros de un entusiasmo pasivo hacia la tecnología, que puede llevar a una desconexión de la dimensión humana, y de la actitud defensiva que lamenta un pasado idealizado, ignorando el potencial que ofrece el progreso. Para superar esta dicotomía, en una época en la que los procesos cognitivos y las dinámicas sociales están profundamente influidos por la tecnología, es crucial, según la ministra, reafirmar la centralidad del ser humano, tal y como propugnael humanismo integral. Giuli citó a figuras emblemáticas como Pitágoras, Dante, Galileo, Meucci, Fermi y Marconi para reiterar que la cultura debe ser una síntesis de arte y ciencia, y no un campo de batalla entre posiciones ideológicas.

En este contexto, la cultura se define como una “búsqueda desinteresada de la verdad y la belleza”, haciéndose eco de la definición de Adriano Olivetti. En su discurso inaugural, Giuli evocó la figura del empresario e intelectual italiano para ilustrar cómo la cultura puede actuar como motor de desarrollo. Olivetti supo combinar trabajo, ciencia y cultura en un proceso de desarrollo orgánico capaz de implicar a las comunidades locales. Este modelo, según la ministra, debe servir de ejemplo para la política cultural actual, que debe aspirar a crear procesos virtuosos de descentralización, aprovechando al máximo los recursos comunitarios y el extendido patrimonio cultural.

La visión del ministro se enriquece con la referencia de Paolo Portoghesi a laarquitectura humanística, que destaca la importancia de una arquitectura respetuosa con la naturaleza y la tradición. Portoghesi ya había señalado que la cultura debe entenderse como un bien común, capaz de conectar centro y periferia, un concepto que Giuli considera crucial para afrontar los retos contemporáneos. Las ciudades y los pueblos no deben considerarse entidades separadas, sino partes de un único tejido cultural. En esta visión integradora, Giuli aboga por superar la oposición entre centro y periferia, promoviendo un enfoque que potencie las diversas identidades culturales de Italia. Este enfoque implica un reconocimiento de la diversidad de experiencias culturales, en el que cada comunidad tiene un papel activo en la definición de su propio futuro. Por ello, las directrices de planificación del Ministerio pretenden fomentar la creación de un sistema integrado de cooperación entre entidades regionales, locales y privadas, con el objetivo de que la cultura sea accesible a todos, independientemente de su origen o situación social.

Audiencia del Ministro de Cultura Alessandro Giuli
Audiencia del Ministro de Cultura Alessandro Giuli

Reconectar centro y periferia

La primera acción a la que se refirió Giuli es la reconexión del centro y la periferia. Según el ministro, es crucial establecer una conexión profunda entre el centro y las periferias, concibiendo la cultura no sólo como un bien material, sino como un vehículo de socialidad y cohesión. El pensamiento de Portoghesi sobre las ciudades multicéntricas ofrece una base excelente para reflexiones más amplias. Su idea de una “filosofía del paisaje” recuerda la necesidad de comprender y valorar el Genius Loci, un concepto que trasciende el mero recuerdo y representa el alma de un lugar.

Los agentes de la cultura deben reconocer que el concepto de periferia ya no puede relegarse a una zona marginal, subrayó el ministro. Las periferias deben integrarse en una visión multicéntrica y estelar de la gran historia de la arquitectura italiana. Es esencial que la cultura se difunda de forma capilar, superando las contradicciones y dificultades que a menudo caracterizan a estas zonas. Este enfoque requiere un sistema integrado que fomente la colaboración entre las autoridades regionales y locales, públicas y privadas, en consonancia con las líneas programáticas del Ministerio, que preserva y promueve el patrimonio cultural más significativo del mundo.

Museos: redistribución social de los beneficios

A continuación, Giuli repasó las cifras de los museos italianos, destacando los récords para 2023. El Panteón, en particular, generó importantes ingresos (12 millones de euros), demostrando que la cultura puede ser un motor de desarrollo económico. Sin embargo, es crucial superar la dialéctica entre gratuidad y beneficio. Aunque la gratuidad de los sitios culturales es un valor que hay que preservar, es igualmente importante garantizar que los fondos necesarios para su mantenimiento y mejora procedan de un sistema de admisión sostenible. Según Giuli, la creación de entradas no debe verse como un ataque a la cultura, sino como una forma de apoyar y mejorar la oferta cultural.

