En el 50 aniversario del descubrimiento de los Bronces de Riace, se ha hablado y escrito de todo, pero demasiado poco sobre la “salud” de los dos guerreros. Y, sin embargo, son precisamente los aspectos de conservación los que han sido el talón de Aquiles del nuevo curso bajo la bandera de la autonomía de gestión y financiera del Museo Arqueológico Nacional de Reggio Calabria en el pasado reciente. Hubo revuelo por la noticia (retransmitida por Ansa y relanzada por Gian Antonio Stella en el Corriere) que nos había dado en 2017 de la prolongada interrupción del funcionamiento del sistema de vigilancia interna, con el que las obras, entre las poquísimas del mundo, están dotadas desde la última exposición (2013).
No es un asunto menor, porque también alimentó las dudas sobre la Comisión Franceschini, que se pronunció negativamente sobre la transportabilidad de los Bronces a la Expo de Milán, pero a falta de los propios datos que proporciona este sistema. Recientemente, desde las columnas de la “Gazzetta del Sud”, el Profesor Roberto Ciabattoni, Restaurador-Conservador del Laboratorio de Física y Controles Ambientales del ICR (Instituto Central de Restauración) de Roma y diseñador del sistema, volvió a recordarnos su importancia en la entrevista que concedió a este redactor.
En la última restauración en el laboratorio-escaparate del Palazzo Campanella (2009-2013) Ciabattoni se encargó del diagnóstico científico y de los sistemas de protección mecánica de las dos estatuas. “En el transcurso de la intervención”, recordó, "se llevó a cabo una campaña de diagnóstico científico para verificar y comparar con las investigaciones químicas y físicas realizadas anteriormente. En esta fase, se realizó por primera vez una campaña gammagráfica ’single face’ de las superficies de los Bronces. Para entenderlo, cuando se hace una radiografía en medicina, la imagen devuelve todo el cuerpo a su paso. En este caso, sin embargo, al colocar la sonda emisora de rayos en el interior de la estatua obtuvimos una imagen más detallada de una sola capa de bronce. El resultado fue excepcional: fue posible ver detalles y peculiaridades mecánicas que no se habían estudiado antes; en particular, observar algunos detalles relacionados con la aplicación de cera sobre el modelo que luego se utilizó para la fundición.
Ciabattoni también fue pionero e introdujo un sistema único que permitió trasladarlos con seguridad del Museo al Palazzo Campanella durante la última restauración de 2009. “El primer programa de ’protección integrada’”, recuerda el técnico, "fue el desarrollado sobre el Sátiro Danzante de Mazara del Vallo que diseñé en 2002, y que luego se utilizó para el viaje a Japón de 2005. En la Expo de Aichi de 2005, se solicitó la presencia de la estatua del Sátiro Danzante y se encargó al ICR que se ocupara de las delicadas operaciones de manipulación y transporte que llevaron a la creación del sistema de carbono (transporte/soporte) con el que se trasladó y expuso la estatua (sistema que se utiliza actualmente). Ante la necesidad que surgió en 2009 de trasladar y colocar los Bronces en posición horizontal, se decidió reproducir el mismo sistema que permitió con éxito la manipulación y colocación seguras de las dos estatuas durante todas las fases de la intervención. En la actualidad, el concepto del sistema desarrollado hace 20 años es ampliamente “imitado” y utilizado en las manipulaciones más importantes de artefactos móviles".
Con una espinosa historia de fondo, que nunca se ha discutido. Este sistema, exactamente igual que para el traslado japonés del Sátiro, en su diseño original podría haber permitido “desplazamientos” mucho más largos que ese corto trayecto dentro de la ciudad de Reggio Calabria. Fue, en cambio, a petición expresa que se modificaría para permitir sólo esos “cuatro pasos” dentro de la ciudad. La transportabilidad o no de los Bronces, una cuestión delicada y siempre propensa a caldear los ánimos, sería interesante poder aclararla de una vez por todas: a la luz de los avances tecnológicos que se remontan, por tanto, a hace más de diez años, ¿es posible o no trasladarlos con seguridad? Además, siempre se puede argumentar sobre la pertinencia cultural de tales operaciones: una cosa es que la solicitud se haga para una exposición de alto perfil científico y otra muy distinta para una feria comercial o una reunión del G7.
