Según Italia Nostra, la asociación nacional para la protección del patrimonio histórico, artístico y natural de la nación, el Ministerio de Bienes Culturales no está haciendo lo suficiente para apoyar a las superintendencias, ya que su acción se centra supuestamente sólo en los grandes museos, para los que acaban de comenzar las selecciones que han de conducir al nombramiento de nuevos directores en algunos institutos autónomos que actualmente tienen directores vacantes o a punto de expirar. “Nos alegramos por la oportunidad de la actuación del Ministro”, reza el texto de Italia Nostra, “aunque tenemos que expresar una creciente preocupación por el estado en que se encuentran importantes sectores del Ministerio y de los organismos encargados de regir las políticas culturales del país”.
Italia Nostra denuncia “el progresivo empobrecimiento de las competencias técnicas y científicas del Ministerio hacia funciones más generales de gestión y administración que tendrían derecho a ser apoyadas”. La asociación señala “la absoluta falta de formación continua del personal técnico y científico, la falta de una pronta reintegración de las funciones técnicas para sustituir al personal que se jubila, la ausencia de marcos jurídicos adecuados y de reconocimiento económico de los funcionarios llamados a desempeñar funciones directivas delicadas (RUP, directores de institutos no directivos a cargo de áreas, etc.)”.
“Contrariamente a lo que se afirmaba en los objetivos”, prosigue Italia Nostra, “las reorganizaciones que se han sucedido desde 2014 han determinado sustancialmente una importante fractura dentro de la disciplina del Patrimonio Cultural: la separación entre Protección y Valorización; separación que se hace totalmente evidente en la disociación de los institutos destinados a la Protección de los destinados a la fruición cultural: Secretarías Regionales y Superintendencias por un lado; Dirección General Museos, Direcciones Regionales Museos y Museos Autonómicos por el otro. Las líneas que han guiado las últimas elecciones de instrumentos normativos parecen basarse en la creencia errónea de que las actividades del Ministerio pueden reducirse a dos sectores separados: uno, el de las Superintendencias entendidas como oficinas burocráticas encargadas de emitir autorizaciones y dictámenes sobre bienes de propiedad privada; el otro, como la gestión de los Museos y Lugares de Cultura de titularidad estatal”.
Según Italia Nostra, frente a las dificultades encontradas con la reforma de 2014-2016, la última reorganización, la de diciembre de 2019, “no hará sino agravar y trastornar la precaria e insuficiente configuración de las diversas instituciones ministeriales presentes en los territorios. El nacimiento, aunque apreciable, de nuevas Superintendencias, sin estudios previos, no hará sino agravar el sistema de relación con el territorio”.
La asociación, concluye la nota, “está en cambio convencida de que la política cultural de nuestro país debe basarse en el Conocimiento, la Protección y la Conservación del Patrimonio Cultural (público y privado, mayor y menor, central y periférico repartido por todo el territorio) asegurado en primera instancia por la Superintendencia y el mantenimiento continuo y planificado de los Bienes”.
En la foto: el Colegio Romano, sede del Ministerio de Patrimonio Cultural. Fotografía Crédito Finestre sull’Arte.
Italia Nostra: "La última reforma del MiBACT agravará la situación de las superintendencias |
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