Estos fondos también deben utilizarse, según la ministra, en un proceso de redistribución social, “casi como un impuesto de finalidad”, dijo Giuli. Es imperativo potenciar el disfrute de los lugares más pequeños, a menudo descuidados, e invertir en proyectos socioculturales que satisfagan las necesidades de las comunidades, sobre todo en los suburbios. Aquí es donde la cultura puede desempeñar un papel crucial: como instrumento de belleza y conocimiento, capaz de abordar y reducir las penurias y la marginación.

El Gobierno italiano ya ha puesto en marcha varias iniciativas en este sentido, como la promoción del acceso gratuito a los recintos culturales en ocasiones festivas, que ha tenido mucho éxito y se ha convertido en una práctica permanente. Además, se está fomentando la creación de espacios culturales en los suburbios, como bibliotecas y centros comunitarios, para favorecer el acceso al conocimiento. Estos lugares deben convertirse en avanzadillas de la democracia, la educación y la sociabilidad, contribuyendo así a construir una sociedad más cohesionada e informada.

La promoción de la lectura y la cultura como herramienta de cohesión social

Es crucial, según Giuli, reflexionar sobre el papel de las bibliotecas (“puestos avanzados de democracia, educación y sociabilidad”, las llamó la ministra), especialmente en las zonas con acceso limitado a los recursos culturales. Apoyar estas instituciones significa garantizar que la cultura llegue a todos, eliminando las barreras sociales y arquitectónicas que impiden el acceso a la lectura. Promover el placer de la lectura entre los jóvenes es una misión crucial para apoyar la edición y el tejido cultural del país.

Reconectar el centro con las periferias no es tarea fácil, sobre todo en contextos como los Apeninos, donde la decadencia urbana y la despoblación representan retos importantes. En estrecha colaboración con las autoridades locales y las universidades, el Gobierno, recuerda Giuli, ha puesto en marcha programas para reconectar las ciudades con los pueblos, promoviendo una cultura que no se limita a la remodelación física de los espacios, sino que se centra en la reconstrucción de un tejido socioeconómico vivo y dinámico.

Una de las iniciativas clave es la extensión de la cultura como instrumento de cohesión social, valorizando el inmenso patrimonio histórico, artístico y paisajístico de Italia. Las rutas culturales integradas pueden convertirse en factores de desarrollo, uniendo lugares históricos, museos, galerías y parques arqueológicos en una única red. Estas rutas no sólo pueden atraer turistas, sino también revitalizar la economía local, creando oportunidades de empleo y estimulando el interés por la cultura, incluso en los suburbios que deben transformarse “en palpitantes centros de cultura”.

Iniciativas para los niños

Giuli también prestó atención a los más jóvenes: la regeneración cultural también debe tener en cuenta el bienestar y, en particular, el de los niños: “nos gusta la idea de que los niños puedan crecer y vivir en la cultura desde una edad temprana”, dijo la ministra, que también espera que se ayude a las madres y padres trabajadores que trabajan en contextos culturales, y también que se dé a los niños (no sólo a los hijos de empleados de locales culturales, sino en general) la oportunidad de tener experiencias educativas desde una edad temprana.

Diplomacia cultural

Según Giuli, Italia, que recientemente acogió la reunión de cultura del G7, debe seguir invirtiendo en diplomacia cultural y cooperación internacional para que su riqueza cultural pueda ser un modelo de desarrollo para otros países. La Bienal de Venecia y otras iniciativas culturales en el Mediterráneo representan una oportunidad para tender puentes entre distintas culturas y promover un diálogo constructivo. La labor de diplomacia intercultural emprendida por Italia, afirmó Giuli, “debe convertirse en central y estratégica también desde el punto de vista de una política internacional que desempeñe su papel de comunicación, instrumento de diálogo y de paz en un mundo asolado por guerras cada vez más extendidas”.

Central, para la ministra, será el Plan Mattei para África: la cultura se identificará como uno de los principales sectores de intervención, e Italia podrá a disposición de los gobiernos africanos sus extraordinarias competencias técnicas para valorizar el patrimonio cultural africano con vistas al desarrollo y al crecimiento. El compromiso en el extranjero se abordará en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional.

