Cómo empezar a coleccionar arte: consejos y sugerencias de Vittorio Gaddi


¿Dónde empezar una colección de arte? Las indicaciones y sugerencias de uno de los principales coleccionistas de arte italianos, Vittorio Gaddi.

En primer lugar, creo conveniente hacer una premisa: mi intervención, siendo coleccionista de arte contemporáneo, sólo puede limitarse a esta rama del coleccionismo, ya que carezco por completo de conocimientos sobre el coleccionismo de arte antiguo.

Basándome en mi experiencia personal, intentaré dar algunas indicaciones para quienes pretendan iniciarse en el coleccionismo, elaborando una especie de decálogo, que no pretende ser exhaustivo ni portador de verdades absolutas:



1) Consultar las revistas especializadas más acreditadas, tanto impresas como “online”, incluidas las extranjeras como Artforum y Frieze, sin desdeñar detenerse en los anuncios, de los que, no pocas veces, se pueden obtener datos interesantes;

2) Educar la vista visitando los museos, galerías y ferias más autorizados;

3) Contar hasta cien (en el sentido de evitar el entusiasmo ante una obra que acabamos de ver de un artista del que no sabemos nada) antes de decidir la compra; cuando se trata de la obra de un artista que no conocemos o del que sabemos poco, pedir a la galería el currículum vitae del autor, evitando comprar obras de artistas que aún no han expuesto en solitario o que al menos no han participado en exposiciones colectivas en espacios públicos o en galerías autorizadas; En estos casos, de hecho, el riesgo de equivocarse y comprar una obra de un artista que siempre seguirá siendo un don nadie es muy alto y la ambición de un coleccionista, en mi opinión personal, debería ser adquirir obras de artistas que no desaparezcan;

4) Evitar comprar a galerías desconocidas favoreciendo a artistas, incluso jóvenes, que formen parte del establo de galerías prestigiosas: el apoyo de una galería con buena reputación entre los iniciados es un trampolín casi indispensable para que un artista alcance el éxito; de hecho, la bravura por sí sola no basta para determinarlo;

5) Intercambiar puntos de vista e información con otros coleccionistas; a este respecto, puede ser útil afiliarse a una asociación de coleccionistas (yo, por ejemplo, soy miembro de “Collective” que, por cierto, está a punto de lanzar un nuevo premio para jóvenes artistas en colaboración con el Castello di Rivoli, que adquirirá la obra ganadora en su colección) para intercambiar puntos de vista con un gran número de personas competentes que alimentan la misma pasión;

Colección Nunzia y Vittorio Gaddi
Colección Nunzia y Vittorio Gaddi

6) Evitar seguir los fenómenos de moda, ya que existe un riesgo bastante elevado de burbujas especulativas y de que ciertas subidas repentinas de las cotizaciones (a menudo alimentadas por adjudicaciones a valores fuera de mercado en las subastas) se desplomen en el mismo breve espacio de tiempo en el que habían subido desproporcionadamente;

7) Favorezca a los artistas (que no son necesariamente aquellos cuyos precios son más elevados) que gozan, aunque sean jóvenes y aún no estén plenamente establecidos, de una buena reputación entre los críticos y comisarios “que importan”;

8) Desconfíe de la información proporcionada por la televisión generalista y la prensa no especializada, que suele ser engañosa y poco fiable;

9) Evitar comprar una obra con la intención de revenderla en cuanto aumente su valor; no pretendo demonizar a quienes revenden ocasionalmente obras que forman parte de su colección para comprar otras que consideran mejores o para obtener dinero con el que aumentar numéricamente su colección, pero me niego a considerar coleccionistas, sino empresarios, a quienes compran con intenciones puramente especulativas;

10) Finalmente, el último elemento, que, desgraciadamente, no sólo se adquiere con la experiencia y el dinero, sino que es sobre todo, creo yo, algo innato: el llamado “olfato”, lo que yo llamo el “sexto sentido”, que hace que el buen coleccionista se dé cuenta de cuándo una obra es realmente importante y no debe dejarla escapar de ninguna manera.

Sacando conclusiones, el éxito de una colección depende de la mezcla de dos factores aparentemente antitéticos: el instinto y la racionalidad; como en un cóctel que se precie, el equilibrio logrado entre los distintos ingredientes determina la calidad del resultado final y sólo quien encuentre el justo equilibrio entre pasión y raciocinio logrará convertirse en un buen coleccionista.

Esta contribución se publicó originalmente en el nº 15 de nuestra revista impresa Finestre sull’Arte Magazine.Haga clic aquí para suscribirse.


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