La operación antivivac que había anunciado ayer el alcalde de Florencia, Dario Nardella, ha comenzado hoy. Para disuadir a los turistas de sentarse en los escalones de las iglesias a comer o vivaquear, esta mañana el primer edil de la capital toscana ha rociado con abundante agua jabonosa los paramentos de las basílicas de Santa Croce y Santo Spirito, dos de los lugares de culto más preciados (y por tanto visitados) de la ciudad. Lo documentó todo con una retransmisión en directo en su página de Facebook.
Nardella, como ya se ha dicho, había anunciado la medida ayer, interviniendo en una emisión radiofónica: la idea es pasar con cañones de agua hacia la hora de comer para evitar el “asalto” de los turistas a los paramentos de las iglesias florentinas. Con el efecto secundario de mantenerlas limpias. Lástima que, con el calor del verano, la medida “antiturista” sólo dure un puñado de minutos...
En la foto: fachada de la basílica de Santa Croce.
Florencia, las parvis de las iglesias se riegan para evitar vivacs |
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