He aquí algunos comentarios en caliente, de políticos (de la mayoría y de la oposición), sobre el nombramiento de Dario Franceschini como ministro de Patrimonio Cultural (un regreso: Franceschini ya fue ministro de Patrimonio Cultural de 2014 a 2018 con los gobiernos de Renzi y Gentiloni).
Luca Bergamo (Movimento 5 Stelle, teniente de alcalde de Roma responsable del crecimiento cultural): “Espero y estoy convencido de que se puede crear una fuerte sinergia entre el Mibact, el Ministerio de Universidades e Investigación Científica y Roma Capitale, para aprovechar al máximo el potencial que reside en la condición que hace de Roma una ciudad única en el mundo, a saber, albergar al mismo tiempo un inmenso patrimonio cultural y una comunidad científica, académica y productora de cultura contemporánea igualmente grande. En otras palabras, una ciudad inteligente”.
Flavia Piccoli Nardelli (Pd, presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados en la XVII legislatura): “Estoy muy contenta con este nombramiento, que supone reconocer el peso que antes tenía la cultura”, declaró a la agencia AgCult, “estoy segura de que podremos hacer cosas buenas en el ámbito cultural, gracias también a la tradición de colaboración que siempre hemos ejercido en la Comisión de Cultura, tanto en esta legislatura como en la anterior. Confío en que seremos capaces de completar el trabajo emprendido sobre el proyecto de ley de lectura, un trabajo que ha contado con la participación de todos los grupos parlamentarios y, por tanto, también muy interesante”.
Matteo Salvini (Liga, secretario del partido): “Franceschini vuelve a la cultura. Pero, ¿cómo se puede permanecer en un país que no tiene a Franceschini en el Gobierno? Ha sobrevivido a todo y a todos, chapeau: uno de esos hombres del Partido Democrático que gobernará en el futuro incluso con Befana, con Pippo, con Pluto, porque él está ahí. Patrimonio cultural y turismo: quizá retome el legado de Rutelli”.
Francesco Giro (Forza Italia, miembro de la Comisión de Cultura del Senado): “La vuelta de Franceschini al frente del Collegio Romano, por un lado es una garantía porque conoce el ambiente, pero por otro podría ser un problema. De hecho, espero que corrija algunos de los forzamientos de su predecesor Bonisoli, que aprobó un reglamento del Ministerio con el Secretario General convertido en un superhéroe lleno de superpoderes, lo cual es ridículo, si no trágico. Pero también espero que Franceschini, siendo la persona razonable que es, corrija inmediatamente muchos aspectos de su reforma, que ha debilitado las superintendencias estatales con la ilusión de agilizar trámites ahora inevitablemente delegados en funcionarios, y que ha producido, junto a los museos de serie A, los museos de serie B y C marginados en los llamados polos museísticos regionales sin dinero y sin una sólida política de marketing territorial detrás. Y luego están las contrataciones lanzadas por el gobierno verde-amarillo, que espero se hagan con rapidez y sentido crítico”.
Federico Mollicone (Fratelli d’Italia, responsable de cultura del partido): “El nombramiento de Dario Franceschini en el Ministerio de Cultura no nos sorprende. ¿Cuándo había salido de los pasillos del Mibac? Nuestra línea de oposición será dura pero justa, defendiendo siempre el sector del espectáculo y nuestra visión de valorización del patrimonio cultural. La reasignación de la delegación de la política turística al Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales no nos disgusta, pero tenemos mayores ambiciones para un sector crucial de nuestra economía: con Fratelli d’Italia en el Gobierno de la nación, se creará un Ministerio de Turismo. En estos 14 meses de gobierno hemos reconocido en Bonisoli a una buena persona, pero la política, sobre todo cuando se trata de cultura, necesita una visión”.
Vittorio Sgarbi (Gruppo Misto, miembro de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados): “Es un maravilloso giro del destino”, dice también a AgCult, “ahora se abre el tema de la ’contrarreforma’ sobre el patrimonio cultural y habrá diversión”. En el momento en que estalló la crisis, en lugar de paralizar todas las actividades del Gobierno, Bonisoli insistió en llevar a cabo una reforma que anula muchas de las decisiones que había tomado Franceschini. Que ahora vuelve al ministerio y tendrá que anular lo que hizo Bonisoli. En resumen, todo muy extraño. Pero lo más paradójico es que ahora Franceschini tendrá que hacer una jugada legista: devolver la autonomía a los museos abolida por el centralismo de Bonisoli. Tenemos el siguiente cuadro: un ministro del Pd que actuará como autonomista salviniano, siendo entretanto aliado de aquel M5S que era partidario del centralismo museístico a eliminar. Todo un espectáculo para disfrutar’.
Franceschini como nuevo ministro de Cultura: estos son los comentarios más acalorados de los políticos |
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