Ales no renueva los contratos de los trabajadores: ¿cerrarán los museos después del 15 de enero?


Ales, la empresa interna del Ministerio de Cultura, ha comunicado a sus trabajadores de los servicios museísticos al público que sus contratos, que vencen el 31 de diciembre, no serán renovados. Una mala Navidad para los trabajadores.

La ya negra Navidad de la cultura, cerrada y al margen del debate político, se enriquece con un nuevo capítulo preocupante. En una serie de correos electrónicos privados enviados entre el 14 y el 18 de diciembre, Ales spa, la empresa instrumental del Ministerio de Cultura y Turismo, 100% propiedad del mismo, comunicó a sus empleados que no se renovarán todos los contratos que vencen el 31 de diciembre de 2020 y que tienen que ver con los servicios al público de museos y sedes culturales, siguiendo “lo establecido por el Decreto del Primer Ministro del 3 de diciembre de 2020” que suspende las exposiciones y los servicios abiertos al público de estas sedes.

Se trata de al menos un centenar de trabajadores distribuidos en diferentes regiones italianas, pero en mayor número en Toscana, Lacio y Campania. Algunos llevaban contratados unos meses, otros años y esperaban a que sus contratos se convirtieran en indefinidos. Este golpe sigue a una primera congelación de las renovaciones de contrato que había afectado a los empleados de la ALES en marzo, pero con una profunda diferencia: en marzo, la empresa se había comprometido a volver a contratar a los trabajadores una vez superada la emergencia, ahora nada de eso. “A diferencia de marzo, no hemos recibido ni siquiera un documento con membrete, sino sólo un correo electrónico, sin firmar, enviado por la administración”, explica un trabajador que pidió permanecer en el anonimato. “Prometen a todos los trabajadores que serán contratados cuando se reabran los museos, pero a falta de un compromiso por escrito, ¿de qué vale esta promesa verbal?”. El texto del correo electrónico se hizo público el 22 de diciembre en la página de facebook de la asociación Mi Riconosci?, mientras que ya el 15 de diciembre la senadora Virginia La Mura (M5S) había presentado una pregunta parlamentaria a los ministros de Cultura y Trabajo. El número de trabajadores implicados no está claro: sólo entre Pompeya, el Coliseo y los Uffizi hay más de 60 personas que se quedarán en casa, pero decenas de otras instituciones de toda Italia están implicadas. De momento, Ales spa no ha hecho ningún comentario al respecto.

Correo recibido de uno de los trabajadores de Ales
Correo recibido de uno de los trabajadores de Ales


Correo recibido de uno de los trabajadores de Ales
Correo recibido de uno de los trabajadores de Ales

Ningún comentario ni siquiera del Ministerio de Cultura, que parece ser el responsable directo del incidente. De hecho, el11 de marzo, según informó la senadora Margherita Corrado, el director general de Presupuestos del MiBACT pidió a todas las oficinas periféricas y museos autonómicos que comprobaran si era posible suspender los contratos con Ales y, por tanto, en ausencia de contrato, no renovar las asignaciones de trabajo. Esta medida navideña parece estar en continuidad directa con esa política. Pero plantea un problema añadido: el Estado que decide unilateralmente cerrar museos permite que una de sus empresas instrumentales, precisamente en base a ese cierre, deje en casa a cientos de personas sin trabajo y, en muchos casos, sin amortiguadores. E incluso si las comunicaciones ministeriales son nulas en este ámbito, hay que imaginar que no habrá reapertura de los museos el 15 de enero, cuando expira el actual Decreto del Primer Ministro: de otro modo sería inexplicable la decisión de Ales de no renovar las medidas compensatorias por sólo 15 días más de cierre. Por tanto, hay que imaginar que, mientras la prensa y los ciudadanos no estén informados, el cierre indefinido de los sitios culturales es ya una realidad establecida en los pasillos ministeriales y como tal comunicada a la dirección de Ales.

Por último, huelga decir que una medida así no sólo es muy poco ética, sino que denuncia una profunda incomprensión del trabajo museístico: en un momento en que es necesario repensar los museos y su uso, ¿cómo pensar en hacerlo y reabrirlos con seguridad si el personal, ya de por sí escaso, se reduce radicalmente durante los meses de cierre?


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