En este marco, no faltará el compromiso con el patrimonio cultural ucraniano. El ministerio de Giuli seguirá esforzándose por defender el arte de los peligros del conflicto, pero no sólo eso: la protección del patrimonio de los riesgos del cambio climático, aseguró la ministra, será también el centro de su trabajo. En este sentido, Giuli también abogó por un gran plan de seguridad de las obras de arte.

De nuevo, en el marco de la reflexión sobre la restitución del patrimonio cultural, según Giuli es fundamental reconocer la incansable labor de la policía, en particular de los Carabinieri, que trabajan a diario para salvaguardar nuestro patrimonio artístico. Las ceremonias que acompañan a estos actos deben servir no sólo para celebrar la devolución de las obras de arte, sino también para resaltar el valor de la diplomacia cultural, que subyace en muchas de las restituciones. Estos acuerdos diplomáticos son el resultado de un esfuerzo continuo, tanto bilateral como internacional, para reconocer y valorizar nuestro patrimonio cultural.

Valorización del patrimonio tecnológico y colaboración con escuelas y universidades

El Ministerio de Cultura, en la visión de Giuli, no se limita a preservar el pasado; también quiere promover una visión de futuro. La tecnología, en este sentido, desempeña un papel clave. Artefactos únicos, como los satélites y las tecnologías de cables subterráneos, representan la innovación italiana y deben formar parte integrante de las colecciones de los museos del futuro. Queremos contar a las generaciones futuras la transición tecnológica que estamos viviendo, mostrando cómo sigue surgiendo el genio italiano en diversos campos, incluido el diseño industrial. En este sentido, también es crucial redescubrir el patrimonio histórico conservado en las colecciones de las grandes empresas italianas, y promoverlo de forma que pueda alimentar las exposiciones de los museos, poniendo de relieve la imaginación y la creatividad italianas.

Una vez más, según Giuli, la cultura no es un ente aislado, sino que impregna todos los aspectos de la vida social, económica y civil. Por este motivo, la ministra tiene la intención de reforzar los lazos de cooperación entre los distintos ministerios, en particular con el de Educación y el de Universidad e Investigación. La creación de un plan educativo integrado y de un observatorio interministerial es un paso significativo hacia una mayor integración de las políticas culturales y educativas. Estas ideas surgen también de los estímulos recibidos de intelectuales y pensadores italianos, como Massimo Cacciari, que instó a repensar la educación y la formación en Italia, más allá de las tradicionales competencias ministeriales, aunque Giuli, en lugar de “desbordarse” como sugería Cacciari, prefiere “colaborar armónicamente con los demás ministerios aferentes e intentar en una lógica interministerial poner el tema”. “Pensamos”, dijo Giuli, “en una visión integral de la cultura y de su función social fundamental que nos obligue a una reflexión que nos lleve a definir nuevos objetivos de gobierno que puedan conjugar de una vez por todas la protección y valorización del patrimonio cultural con las necesidades de la educación pública y la formación de las generaciones futuras”.

Puesta en valor de pueblos y zonas geológicamente vulnerables

Según Giuli, hay que tener muy en cuenta la realidad de las aldeas y comunidades más vulnerables. La preservación de las identidades locales es fundamental, sobre todo en contextos de riesgo demográfico, como los lugares afectados por el terremoto. El patrimonio cultural es parte integrante de la historia del país, y debemos trabajar para preservarlo, incluso coexistiendo con grandes acontecimientos calamitosos. El Museo MAXXI de L’Aquila es un ejemplo, dijo Giuli, de cómo pueden integrarse la seguridad y la valorización del patrimonio, utilizando las cicatrices dejadas por los terremotos como una oportunidad para contar historias de resiliencia y regeneración.

El Plan Nacional para las Aldeas, según Giuli, es en este sentido un paso más en la promoción de actividades económicas y culturales en las comunidades locales. A través de esta convocatoria, la ministra pretende apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas y promover iniciativas que fomenten la participación activa de la población. En este contexto, la concesión del nuevo título de Capital Italiana del Arte Contemporáneo es una iniciativa importante, cuyo objetivo es estimular el diseño y la valorización del arte contemporáneo en las ciudades italianas.

