¿Necesitan realmente nuestros monumentos reseñas en Tripadvisor y similares?


Un vídeo en TikTok que ponía en la picota los comentarios estrafalarios dejados en el Coliseo por turistas mal preparados provocó un gran debate. Sin embargo, estos comentarios son un síntoma de otra realidad. Además: ¿sirven realmente a nuestros museos los comentarios en Tripadvisor y similares?

¿Necesita realmente el turismo cultural reseñas en sitios (Google), redes sociales o portales como aquellos en los que se comentan restaurantes u hoteles, por ejemplo TripAdvisor?

La pregunta está de actualidad estos días porque el vídeo de la red social Tik Tok, que recogía una serie de comentarios estrafalarios, si se les puede llamar así, sobre monumentos y lugares culturales como el Coliseo, ha tenido mucho eco. El vídeo ha superado los 2,5 millones de visitas y tiene un carácter burlón, desde luego, ya que en la recopilación de comentarios destacan críticas que parecen totalmente fuera de contexto como la de un tal James Bufkin que escribe en Google: “El Coliseo es un basurero. Todo está roto, los asientos son de piedra. Nos dijeron que la visita incluía una batalla de gladiadores, pero el día de nuestra visita no había nada programado. Necesita restauración y repintado”. O como la de John Georgiades, que escribe: “Es viejo, podría venirse abajo en cualquier momento”.



Uno se pregunta si se trata de comentarios irónicos o si la gente que acude a estos lugares realmente no comprende su historia o su valor. El Coliseo, en Google, cuenta con 301.548 comentarios para una valoración final total de 4,7 sobre 5. Los comentarios negativos son, por tanto, una clara minoría, como en todos los grandes monumentos. He aquí un resumen rápido: Museos Vaticanos 128.007 opiniones, con una puntuación de 4,6; Torre de Pisa 103.000 opiniones y una puntuación de 4,7; Pinacoteca de Brera 21.399 opiniones y una puntuación de 4,7; Palacio Ducal de Venecia 22.564 opiniones y una puntuación de 4,7; Plaza de San Marcos 14.3892 opiniones y una puntuación de 4,7; Uffizi 55.710 opiniones y una puntuación de 4,7; Castello Sforzesco en Milán 55.765 opiniones y una puntuación de 4,6; Pinacoteca Brera 21.400 opiniones y una puntuación de 4,7; Museo Egipcio de Turín 37.592 opiniones y una puntuación de 4,7. El Parque Arqueológico de Pompeya recibió 45.000 opiniones con una valoración de 4,7.

El Coliseo
El Coliseo

Echando un vistazo a las reseñas negativas, aunque son, repetimos, una clara minoría, nos damos cuenta de que sólo en el caso del Coliseo las críticas iban dirigidas al monumento en sí. Para el resto de los lugares visitados, la mayoría se referían a cuestiones logísticas, a que demasiada gente no podía disfrutar de las obras de arte, a que grupos organizados con guías monopolizaban el espacio y, sobre todo, al coste de las entradas.

El Coliseo quizás haga historia aparte como objeto del imaginario colectivo mundial y sobre el que, evidentemente, se habían creado falsos mitos, expectativas excesivas o ideas erróneas sobre lo que era. Aquí el problema no es de comunicación (dos mil años) sino quizá de preparación personal del visitante más que del Coliseo. Pero esto debería tratarse en otro lugar porque el tema es vasto: ¿sólo los que han estudiado o son cultos pueden apreciar el valor de unos restos arqueológicos o de un museo? ¿Ver las ruinas de una civilización antigua puede ser definido como “bello” o apreciado por un visitante?

Además del precio de la entrada: ¿cómo cuantificamos el valor de lo que vamos a ver? ¿Dejamos que sean los propios visitantes quienes lo juzguen, como ocurre, por ejemplo, en los museos cuya entrada es gratuita? Hay ejemplos de museos que han tomado esta decisión, y desde luego no lo han hecho porque sean lugares sin grandes obras de arte (el Museo Británico sobre todo). ¿Cómo explicar al turista que el precio de la entrada viene dictado quizás también por los gastos de funcionamiento o lo que sea, y cómo esto puede ser útil para la satisfacción del visitante?

En el caso de los demás museos, hay que entender cómo estas críticas pueden ser un acicate para quienes los dirigen, pero al menos es reconfortante que la crítica no sea por el contenido. Hechas estas consideraciones, las críticas, en opinión de quien escribe, no pueden considerarse la prueba de fuego de la calidad de un lugar a visitar. El Palazzo Reale de Nápoles, por ejemplo, sólo tiene 6.000 críticas, pero éste no puede ser el parámetro para definirlo.


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