La cultura ocupó un lugar destacado en el discurso de fin de año del Presidente de la República , Sergio Mattarella. Tras recordar que en el año que acaba de terminar celebramos a Leonardo da Vinci, que en el que se abre festejaremos a Rafael y que en 2021 será el turno de Dante Alighieri, Mattarella subrayó la importancia de la cultura para nuestra sociedad.
“El mosaico que compone la sociedad italiana -dijo el Presidente- tiene muchas teselas preciosas. Pienso, entre otros, en el mundo de nuestras universidades, centros de investigación y prestigiosas instituciones culturales. He conocido y apreciado en muchas ocasiones la actividad que se desarrolla en esta constelación de lugares de pensamiento, de innovación, de ciencia. Se trata de un patrimonio inestimable de ideas y energía para construir el futuro. Es esencial que esté al alcance de todos. Que se conozca, se cuente, se comparta. Que se eliminen los obstáculos y se facilite la relación entre las instituciones culturales y la sociedad y el acceso al conocimiento”.
Y de nuevo, “la cultura”, dijo Sergio Mattarella, “es un gran motor de la calidad de vida y hace más sólido el tejido social de un país”. No podía omitir un pensamiento para las capitales de la cultura: “Damos las gracias a Matera, que ha hecho honor a Italia y a su Mezzogiorno, en este año en que ha sido Capital Europea de la Cultura. En este espíritu, expreso mis mejores deseos a Parma que, con su extraordinario patrimonio humano y artístico, será a partir de mañana la Capital Italiana de la Cultura para 2020”.
Y de nuevo hubo lugar para un llamamiento al civismo y al respeto por las necesidades de los demás y por los asuntos públicos: para ello, Mattarella se refirió a un objeto de diseño artístico que una asociación de personas con discapacidad le había regalado por Navidad: una silla, “muy sencilla pero que guardaré con cuidado”, dijo el presidente, ya que lleva la inscripción “Cuando perdemos el derecho a ser diferentes, perdemos el privilegio de ser libres”. Un mensaje que “expresa plenamente el verdadero significado de la convivencia”, afirmó Mattarella.
Al final de su discurso, Mattarella, saludando a Luca Parmitano, el primer astronauta italiano al mando de la estación espacial internacional, compartió una de sus ideas: “desde allí arriba, desde esa nave espacial (como me dijo cuando conectamos) percibe lo incomprensibles y sin sentido que parecen las enemistades, las oposiciones y la violencia en un planeta cada vez más pequeño y apiñado”. Y, concluyó el Presidente, Parmitano “ha transmitido un mensaje que hago mío: la esperanza consiste en tener siempre algo a lo que aspirar”.
En su discurso de fin de año, el Presidente Sergio Mattarella destaca el papel de la cultura y la educación |
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