Hoy a las 14.00 horas, las Comisiones de Cultura de la Cámara y el Senado, reunidas en la Sala del Mappamondo del Colegio Romano, sede del Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales y Turismo, han celebrado una audiencia del Ministro Dario Franceschini, que ha ilustrado las líneas programáticas de su ministerio. Franceschini confirmó esencialmente las líneas que guiaron su anterior mandato y enumeró las que consideraba las principales urgencias.
“Uno de los grandes retos”, dijo el ministro, “es hacer que las políticas culturales ocupen un lugar central en las opciones estratégicas del país: el patrimonio cultural del país, material e inmaterial, del pasado y del futuro, es una de las grandes oportunidades para llevar a cabo las actividades previstas en el artículo 9 de la Constitución, pero también para invertir y valorizar. No es aventurado afirmar que MiBAC es el ministerio económico más importante del país. Invertir en cultura significa invertir en lo que nos hace únicos y más competitivos”.
Como primer punto, Franceschini declaró que no se hará una "contrarreforma de la contrarreforma " (la referencia es obviamente a la reforma Bonisoli), ya que según el ministro, “no ha habido contrarreforma de la reforma del patrimonio cultural”, sino que “ha habido correcciones, algunas con las que estoy de acuerdo y otras con las que no, pero no ha habido contrarreforma”. Según Franceschini, las piedras angulares de la reforma de 2014 se han mantenido, aunque algunos cambios se introdujeron en agosto, cuando la crisis política ya estaba en marcha, y como medida cautelar se paralizaron los decretos de aplicación del dpcm: será necesario, por tanto, según el ministro, entender qué confirmar y qué corregir en la reforma Bonisoli.
En cuanto a la consolidación de lo que ya se ha hecho, el ministro destacó la importancia de invertir, en la medida de lo posible, en la experiencia y los conocimientos técnicos que existen en Italia en materia de protección del patrimonio cultural y del paisaje, en aplicación del artículo 9 de la Constitución. “El patrimonio de las superintendencias -afirmó Franceschini- debe ser protegido, valorizado y defendido, porque ha permitido defender nuestro territorio en años en los que no se daba por descontado hacerlo: las superintendencias únicas, que han simplificado la vida de muchos ciudadanos y empresas reduciendo la extensión territorial de las superintendencias, representan una obra que debe ser defendida y confirmada. Tener un interlocutor único que se ocupe del patrimonio paisajístico, artístico, arquitectónico y arqueológico es una gran oportunidad que no vamos a desaprovechar”. Así pues, se reforzarán las superintendencias únicas.
Del mismo modo, el ministerio dirigido por Franceschini consolidará y mejorará la experiencia museística. Con la reforma -señaló el ministro- hemos aportado algo actual y dinámico al sistema: éramos un país muy avanzado en protección, pero llevábamos décadas de retraso en valorización. No existía una dirección general de museos (que sí se creó), no había polos museísticos regionales, y los museos eran oficinas de las superintendencias, dirigidas por un funcionario que tenía que ocuparse tanto de la protección como de la valorización. Creo que se debe continuar con la experiencia de los polos museísticos que agrupan a todos aquellos museos que no son los autónomos y más grandes, porque no funcionó como se suponía que debía funcionar". El objetivo, asegura Franceschini, es mejorar la valorización de los museos más pequeños.
Siguiendo en el frente de la consolidación, Franceschini anunció que se defenderán y potenciarán los archivos, las bibliotecas y los institutos culturales: ’son partes del ministerio de extraordinaria importancia pero consideradas hijas de un dios menor’, dijo Franceschini, pero hay que trabajar en ellas porque representan un patrimonio enorme y muy importante. Por último, Franceschini cree que hay que reforzar el papel de la diplomacia cultural porque, según el ministro, “si invertimos en diplomacia cultural, en la que somos una superpotencia, esto nos pone en condiciones de reforzar toda nuestra diplomacia, todas nuestras relaciones internacionales: ningún país del mundo tiene detrás nuestra fuerza cultural y nuestra creatividad”.
En cuanto a los nuevos retos, según Franceschini, habrá que invertir en lo que no está en el MiBACT. “Tenemos un enorme patrimonio que todavía tenemos que proteger y poner en valor”, dijo el ministro, “pero tenemos que salir del esquema según el cual porque la protección del pasado es tan importante y ardua, luego resulta casi imposible ocuparse del presente o del futuro (inversiones en arte y arquitectura contemporáneos, industrias culturales y creativas). Hay países, como el Reino Unido, que, no teniendo un patrimonio comparable al nuestro, han invertido en industrias culturales y lo han convertido en un importante vehículo de desarrollo económico y turístico”. Otro reto será el turismo, que con un reciente decreto-ley vuelve con la cultura. “Si el Estado quiere invertir en promover la imagen de Italia”, dijo Franceschini, “o hace un ministerio de turismo autónomo, o mantiene el turismo junto con el vehículo que hace más competitivo nuestro turismo, que es la cultura”. En Italia, subrayó Franceschini, el turismo balneario, de paisajes naturales, etc., va de la mano del patrimonio histórico, cultural, artístico y creativo de la nación, todo lo cual hace único al país.
Por último, el tema de las emergencias, de las que hay tres en particular. Por orden de enumeración de las mismas, la primera es la seguridad, “un tema real”, dijo la ministra, “para el que se necesitarán recursos (algunos de los cuales ya están ahí gracias al buen trabajo de mi predecesor): no debemos intervenir sólo cuando hay una emergencia”. El segundo es la necesidad de recuperar la capacidad de inversión, y el tercero es el personal (en la actualidad, señaló Franceschini, faltan cuatro mil efectivos en el MiBACT: “el MiBAC”, concluyó el ministro, “ya era muy antiguo, en esta legislatura se convocó un concurso importante (en el que participaron doscientas mil personas para 1.052 puestos), pero la rotación es muy rápida y la cuota 100 nos ha situado aún más en un sistema de escasez de personal. Tenemos que encontrar un remedio, porque tener lagunas significa ralentizar el trabajo, cerrar museos, etc.”.
Franceschini ilustra las directrices de MiBACT: se confirma la estrategia anterior, centrada en las urgencias |
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