Iniciativas para el cine

Según Giuli, el cine desempeña un papel crucial en la configuración de una visión compartida de la identidad cultural italiana. Este medio, a través de la narración de historias colectivas, no se limita a entretener, sino que, en opinión de la ministra, cumple también una función educativa, implicando al público en un amplio discurso cultural. Su poder es tal que influye en el imaginario colectivo y promueve una mayor conciencia del valor social de la cultura. Por este motivo, el Ministerio de Cultura ha puesto en marcha un programa de reforma de las ayudas públicas al cine y al audiovisual, dotado con 700 millones de euros para el periodo 2020-2024. Esta reforma pretende corregir algunas de las que Giuli identifica como distorsiones, que habían llevado a considerar los mecanismos de financiación pública, como el Crédito Fiscal, como un “automatismo nivelador de la calidad”, y a “dispensar subvenciones públicas a bombo y platillo independientemente de la calidad de las obras y de su capacidad para mantenerse en el mercado”.

Sin embargo, es crucial aclarar que el concepto de “estar en el mercado” no implica exclusivamente la generación de beneficios, sino que también se refiere, según Giuli, a la supervivencia de un producto en el panorama en el que los espectadores buscan obras de valor. Está claro que hay circunstancias en las que la cultura no puede medirse sólo en términos económicos. Por ello, es imprescindible escuchar las demandas de la mayoría del sector audiovisual, que ha reclamado una revisión de los métodos de selección para la financiación, que desemboque en la aprobación de una ley específica. Según Giuli, “las distorsiones han permitido la financiación de obras cualitativamente cuestionables, proyectadas en horarios cuando menos ”clandestinos“, eludiendo en algunos casos las obligaciones específicas y de programación pública”.

Por ello, la reforma introduce controles más estrictos y sanciones más severas para quienes incumplan las normas. También introduce concursos selectivos y un fondo de 52 millones de euros para obras audiovisuales, destinado a realzar la identidad cultural de la nación. Con ello se pretende dar un fuerte impulso al sector audiovisual, con el objetivo de reforzar la calidad y diversidad cultural de las obras subvencionadas y aumentar su difusión tanto a nivel nacional como internacional. Aunque pueda parecer una carga burocrática, se trata en realidad, según Giuli, de un intento de auténtica simplificación para el sector cinematográfico, manteniendo al mismo tiempo el rigor y el orden. Por último, está prevista la apertura de una plataforma para la presentación de solicitudes de créditos fiscales.

Es importante, según la ministra, evitar dos representaciones extremas y engañosas: por un lado, la idea de que el Crédito Fiscal podría convertirse en una superbonificación para un sector asistido y, por otro, la percepción de que el Ministerio de Cultura podría tener prejuicios ideológicos hacia un sector cultural que contribuye a la reputación mundial de Italia. Por el contrario, la intención del ministro es simplificar y hacer más transparente el acceso al crédito, midiendo siempre la eficacia de las normas sobre el terreno.

Iniciativas para las artes escénicas

El espectáculo en vivo representa un aspecto fundamental de nuestro patrimonio cultural artístico, e incluye, subrayó la ministra, las recreaciones históricas. El Ministerio de Cultura desempeña un papel central en las medidas de coordinación, promoción e incentivación de estas actividades, también a nivel internacional, garantizando un apoyo financiero adecuado. El fondo nacional para las artes escénicas es una prioridad estratégica para Giuli, ya que está destinado a apoyar a las 14 fundaciones lírico-sinfónicas y a unas 1.500 organizaciones que operan en los campos de la música, el teatro, la danza y las artes circenses. Para 2024, los recursos disponibles superan los 423 millones de euros, incrementados en otros 23 millones, más 3 millones para Carnavales históricos, 3 millones para festivales de coros y bandas y 2 millones para recreaciones históricas.

De cara al futuro, Giuli ve el espectáculo en vivo no sólo como un factor cultural, sino también como un instrumento de socialidad y un elemento crucial para la industria cultural nacional. La acción de Giuli se centrará en objetivos estratégicos para supervisar la reorganización de las fundaciones lírico-sinfónicas y apoyar a todo el sector, de modo que pueda seguir contribuyendo activamente al crecimiento cultural y económico del país.

