Una delicada Virgen petrarquista de Zanobi Machiavelli en Fucecchio


El Museo Civico di Fucecchio alberga una hermosa Virgen con el Niño de Zanobi Machiavelli con versos de una canción de Petrarca.

En la primera planta del Museo Civico di Fucecchio, en la sala dedicada a las pinturas y artes menores de los siglos XIII al XV, la atención del visitante se verá cautivada por un pequeño panel, una delicada Virgen con el Niño de gran elegancia y refinamiento. El autor es un artista, pintor y miniaturista florentino del siglo XV: se trata de Zanobi Maquiavelo (Florencia, 1418 - Pisa, 1479). Según Vasari, fue alumno de Benozzo Gozzoli: poco probable, dado que Benozzo era más joven, aunque Zanobi, sobre todo en una fase avanzada de su carrera, había demostrado que recibía diversas influencias de Benozzo. Lo que sí es cierto es que podemos incluir a Zanobi en el grupo de artistas de la llamada “pintura de luz”, definición ampliamente utilizada a partir de una exposición celebrada en Florencia en 1990 y comisariada por Luciano Bellosi: expresión con la que se ha hecho habitual designar aquel arte que, en la Florencia de mediados del siglo XV, partió de las realizaciones de Masaccio para reelaborarlas según una interpretación renovada del color, más brillante, más luminoso, con sombras más definidas, con una luz que, gracias a efectos hábilmente dosificados, se extendía por el espacio haciéndolo más claro y aún más agradable. La pintura“, escribía Bellosi en el catálogo de aquella exposición, ”se vuelve clara, como el cielo cuando está despejado, como el aire cuando es primavera; e incluso las sombras se vuelven nítidas y transparentes". Artistas como Beato Angelico, Domenico Veneziano, Alesso Baldovinetti, Giovanni di Francesco y el propio Benozzo Gozzoli fueron los principales artífices de esta renovación.

Zanobi Machiavelli, Madonna in adorazione del Bambino (1460-1470 circa; tavola, 77,5 x 58 cm; Fucecchio, Museo Civico)
Zanobi Machiavelli, Virgen en Adoración del Niño (c. 1460-1470; tabla, 77,5 x 58 cm; Fucecchio, Museo Civico)


La sala del Museo di Fucecchio che ospita la Madonna col Bambino di Zanobi Machiavelli
Sala del Museo de Fucecchio que alberga la Virgen con el Niño de Zanobi Machiavelli. Foto Crédito Finestre Sull’Arte


Zanobi Machiavelli, San Jacopo (1463; tavola, 164,5 x 63 cm; Berlino, Staatliche Museen)
Zanobi Machiavelli, Santiago (1463; tabla, 164,5 x 63 cm; Berlín, Staatliche Museen). Foto Crédito Fototeca Zeri.
La Virgen con el Niño de Zanobi Machiavelli también forma parte de este clima, fechable en un periodo comprendido entre 1460 y 1470 (y para el propio Bellosi antes de 1463), es decir, cuando la investigación de los pintores claros alcanzó su fase más extrema. La obra ahora conservada en el Museo Cívico de Fucecchio estuvo en su día en la colegiata de San Giovanni Battista, principal lugar de culto del pueblo toscano: decoraba en particular la capilla de Santa Lucía. La Virgen de Zanobi tiene rasgos adolescentes, un bello rostro sonrosado enmarcado por cabellos rubios, descubiertos por el velo, separados por una raya y peinados hacia atrás. Alrededor del rostro hay una aureola que parece casi obra de un orfebre y que lleva, según la iconografía, la inscripción “Ave Maria gratia plena”. La Virgen está de pie frente a su hijo, con las manos juntas en oración, la mirada absorta e imperturbable, mientras él se inclina, mueve las piernas de un lado a otro y, naturalmente, se lleva el dedo índice de la mano izquierda a la boca, como haría cualquier niño de su edad (y como hacía el Niño Jesús de Masaccio en el Políptico de Pisa: el de Zanobi Machiavelli parece una repetición de la figura de Masaccio). Una cortina, detrás de las dos figuras, enmarca la escena. Detrás de los protagonistas, un muro de mármol, presencia frecuente en los cuadros realizados en la Florencia de mediados del siglo XV. Más allá del muro, un jardín en el que crecen plantas de granada: una solución iconográfica muy peculiar, ya que el fruto, asociado a la Pasión de Cristo (los granos rojos aluden a las gotas de sangre derramadas por Jesús en la cruz), suele ser sostenido por el Niño, o en todo caso se encuentra en primer plano, en una posición claramente visible.

Las figuras están trazadas según un riguroso planteamiento gráfico: el dibujo establece contornos claros y precisos y da vida a formas que luego viven en la luz y los colores suaves típicos de los pintores ligeros. Se trata de un signo particularmente seco y claro (véanse, en particular, los drapeados del vestido rojo de la Virgen, que caen casi perpendicularmente), hasta el punto de llevar a un gran historiador del arte como Mario Salmi a atribuir la tabla al citado Giovanni di Francesco, ya que él también demostró una manera similar de dibujar. Una manera dependiente, además, de las sugerencias aportadas por el arte de Filippo Lippi, otro artista al que se suele asociar la Madonna de Fucecchio, asignada ahora sin duda alguna a Zanobi Machiavelli (Marilena Tamassia hablaba de una obra de “cultura lippesca” en su contribución de 1993). Y Carlo Ragghianti hablaba también de un “pequeño pintor lippesco próximo a Zanobi Machiavelli” en una contribución de 1938 (no es ningún misterio que Zanobi era un pintor muy próximo a Filippo Lippi). Sin embargo, Bernard Berenson ya había formulado con certeza el nombre de Zanobi en 1932 en su Italian Pictures of the Renaissance: Las afinidades evidentes con una Madonna totalmente similar de la colección Pallavicini, y con el San Jacopo de Berlín, obra firmada y fechada en 1463 (que también sirvió de base para datar la Madonna de Fucecchio), dieron entonces la razón al erudito americano, y hoy el nombre de Zanobi Machiavelli (confirmado más tarde por otros historiadores del arte, como Anna Matteoli y Gigetta Dalli Regoli), ya no está en duda.

