El cristograma de Via Santa Maria in Carrara: la memoria pinchada


En Carrara hay un cristograma en Via Santa Maria, agujereado para pasar un cable: así tratamos nuestra memoria histórica

Il cristogramma bucato di via Santa Maria a Carrara

A primera vista, resulta hilarante, porque un cristograma antiguo que ha sido agujereado para pasar un cable no puede evitar arrancar una sonrisa al pensar en el creador de la obra maestra (y por obra maestra, claro, nos referimos al agujero), pero pronto la hilaridad deja paso a laindignación, primero porque se ha desfigurado unaobra antigua, y después porque nada nos impide pensar que, como éste, otros testimonios de nuestro pasado habrán corrido la misma suerte (si no una peor).



Un cristograma es una combinación de caracteres e imágenes que recuerdan la figura de Cristo, y los cristogramas siempre han sido utilizados por los cristianos a lo largo de los siglos: el que vemos en la imagen se encuentra en Carrara, en via Santa Maria, y está compuesto por las tres letras “IHS”, es decir, las tres primeras letras del nombre de Jesús en griego antiguo, “Iesous” (la “H” es en realidad una “eta” que se pronuncia más o menos como nuestra “e”). Esta abreviatura también se conoce como "trigrama de San Bernardino de Siena", ya que, según la tradición, fue él quien la utilizó por primera vez.

Los tres caracteres están inscritos en un sol y vemos que la H está coronada por una cruz y bajo la misma letra hay tres clavos. Esta forma de representar el trigrama es similar a la adoptada por los jesuitas, hasta el punto de que el emblema de la orden no es otro que el trigrama IHS (con cruz y clavos) inserto en un disco con rayos y llamas. La obra que vemos en la foto también puede datarse en el siglo XVII, ya que en la misma zona de la ciudad hay otros crismones similares que, sin embargo, a diferencia de éste, sí están fechados.

El centro histórico de Carrara (al igual que el de otras ciudades de Italia) está lleno de crismones, bajorrelieves, iconos ,madonnas. Sin embargo, aquí tienen un “valor añadido”, por así decirlo, porque el mármol con el que están realizadas estas obras es uno de los símbolos de Carrara: el mármol ha hecho famosa a la ciudad en todo el mundo y ha permitido a diversos artistas de todos los tiempos y lugares crear obras maestras admiradas en todas partes.

Pero el verdadero valor de estas imágenes que se pueden encontrar en las paredes de toda la ciudad es su importancia histórica, como testimonio de una devoción popular que constituyó un poco... cómo decirlo, una “alternativa” a la oficial de la época con las grandes obras maestras, los grandes ciclos, los grandes aparatos. Símbolos con los que se identificaban nuestros antepasados. Además, no debemos olvidar el valor que estas obras tenían para todos aquellos que viajaban a los lugares de peregrinación (la Vía Francígena pasaba por Carrara): ante estas imágenes, los peregrinos se detenían a rezar y para ellos eran casi una incitación a continuar su viaje.

Así parece que tratamos la memoria de nuestros centros históricos: atravesándola. Y quizá también debamos considerarnos casi afortunados si aún podemos ver este trigrama intacto (agujero aparte), porque probablemente muchos de sus homólogos lo tendrán aún peor. Y del mismo modo que probablemente muchos de los que agujerean obras de cuatro siglos de antigüedad serán los mismos que piensan que en Italia tenemos el 50% del patrimonio artístico mundial... así que al final a quién le importa un mísero trigrama, ya que “tenemos el 50% del patrimonio artístico mundial”, nadie prestará atención a una secuencia anónima de caracteres en una pared.

Y esto es sólo un ejemplo: una obra de arte minúscula y mal conservada que no interesa a nadie... entonces, ¿por qué no considerar que, al igual que se descuidan las pequeñas obras de arte, también deberían descuidarse las grandes (pero, ojo: no famosas)? Incluso tener un trigrammatón agujereado del siglo XVII es consecuencia de una política cultural que pretende dar a conocer sólo esas cinco o diez obras maestras mundialmente famosas sin molestarse en cuidar todo lo demás. Sin embargo, incluso un mísero crismón en una pared de una calle medieval de Carrara desconocida para la mayoría es un testimonio histórico, e incluso un mísero crismón forma parte de la memoria del pueblo. Pero, dada la tendencia, quizá deberíamos considerarnos afortunados si aún podemos verlo allí en su sitio, a pesar del agujero.


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