¡Buenos días MiBACT! Por fin respuestas sobre las asignaciones directas y el sur: pero no satisfactorias

Una respuesta directa del gabinete de prensa del MiBACT a las quejas populares es algo decididamente infrecuente: Sin embargo, el problema de los dos comunicados emitidos ayer por la tarde, con los que el ministerio intentaba hacer balance de algunas cuestiones planteadas primero por asociaciones de defensa del patrimonio cultural y publicaciones del sector (entre ellas la nuestra) y retomadas después de unos diez días en un par de artículos publicados el sábado en Corriere della Sera y Repubblica (por los colegas Federico Fubini y Cesare De Seta, respectivamente), radica en que las respuestas parecen demasiado elusivas y proclives a un burocratismo duro y tenaz.

Empecemos por la distribución del fondo de ayuda a las actividades comerciales de las ciudades “turísticas”, que está muy desequilibrada hacia las ciudades del norte de Italia (sólo dos del sur aparecen entre las veinte primeras, y la cuenta asciende a nueve si se tienen en cuenta las 29 localidades). Dirigiéndose directamente al director de Repubblica, la oficina de prensa del MiBACT afirma que “la intervención se construyó para compensar las pérdidas de los negocios abiertos al público que más están sufriendo la contracción del turismo internacional”, y que por consiguiente la clasificación se elaboró en función de la proporción de presencias extranjeras con respecto a los habitantes de los territorios en cuestión. Sin embargo, aún no se entiende por qué se debe premiar a las localidades que han perdido presencias del extranjero y no a las que viven en gran medida del turismo italiano y probablemente sufren en términos absolutos de la misma manera y quizás incluso más, si tenemos en cuenta que, por ejemplo, las provincias de Salerno (6 millones de presencias en 2019, datos de Istat), Lecce (5 millones) y Perugia (4,7 millones), fueron excluidas de las listas MiBACT, que en cambio premiaron a provincias con cifras menores (por ejemplo, Como con 3,35 millones, Verbania con 2,9 y La Spezia con 2,5) pero con una mayor presencia de extranjeros, no en términos absolutos, sino simplemente en relación con la población residente (dado que en algunos casos las cifras absolutas de turistas extranjeros en algunas provincias excluidas superan a las de las provincias que están incluidas en el desglose).

Luego está el plan estratégico "Grandes Proyectos de Patrimonio Cultural“, criticado porque las últimas dotaciones prevén que, de un total de 103 millones de euros, sólo 3 millones se destinen al sur. La oficina de prensa de MiBACT señala un elemento bien subrayado en los informes técnicos del plan: ”el Plan Estratégico tiene precisamente la función de restablecer (en la medida de lo posible) el equilibrio financiero entre las importantes inversiones de las políticas de cohesión, tanto nacionales como de la UE, que prevén la asignación de casi todos los recursos en el Sur (el Fondo de Desarrollo y Cohesión prevé una asignación del 80% a las regiones meridionales y del 20% a las regiones septentrionales) y, por lo que respecta a los recursos de la UE, en Campania, Apulia, Calabria, Basilicata y Sicilia“. En realidad, hay que señalar que el Plan Stralcio para el área temática ”Cultura y Turismo" se desvía de la proporción 80-20 (Resolución CIPE 3 de 2016), en virtud del hecho de que el Programa Operativo Nacional (PON) que emplea los recursos comunitarios a los que se refiere la oficina de prensa del MiBACT está en realidad reservado, al 100%, para cinco regiones del sur (Campania, Apulia, Calabria, Basilicata y Sicilia).

El Parque Arqueológico de Sibari (Calabria), único yacimiento del sur de Italia que recibió recursos en la última ronda de asignaciones del plan estratégico de Grandes Proyectos de Patrimonio Cultural.

Sin embargo, uno se pregunta (y no creo ser el único, ni el primero en preguntárselo) si la función igualadora de los planes reservados a las regiones del sur no se ve en cierto modo menoscabada por las fastuosas asignaciones que el plan de “Grandes Proyectos de Patrimonio Cultural” reserva a las regiones del centro-norte, sobre todo si se tiene en cuenta que en el sur (como en el norte, por lo demás) sigue habiendo muchas situaciones problemáticas, y las últimas asignaciones premian proyectos que son completamente inútiles (como la Casa dei Cantautori en Génova) o que en esta difícil contingencia histórica ciertamente no constituyen prioridades (como el Museo de la Lengua Italiana) o que es difícil pensar que tengan relevancia nacional (como la “Cà del Dutùr” en Monte Isola, que será un tercio centro comunitario local, un tercio sede de exposiciones y un tercio albergará un museo sobre Los muelles flotantes de Christo). Por supuesto, MiBACT podría considerar adecuadas inversiones similares (justo lo contrario de lo que piensa la mayoría de las bases), pero sería más interesante que el debate tuviera lugar antes, y no después, de que se decidieran las asignaciones.

Por último, en respuesta a Federico Fubini, el ministerio hace saber que “no habrá contrataciones discrecionales sin concurso y sin títulos”. Se entendía perfectamente que esta lluvia de nombramientos por convocatoria directa era una especie de medida provisional. Pero, por otra parte, tal medida no puede sino considerarse arriesgada, si se tiene en cuenta que podría ser un viático hacia un agravamiento de la precariedad que afecta a los profesionales del patrimonio cultural, como ya se ha señalado ampliamente. Pase el momento histórico que no sea ciertamente el mejor, y pase la comprensible prudencia del MiBACT: uno espera, sin embargo, que no se convierta en costumbre. El hecho es que, por fin, la oficina de prensa admite en una carta dirigida al director del periódico más popular de Italia (y por tanto no en documentos internos), que el ministerio sufre una “grave escasez de personal que afecta a todas las oficinas y en particular a las superintendencias”. Esperemos que éste sea el comienzo de un debate público serio sobre el tema.

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