El Papa Francisco sobre los museos


'Que los museos estén abiertos a todos': esto dice el Papa Francisco en su libro 'Mi idea del arte'. Un pasaje para reflexionar

Como saben quienes nos siguen sin prejuicios, Ventanas al Arte siempre ha sido un espacio abierto a todos, siempre abierto a la discusión y al diálogo, respetuoso con las ideas de todos. Y, si éstas son inteligentes, no nos interesa de qué lado vengan. Por eso hemos decidido publicar hoy, en nuestra web, un fragmento del libro La mia idea di arte del Papa Francisco, publicado por Mondadori y que salió a la venta a finales de 2015. En las palabras del Papa Francisco se repiten algunas ideas que fundamentan el trabajo que realizamos en Finestre sull’Arte: el arte como patrimonio de todos, como forma de diálogo, como testimonio del pasado que nos permite mirar al futuro. El arte, en esencia, es inclusión: un concepto que, desgraciadamente, se aleja cada vez más incluso de aquellos que deberían seguir las palabras del Papa desde un terreno común. Un artículo, pues, muy moderno, breve pero que ofrece varios puntos para la reflexión, y no sólo sobre el arte. Feliz lectura.

Papa Francesco
El Papa Francisco. Crédito

Que los museos estén abiertos a todos. Si el Papa tiene museos, ¡es precisamente por eso! Porque el arte puede ser un vehículo extraordinario para contar a los hombres y mujeres de todo el mundo, con sencillez, la buena noticia de Dios que se hace hombre por nosotros, ¡porque nos ama! ¡Y esto es hermoso! Y los Museos Vaticanos deben ser siempre un lugar de belleza y de acogida. Deben acoger nuevas formas de arte. Deben abrir sus puertas de par en par a personas de todo el mundo. Ser un instrumento de diálogo entre culturas y religiones, un instrumento de paz. Estar vivas. No polvorientas colecciones del pasado sólo para los “elegidos” y los “sabios”, sino una realidad vital que sepa conservar ese pasado para contárselo a los hombres de hoy, empezando por los más humildes, y disponerse así, todos juntos, con confianza al presente y también al futuro. El arte tiene en sí mismo una dimensión salvífica y debe estar abierto a todo y a todos, y a cada uno ofrecer consuelo y esperanza. Por eso, la Iglesia debe promover el uso del arte en su labor de evangelización, mirando al pasado, pero también a las múltiples formas de expresión actuales. No hay que tener miedo de encontrar y utilizar nuevos símbolos, nuevas formas de arte, nuevos lenguajes, incluso aquellos que parecen poco interesantes para los que evangelizan o para los conservadores, pero que en cambio son importantes para la gente, porque saben hablar a la gente.

Por eso, hace algún tiempo, algunos sin techo de Roma visitaron los Museos Vaticanos y pudieron admirar la Capilla Sixtina. Los Museos Vaticanos son la casa de todos, sus puertas están siempre abiertas a todos. Son testimonio de las aspiraciones artísticas y espirituales de la humanidad y de la búsqueda de esa belleza suprema que encuentra su plenitud en Dios. Y los pobres están en el centro del Evangelio, que es lo más grande que tenemos, son los privilegiados de la misericordia divina. Si sacas a los pobres del Evangelio, no se entiende nada. Entonces, ¿por qué no van a entrar en la Capilla Sixtina? ¿Quizá porque no tienen dinero para pagar la entrada? Se me ha criticado por esto, lo sé, también se me ha criticado por haber puesto duchas para los pobres bajo la columnata de Bernini. Repito: los pobres están en el centro del Evangelio, no debemos olvidarlo nunca.


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