La CGIL ha dirigido una larga lista de críticas al Ministro de Patrimonio Cultural , Alberto Bonisoli. En una carta firmada por el coordinador nacional del patrimonio cultural de la CGIL, se acusa al ministro de hacer propaganda sobre la contratación, de ser incapaz de elaborar un proyecto serio de reorganización del Ministerio de Patrimonio Cultural, de haber ideado una reforma débil y de no cumplir sus promesas. El texto completo es el siguiente.
"Señor Ministro
la politique d’abord en este caso, como en muchos otros de la historia reciente de este país, ha condicionado su acción hasta tal punto que le ha llevado a publicar precipitadamente dos decretos de reorganización el 13 de agosto, pidiéndonos a los sindicatos que nos diéramos una opinión antes de mediados de agosto, para justificar en sus decretos una premisa que sólo exige la ley, como es la que prevé ’previa consulta a los sindicatos’. E, inmediatamente después, difunda un vídeo propagandístico destacando las consecuencias de la ruptura del pacto de gobierno, vislumbrando maravillas para el personal del Ministerio, desafiado por la crisis, como para darnos una señal para que nos callemos. No haga propaganda de la contratación, los números no dan para justificarla, y estas nuevas contrataciones son sólo un ejercicio parcial por más que sea necesario para evitar el colapso organizativo definitivo, dada la edad media y la dimensión de las salidas por cese.
Verá, señor Ministro, nosotros no regateamos. Negociamos y encomendamos a la negociación las más nobles reivindicaciones que en los servicios públicos deben conjugar siempre los derechos de los trabajadores con los de los ciudadanos, en este caso consagrados en el artículo 9 de la Constitución. Y, desde luego, no vamos a negociar una reforma de la reforma que, al dictar estos Decretos, revela su profunda debilidad e incapacidad para un proyecto serio de reorganización.
Verá, Sr. Ministro, aunque no estemos de acuerdo con la estructura básica propuesta, habíamos apreciado su disposición al diálogo y a la confrontación, en particular sobre la fase de aplicación del Decreto del Presidente del Gobierno, creyendo que en esa fase habríamos tenido la oportunidad de al menos mitigar algunos de los efectos perversos contenidos en el Decreto del Presidente del Gobierno, efectos que, en cambio, se revelan en todas sus connotaciones deletéreas. De un plumazo, se esterilizó el método de confrontación democrática, que había empezado a tomar cuerpo incluso en el Consejo Superior, y se produjo un montaje burocrático que no hace sino empeorar las ya desastrosas premisas producidas por su predecesor.
Su gestión al frente de este Ministerio está resultando, y no sólo por la inminente crisis de gobierno, una secuencia de promesas incumplidas. De lo que somos testigos directos: había anunciado que los nuevos directores de los museos autonómicos serían seleccionados según los criterios de los concursos públicos, y nada nuevo ha sucedido; al contrario, incluso se ha utilizado una de las reglamentitas por las que era famoso su antecesor, que prevé la renovación de los nombramientos por otros cuatro años, sin que se haya dado razón alguna, y tenemos absoluta curiosidad por ver qué objetivos se han cumplido a la hora de evaluar la labor de los directores confirmados. Había anunciado la devolución de las Bibliotecas Históricas anexas a los circuitos de puesta en valor y en cambio nos encontramos con que BIASA sigue encomendada al antiguo Polo Museístico Lacianiego, y con toda seguridad así ocurrirá con el resto de Bibliotecas Históricas anexas a los Museos Autonómicos. Perpetuando un verdadero crimen contra el patrimonio cultural del que se hace así corresponsable.
En cambio, una promesa cumplida es la demolición del Parque de Appia Antica, operación con la que ustedes se han limitado a golpear el eslabón débil de una cadena sin afectar en modo alguno a los efectos de un crimen perpetrado contra el patrimonio arqueológico de Roma, que sigue permaneciendo fragmentado y disperso en diferentes institutos, sólo capaz de perpetuar durante dos años una inútil guerra civil debido a una logística estructuralmente inadecuada. ¿Con qué será sustituido, el Museo Vittoriano? ¿Qué sentido tendrá esta operación, sino el de mortificar un territorio extraordinario en nombre de una operación recién descubierta e incomprensible totalmente celebratoria de la identidad nacional?
Lo mismo podría decirse de la supresión de los demás Museos autónomos, de los que sólo está previsto el de Villa Giulia, pero se pospone a una fase posterior, una solución para la recomposición de ese territorio arqueológico trastornado por el tsunami Franceschini. Nos preguntamos qué sentido tiene en cambio la amalgama de la Galleria dell’Accademia con los Uffizi, si no es el de la fagocitación organizativa.
Por lo demás, estos decretos no han hecho sino confirmar los peores augurios: el territorio pierde ejecutivos en favor del centro, que ahora ha asumido dimensiones estratosféricas, la distribución de ejecutivos no cambia el desequilibrio hacia los sectores de Bibliotecas y Archivos, nada cambia en la geografía de los SABAP, las famosas Redes de Museos producen nuevas fusiones improbables y expansiones de áreas territoriales, mientras que podrían haber sido una oportunidad útil para revisar el sistema museístico sobre la base de afinidades en los itinerarios culturales, se mantiene la increíble sujeción jerárquica de los Archivos de Estado a las Superintendencias Archivísticas, e incluso destaca en términos organizativos y científicos la incomprensible amalgama de los Archivos de Estado de Palermo con la Superintendencia Archivística. Por último, están las Secretarías de Distrito, que deberán ocuparse de territorios cada vez más vastos, sancionando otro gravísimo retroceso del Estado en la gestión de la tutela del patrimonio histórico y cultural, cuyos efectos se verán mejor en la atrevida lógica de la autonomía diferenciada.
Verá, Sr. Ministro, no sabemos cuál será el desenlace de la crisis de gobierno, y si ocupará su lugar un nuevo exponente político, que tal vez nos obligue a nosotros y a la estresada maquinaria ministerial a un nuevo agotador ejercicio de aplicación de esquemas ideológicos, pero si lapromulgación de estos decretos pretendía frenar nuevos impulsos “reformistas”, piénselo de nuevo, siempre está a tiempo de reiniciar el debate democrático con nosotros y con el mundo de la cultura, cada vez más consternado ante espectáculos inaceptables y mortificantes para todo lo que representa nuestro inestimable patrimonio.
Saludos cordiales
Claudio Meloni
FP CGIL MiBAC"
En la foto: el Parque Appia Antica
CGIL a Bonisoli, Ministra de Bienes Culturales: "no haga propaganda sobre la contratación |
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