La Ministra Giuli se ha comprometido a apoyar el teatro, la danza y la música por todos los medios, prestando especial atención al potencial de las artes escénicas como instrumentos de regeneración y reurbanización de las zonas periféricas. Este compromiso abarca desde la formación de las nuevas generaciones hasta el apoyo a los profesionales y el fomento de un disfrute más amplio de este extraordinario patrimonio de belleza.

Inversión en sitios culturales

Mediante el uso de los fondos del PNRR, el ministro llevará a cabo medidas de eficiencia energética en lugares de cultura, promoviendo así la transición ecológica. Ya se están desarrollando importantes proyectos, como la reapertura del Palacio Citterio de Milán, que dentro de un mes acogerá al público y albergará las colecciones contemporáneas de la Pinacoteca de Brera.

Además, las Galerías Uffizi se harán difusas para valorizar el patrimonio almacenado en los depósitos centrales, y en Nápoles, elantiguo Albergo dei Poveri se transformará en una de las mayores infraestructuras culturales de Europa. Con una inversión de 130 millones de euros, se creará un inmenso espacio de más de 100.000 metros cuadrados que albergará la sede del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, una moderna biblioteca y una escuela de especialización de la Universidad Federico II, así como eventos culturales de talla internacional.

Otro proyecto de especial interés es la Crypta Balbi de Roma, donde se narrará un viaje a través de los milenios, desde la Roma antigua hasta la Roma moderna, pasando por la Edad Media. Según Giuli, la Crypta Balbi, situada en el lugar donde se encontró el cadáver de Aldo Moro, ofrece un contexto único para narrar la historia de la ciudad y del país. La ministra subrayó a continuación que no basta con limitarse a los espacios expositivos, sino que es fundamental narrar el contexto y las estratificaciones históricas, permitiendo una comprensión más profunda de la identidad de Roma.

La cultura como memoria

En este espíritu de memoria (“la cultura -dijo Giuli- debe hacer memoria, ser memoria y evitar la obliteración de la memoria y la repetición del horror”), la ministra conmemoró recientemente el primer aniversario del 7 de octubre, destacando la importancia de la cultura para mantener viva la memoria y evitar la repetición del horror. El Parlamento aprobó la creación del Museo de la Shoah en Roma, y el Ministerio construyó el Binario 21 en la estación central de Milán y en la estación Tiburtina de Roma, lugar de recuerdo donde miles de italianos fueron obligados a partir hacia los campos de concentración. En la inauguración del Binario 21, el testimonio de la senadora vitalicia Liliana Segre causó una profunda impresión en el público, demostrando además cómo la cultura puede ser un poderoso instrumento de recuerdo. En breve, dijo Giuli, la Cámara de Diputados votará la creación del Museo del Recuerdo, mientras que en el Vittoriano se montará una gran exposición sobre el tema.

La ministra Giuli quiso subrayar la importancia de ir más allá de las divisiones políticas, afirmando que la cultura representa un patrimonio común (“Me gusta pensar -dijo- que salimos del esquema ’una exposición mía, una exposición tuya’”). En 2025 se recordará a figuras como Antonio Gramsci y Pier Paolo Pasolini (en concreto, habrá un acto que relacione su obra con la de Yukio Mishima), creando eventos que vinculen sus obras con las de grandes autores contemporáneos.

Tecnología e inteligencia artificial

Consciente de las nuevas oportunidades que ofrece la inteligencia artificial en el ámbito cultural, la ministra Giuli se propone aprovechar estas innovaciones para analizar y restaurar obras, gestionar y vigilar el patrimonio cultural y hacer el arte y la historia más accesibles a todos. La realidad virtual y aumentada ofrecerá a los visitantes la oportunidad de explorar los sitios históricos y los museos de forma interactiva: el ejemplo más reciente es la colaboración entre el MAXXI y la Vittoriale, gracias a la cual, con un sistema de realidad virtual, es posible visitar la Vittoriale sin moverse del MAXXI.

