En una entrevista concedida este fin de semana al diario Corriere della Sera, el ministro de Bienes Culturales , Alberto Bonisoli, expresó su firme posición contraria a la prima de 500 euros, reservada a los jóvenes de 18 años, que se destinará a la cultura: una medida introducida por el Gobierno Renzi, que el nuevo ministro no ve con buenos ojos. En algunos casos“, subrayó en la entrevista, al hablar de los gastos culturales, ”era mejor gastar el dinero de otra manera. Pienso en la App 18, los 500 euros en vales para que gasten los jóvenes de 18 años. Vale 200 millones... mejor privar a los jóvenes de cultura haciéndoles renunciar a un par de zapatos".
El bono cultural para jóvenes de 18 años, introducido con la Ley de Estabilidad en 2016, garantizaba a los mayores de edad 500 euros para gastar en cultura (libros, museos, exposiciones, teatros, conciertos, música, cursos de idiomas extranjeros) antes del 31 de diciembre, previa inscripción en una aplicación especial antes del 30 de junio del mismo año. La bonificación se confirmó también para 2017. Se calcula que 351.522 jóvenes de 18 años se beneficiaron de la bonificación en 2016 (es decir, el 61% del total) y que, según una investigación de Repubblica, sobraron 115 millones de euros de los recursos destinados a la operación (290 millones de euros).
Tanto los estudiantes como el Pd se mostraron críticos con Bonisoli. Giammarco Manfreda, coordinador nacional de la Red de Estudiantes de Enseñanzas Medias, declaró: “Siempre hemos criticado duramente el Bono Cultura. Desde su aprobación hemos dicho que era una medida injusta y que no representaba realmente la necesidad de empujar a todos los jóvenes, independientemente de su edad y condición económica, a tener un mayor acceso a la cultura. También aportamos propuestas para destinar los fondos asignados y no gastados en el bono a financiar el derecho al estudio, reiterando que la medida en cuestión no contribuía a reducir las desigualdades entre los estudiantes sino que las incrementaba, poniendo a los estudiantes que no podían permitírselo ante la disyuntiva de utilizar el bono no por motivos culturales sino para comprar libros de texto, un servicio que debe garantizarse de forma gratuita. Las palabras de la ministra Bonisoli, sin embargo, nos dejan profundamente entristecidos. No se presenta ninguna alternativa válida a una medida errónea como el Bono Cultura, no se afirma que hay que invertir en el derecho al estudio y en la libre accesibilidad a la cultura”. Elisa Marchetti, coordinadora nacional del Sindicato de Estudiantes Universitarios, es aún más dura: “en lugar de criticar la forma en que se promueve la cultura en la base del bono, pasan a criticar la idea general de aumentar el disfrute de la cultura por parte de los jóvenes. Se vuelve a filtrar la idea de que la cultura es el aspecto menos importante en la vida de un joven estudiante, y se sugiere que las intenciones del Gobierno en este tema y en el de la educación en general son ignorar la necesidad de conocimiento y cultura que tenemos en estos momentos, conocimiento y cultura que deben ser accesibles para todos. Las declaraciones de la nueva ministra revelan también una interpretación del estilo y las condiciones de vida de los jóvenes que carece de todo fundamento. De hecho, el ministro alude a una tendencia juvenil al uso irresponsable y al despilfarro de los recursos económicos. Esto no es más que un lugar común y, de hecho, todos los datos sobre la situación económica y de ingresos de las generaciones más jóvenes dibujan un panorama verdaderamente trágico”.
Anna Ascani, responsable de cultura del Partido Democrático, en declaraciones a Agcult, espera que el ministro reconsidere su postura: se tiene la impresión, añadió Ascani, “de que buscan dinero para cubrir otra cosa, como la tasa plana, pero si creen que pueden encontrar recursos recortando la cultura, entonces encontrarán nuestra oposición y la de todo el mundo de la cultura, y no sólo la italiana”. Ascani insistió en que “la aplicación 18 debe convertirse en estructural, no anularse”. De ahí la idea de iniciar una petición para evitar la cancelación de 18app: “la petición procede de un grupo de jóvenes que han vivido en primera persona esta medida. El ministro debería tener la bondad de leer los datos que su ministerio ha publicado, porque estos datos muestran que el 80% del dinero asignado se gastó en libros. Por lo tanto, es increíble pensar que permitir que los jóvenes de 18 años compren libros sea un ”problema".
Sin embargo, de momento el bono cultural sigue confirmado tanto para 2018 como para 2019: fue el propio Bonisoli quien lo anunció con un largo post en Facebook, que abría con un comentario: ’la cultura no es una gratificación electoral, sino una inversión’. El ministro se defiende primero de las acusaciones de querer quitar fondos a la cultura para los jóvenes: “es todo lo contrario: pretendo aumentar los fondos disponibles para la cultura, y uno de los ejes estratégicos en los que se gastará más dinero público es precisamente fomentar la difusión de la cultura entre los jóvenes”. Y así anuncia la confirmación de la bonificación: ’los fondos para 2018 y 2019 están ahí, se reactivarán y se entregarán a los nacidos en 2000 y 2001. Con ello, hemos pensado introducir gradualmente algunos correctivos, para remediar los errores cometidos en el pasado y preparar un programa estructural de promoción del consumo cultural, que combinará proyectos de difusión cultural en las escuelas con incentivos a la compra de productos y servicios culturales, a partir de 2020’. Estas medidas correctoras, sin embargo, aún están por estudiar. En cualquier caso, concluyó la ministra, “los jóvenes son la mejor inversión para el futuro de nuestro país y merecen mucho más que una prima puntual”. No se eliminarán los fondos que ya estaban previstos y que la acción del Gobierno anterior corría el riesgo de hacer saltar por los aires, pero se remodelará y corregirá todo para poder planificar medidas a largo plazo y más eficaces para que la búsqueda de la cultura entre los adolescentes crezca y sea duradera".
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