Dettaglio del Bambino nella Madonna di Fucecchio di Zanobi Machiavelli
Detalle del Niño en la Madonna di Fucecchio de Zanobi Machiavelli


Dettaglio del Bambino nel Polittico di Pisa di Masaccio
Detalle del Niño en el Políptico de Pisa de Masaccio


Zanobi Machiavelli, Madonna col Bambino e angeli (1460-1470 circa; tavola; Roma, Collezione Rospigliosi Pallavicini)
Zanobi Machiavelli, Virgen con el Niño y ángeles (c. 1460-1470; tabla; Roma, Colección Rospigliosi Pallavicini)

Entre las peculiaridades por las que destaca el cuadro se encuentra una presencia inusual. Observe el borde del manto de María: notará una inscripción que recorre todo el borde. “VIRGEN [...] DI SOL VES[...] CHORON[...] AL SOMO S[...] AMOR MI SPINSE A DIR DI TE PAR[...] CHOMINCI[...] TUA AITA”. Las partes de estos versos que faltan están ocultas a la vista por los pliegues del manto, pero son suficientes para que podamos reconocer en ellos algunos versos de Francesco Petrarca. En particular, se trata delincipit de la canción 366 (es decir, la canción conclusiva) del Canzoniere, enteramente dedicada a la Madonna: “Vergine bella, che di Sol vestita, / Coronata di stelle, al sommo sole / Piacesti così, che ’n te sua luce ascose; / Amor mi spingse a dir di te parole: / Ma non so ’ncominciar senza tua aita”. Encontramos los mismos versos en la orla del manto con la Madonna de la colección Pallavicini, que, como se anticipó, es muy cercano en estilo al del Museo de Fucecchio. En realidad, no disponemos de muchos elementos para comprender de dónde surgió la idea de adornar a la Virgen con versos petrarquistas y, por tanto, no sabemos si fue el artista quien insertó espontáneamente el motivo porque sentía una especial predilección por las canciones de Petrarca, o si habiendo experimentado con éxito la inserción de la letra en uno de sus paneles, se le pidió entonces que la replicara.

Dettaglio del manto della Vergine nella Madonna di Fucecchio di Zanobi Machiavelli
Detalle del manto de la Virgen en la Madonna di Fucecchio de Zanobi Machiavelli


Zanobi Machiavelli, Madonna col Bambino e angeli (1460-1470 circa; tavola; New Haven, Yale University Art Gallery)
Zanobi Machiavelli, Virgen con el Niño y ángeles (c. 1460-1470; panel; New Haven, Yale University Art Gallery)


La Madonna di Fucecchio prima dei restauri
La Madonna di Fucecchio antes de la restauración

Lo cierto es que se trata de un homenaje muy refinado a la Virgen, que ahora vemos mutilada desde que la obra fue talada en el pasado. El hecho de que la obra haya sufrido algunas alteraciones, algunas de ellas considerables, queda demostrado por las fotos que muestran el estado de la obra antes de la restauración (sufrió dos: una entre 1958 y 1967, y otra entre 1999 y 2001): a la cabeza de la Virgen con el Niño se le añadieron dos coronas, que afortunadamente fueron retiradas. Una Madonna que, con su referencia petrarquista, es muy significativa porque nos habla no sólo de un artista culto, familiarizado con la literatura, sino también de un medio cultural un tanto laico, caracterizado por una cultura humanista que permitía a un pintor incluir, en un cuadro así, no un himno religioso, sino los versos de un poeta que había cantado al amor. Hay que decir que las citas similares no eran muy frecuentes, aunque Zanobi Machiavelli hizo uso de ellas en otras ocasiones: hay otra Madonna, conservada en la Yale University Art Gallery, en la que aparece una cita del Canto XXXIII del Paradiso de Dante Alighieri. Una muestra más de que Zanobi Maquiavelo era un artista muy literario.

Con la obra de Fucecchio, Zanobi Machiavelli demuestra así que era un artista capaz de demostrar buena cultura y atento a los estímulos que podía encontrar a su alrededor, capaz de producir una obra de gran delicadeza y elegancia, dotada de un sentimiento decididamente íntimo y doméstico pero no exento de preciosismo, versátil en su inserción en el marco de una tradición y al mismo tiempo introductor de elementos originales e insólitos. Y su Madonna es un importante, espléndido y notable testimonio de una cultura figurativa que supo traspasar los confines de la ciudad de Florencia e irradiar gran parte de la Toscana.

Bibliografía de referencia

  • Rosanna Caterina Proto Pisani, Museo di Fucecchio. Guía para visitar el museo y descubrir su territorio, Edizioni Polistampa, 2006
  • Rosanna Caterina Proto Pisani, La colección de arte sacro del Museo de Fucecchio, Lo Studiolo, 2004
  • Paolo Dal Poggetto, Museo di Fucecchio, Tipografía STIAV, 1969
  • Mario Salmi, Paolo Uccello, Domenico Veneziano, Piero della Francesca e gli affreschi del Duomo di Prato en Bollettino d’arte, 3, 28 (1934), pp. 1-27
  • Bernard Berenson, Italian Pictures of the Renaissance, Oxford University Press, 1932


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