La inteligencia artificial, según Giuli, abre muchas posibilidades: analizar pinturas, recomponer polípticos desmembrados, clasificar objetos, ayudar a traducir textos antiguos, inscripciones y manuscritos, explorar virtualmente ruinas antiguas, lugares históricos o exposiciones haciéndolos interactuar con personajes virtuales. Por tanto, es crucial “que la cultura consiga explotar el potencial de desarrollo que presagia la aplicación de la inteligencia generativa, ya visible en otras industrias”. La ministra Giuli se compromete, por tanto, a promover un modelo de innovación y cambio que valorice el patrimonio cultural italiano, creando conexiones virtuales entre los museos y las realidades locales, para que el patrimonio sea accesible a todos.

Nuevas contrataciones en el Ministerio de Cultura y gestión de personal

El Ministro Giuli anunció su intención de proceder en continuidad con el trabajo desarrollado en los dos últimos años, iniciando un proceso que, aunque definido con un término desafiante, representa una buena práctica. Giuli destacó la colocación de 4.205 funcionarios, de los que se esperan otros 1.400 para finales de año. Esto se ajusta a la planificación del ministerio, que pretende garantizar una transferencia de conocimientos entre los trabajadores actuales y los futuros contratados para aprovechar al máximo la experiencia acumulada y mejorar la eficacia y eficiencia del ministerio. Es crucial, según el ministro, no disipar el polifacético bagaje de competencias técnicas ya existente.

El objetivo es dotar al ministerio de nueva savia, no sólo para gestionar mejor las actividades cotidianas, sino también para garantizar la adaptación del personal a las innovaciones técnicas y tecnológicas en constante evolución. Con este fin, ya se han introducido profesionales altamente cualificados para adaptarse a los continuos procesos de innovación y cambio, caracterizados por competencias específicas y actualizadas. El ministro subrayó la importancia del bienestar organizativo y del desarrollo profesional de todo el personal, con el objetivo de maximizar el potencial de cada trabajador.

En su opinión, estas medidas contribuirán a crear un mayor valor público y a optimizar el rendimiento del trabajo en favor de la misión ministerial. En particular, previó el establecimiento de un sistema automatizado para la gestión de las actividades de formación, con itinerarios individuales que puedan realmente apoyar y estimular la mejora de las competencias de cada trabajador. Además, Giuli mencionó la futura introducción de un seguro para los trabajadores y el refuerzo del fondo de desarrollo del personal, señalando que se trata de medidas concretas que se están aplicando.

Reorganización del Ministerio de Cultura

Por último, la ministra abordó la cuestión de la reorganización del Ministerio, subrayando que el reciente decreto de reorganización aprobado por el ex ministro Gennaro Sangiuliano preveía el paso a una estructura departamental, “con el objetivo -subrayó la ministra- de mejorar el ejercicio de las funciones”. Según Giuli, cada departamento podrá coordinar con mayor eficacia y rapidez las tareas asignadas a las direcciones generales.

El reciente decreto ministerial, registrado por el Tribunal de Cuentas, redefine la estructura y las funciones de las oficinas centrales, periféricas y autónomas del ministerio, en coherencia con la nueva estructura organizativa. Esto incluye la creación de nuevos servicios para la administración general y el refuerzo de las funciones del departamento para la protección del patrimonio cultural, al que se transferirán las competencias relativas a arqueología, bellas artes, paisaje, archivos y patrimonio bibliotecario.

Por último, Giuli hizo hincapié en la revitalización de las funciones de valorización económica del patrimonio cultural, ampliando la autonomía especial de los museos y parques arqueológicos, y creando un instituto central para la valorización económica del patrimonio cultural. Las funciones del departamento de actividades culturales incluirán también la gestión de los derechos de autor, y la ministra anunció que en breve se iniciarán los procedimientos para el nombramiento de cargos directivos, tanto a nivel general como no general.

La ministra Giuli concluyó reiterando la importancia de implicar a todo el aparato ministerial en la aplicación concreta de la reforma, a fin de garantizar la operatividad de las oficinas. Subrayó que la legitimidad del trabajo de la administración del patrimonio cultural depende de la interacción con todas las partes interesadas, desde las instituciones públicas hasta los agentes privados y la sociedad civil. También reconoció la centralidad del Parlamento, subrayando la importancia de un diálogo abierto y constructivo que permita la crítica y la crítica, esencial para garantizar la rendición de cuentas de la labor de la administración.

Las directrices del Ministro de Cultura, Alessandro Giuli, en detalle
Las directrices del Ministro de Cultura, Alessandro Giuli, en detalle


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