El nuevo Gobierno alemán, presidido por el nuevo canciller Olaf Scholz, cuya toma de posesión está prevista para el 6 de diciembre, va tomando forma: en las últimas horas se ha anunciado que Claudia Roth será la nueva ministra de Cultura, sucediendo a la ministra saliente Monika Grütters. Nacida en Ulm en 1955, es miembro de Los Verdes, partido del que fue presidenta de 2001 a 2002 y de 2004 a 2013. Desde octubre de 2013 es vicepresidenta del Bundestag alemán. Su formación se desarrolló íntegramente en el ámbito del teatro y la música: comenzó a estudiar teatro en la Universidad Ludwig Maximilians de Múnich, pero no completó sus estudios, y en 1975 empezó a trabajar como asistente en el teatro de Dortmund, antes de trasladarse a Unna. Posteriormente, en 1982, se convirtió en mánager de un conocido grupo de rock alemán, Ton Steine Scherben, hasta 1985, año en que comenzó su participación en política, como portavoz del grupo parlamentario de Los Verdes en el Bundestag.
En 1989, en las elecciones de Alemania Occidental, Roth fue elegida diputada por primera vez, de nuevo por los Verdes, y desde entonces ha ocupado diversos cargos, el más importante de los cuales, entre 2003 y 2004, la vio como Comisaria Federal de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria, cuando gobernaba el Canciller Gerhard Schröder. Su experiencia en el futuro gobierno de Scholz será la primera como ministra.
Roth es conocida por sus actividades (también parlamentarias) en favor de los derechos humanos, por ser una firme defensora de las mujeres y de los derechos de la comunidad LGBTQ+, y también por sus... coloridos atuendos. En Alemania se la considera una figura polarizadora, por lo que su nombramiento está suscitando muchos debates, tanto positivos como negativos. El propio nombramiento de una ministra de Cultura de los Verdes ha causado sorpresa. Sin embargo, la orientación ya estaba clara incluso antes del nombramiento, leyendo el Koalitionsvertrag, es decir, el pacto de coalición entre los partidos mayoritarios (SPD, Verdes y FDP): “queremos abrir la cultura a todos”, reza la introducción de las cinco páginas sobre cultura del pacto, “garantizando su diversidad y libertad, independientemente de la organización o forma de expresión, desde el arte clásico hasta el cómic. Estamos convencidos de ello: los impulsos culturales y artísticos pueden ayudar a reiniciar nuestra sociedad, inspirar y crear espacios para el debate público. Luchamos por una escena cultural y una industria creativa fuertes. Apoyamos una política cultural y mediática no discriminatoria. Queremos anclar la cultura en su diversidad como objetivo nacional y apoyar la accesibilidad, la diversidad, la igualdad de género y la sostenibilidad”.
¿Cómo se aplicará este objetivo? Entre los puntos programáticos figuran el objetivo de acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres, el compromiso de que se formen comisiones y comités bajo la bandera de la igualdad y la diversidad, una mejor seguridad social para los artistas (entre los objetivos está también la escala de honorarios mínimos), una mejor protección para los creativos autónomos y la reducción de la burocracia. Se dedicará un capítulo a la “cultura verde”, con el fin de orientar todo el sector hacia soluciones ecológicas, y luego otra vez: cultura digital, cooperación entre centro y territorio, desarrollo de la cultura en zonas rurales y regiones estructuralmente débiles, refuerzo de las bibliotecas públicas (por ejemplo, el programa incluye la apertura en domingo), cultura para los suburbios, certidumbre para el periodismo sin ánimo de lucro, apoyo a la edición independiente, apoyo al cine nacional, compromiso con la cooperación internacional y la devolución de objetos y obras de arte a sus países cuando sea necesario, y mucho más. En última instancia, el objetivo del nuevo Gobierno será dotar a Alemania de una cultura más alternativa, más justa y más diversa: dadas estas condiciones previas, Roth podría desencadenar una revolución que también podría extenderse más allá de sus fronteras.
Tengo dos grandes amores eternos“, declaró el recién nombrado ministro: ”el amor por el arte y la cultura, y el amor por nuestra democracia. Estos dos amores están inextricablemente unidos. La cultura es la masilla que nos mantiene unidos a nosotros y a nuestra sociedad. Su valor y su importancia para nuestra cohesión sobrepasan todos los límites. Y allí donde la democracia está bajo presión, es donde los déspotas amenazan primero la libertad de los medios de comunicación, del arte y la cultura, de los artistas, trabajadores culturales y periodistas. Entonces la música enmudece, las televisiones se quedan a oscuras y los escenarios vacíos. Fortalecer la cultura en su diversidad y a nuestros trabajadores culturales significa fortalecer, proteger y defender nuestra democracia. He trabajado por ello desde mis días en el teatro, y también en el corazón de nuestra democracia, el Parlamento, con pasión, corazón y temperamento. La cultura es el alimento fundamental de nuestra democracia y nuestra libertad. Por eso el Tratado de coalición es también una señal fuerte para el arte y la cultura, colorida, diversa y contradictoria, ruidosa y silenciosa, para el pulso vital de nuestra democracia".
He aquí quién es la nueva Ministra de Cultura alemana y por qué podría iniciar una revolución |
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