En una cosa, sin embargo, todo el mundo está de acuerdo: a nadie se le ocurriría trasladar a un enfermo de su cama de hospital sin conocer antes su estado real. Aquí, para los Bronces, se podría disponer de ese sofisticado sistema de control que verifica los parámetros mecánicos y microclimáticos, ya objeto de escándalo hace unos años. El condicional vuelve a ser imprescindible, porque tras ser restaurado definitivamente en 2019, hoy ya no se sabe qué datos emite, ni siquiera si sigue funcionando. “Los sensores -continúa explicando Ciabattoni- están colocados en el interior de las estatuas: registran y proporcionan los datos detectados en tiempo real y permiten intervenir a tiempo cuando se producen situaciones críticas que pueden comprometer la correcta exhibición y conservación”. El proyecto se ha concebido y el sistema se ha realizado de forma que permita verificar a distancia (desde la sede del ICR en Roma, ed.) los datos e identificar posibles anomalías, y sea capaz de recomendar intervenciones adecuadas".
Pero aunque fue él quien lo diseñó y lo reactivó en 2019, hoy ya no es capaz de decirnos qué datos está proporcionando. "Actualmente -señala- el sistema no ’comunica’, es decir, no está conectado en red, y por tanto no es posible ’interrogarlo’ desde el ICR, por lo que no puedo responderle. Le señalo que el sistema de exposición se compone de bases antisísmicas (proyecto ENEA) y de dispositivos que atan las estatuas a estas bases, estos últimos constituidos por varillas de acero y cables cuya tensión debe verificarse instrumentalmente con el sistema de vigilancia. En esencia, los datos que produce son esenciales para controlar el equilibrio estático de los Bronces, así como importantes para prevenir el desencadenamiento de determinados procesos de degradación.
Como en 2017, intentamos pedir aclaraciones al director del Museo Arqueológico Nacional de Reggio Calabria, Carmelo Malacrino. Para saber también qué técnicos han sustituido a los del ICR y por qué motivos se ha interrumpido esta colaboración entre dos Institutos del Ministerio. Es una pena que el director no haya contestado tampoco esta vez. A pesar de que en la motivación del prestigioso “Premio Internacional Satyrion de Arqueología”, que recibió en Taranto el pasado 24 de septiembre, se lee: “Carmelo Malacrino ha sabido conjugar de manera ejemplar gestión y estudio, enseñanza e inclusión, conservación y valorización, innovación, comunidad e internacionalización [...]”.
Entre premios y visitas de excelencia al museo, como las de hace unos días de miembros de la Comisión de Desarrollo Regional (REGI) del Parlamento Europeo o del Príncipe Albero de Mónaco, si pudiéramos ir más allá de las vitrinas para entender cómo son realmente las cosas, sería un buen servicio a la práctica de la “conservación” que ha convertido en el mascarón de proa de su cargo el subsecretario Vittorio Sgarbi, siempre atento a la cuestión Bronzi. Que la conferencia internacional “Los Bronces de Riace. 50 años de estudios e investigaciones”, que se celebrará en los próximos días (10-11-12) precisamente en el Museo Arqueológico de Reggio y donde, entre otros, además de Malacrino, el propio Ciabattoni pronunciará un discurso?
Recuperación: 16 de agosto de 1972
Recuperación: 21 de agosto de 1972
1ª restauración (RC): de 1972 a 1975
2ª restauración (FI): de 1975 a 1980
Exposición de Florencia: 1980 (15-12-1980 / 24-06-1981)
Exposición de Roma: 1981 (29-06 / 12-07-1981)
Llegada a Rc: 2 de agosto de 1981 (inauguración oficial el 3-08)
Inicio de las actividades de diagnóstico y conservación del ICR sobre los Bronces de Riace
Estudio interno (endoscopia): 1986 - 1987
3ª Restauración: 1992 a 1995
Adquisición de formas (escaneado láser): 2007
4ª Restauración: 2009 a 2013
50 aniversario del descubrimiento: 16 de agosto de 2022
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.