Tres museos de distintas épocas en uno: el Museo Leone de Vercelli

No muy lejos del centro museístico ARCA y de la Torre dell’Angelo, se alza una de las joyas museísticas de Vercelli: el Museo Leone. De hecho, el museo reúne tres edificios de tres épocas diferentes, por lo que visitar las instalaciones de Via Giuseppe Verdi es como visitar tres museos. La visita al museo comienza con la Casa Alciati, un ejemplo de mansión renacentista. En una estructura en forma de claustro con un patio interior se encuentran nueve salas con frescos que albergan uno de los ciclos pictóricos más importantes de principios del siglo XVI en Piamonte. Los frescos fueron ejecutados por un grupo anónimo de artistas entre finales del siglo XV y principios de la tercera década del siglo XVI, basándose en grabados e invenciones decorativas de gusto arqueológico y dando fe de un excelente conocimiento de las obras pictóricas romanas posteriores de Miguel Ángel, Rafael y Baldassarre Peruzzi. Sin embargo, dada la amplitud del ciclo, es casi seguro que debió de tratarse de un grupo de artistas bastante numeroso.

Las salas pintadas al fresco revelan temas que van de lo mitológico a lo histórico, pasando por lo religioso. Se reconocen figuras gráciles, unicornios, rostros, jugadores, grotescos, rostros de leones. Una sala presenta figuras femeninas sentadas en tronos en las paredes, intercaladas con cariátides, y una franja superior con jóvenes figuras masculinas desnudas que dominan dragones. Aunque se conservaron en la casa de una de las familias más prominentes de Vercelli, los Alciati, y por lo tanto probablemente fueron vistos por sus invitados, parece que los frescos permanecieron casi “invisibles” a los ojos de los artistas, literatos e historiadores de la ciudad, ya que sólo fueron redescubiertos en la década de 1930 , tras unas obras de renovación, bajo una capa de decoloración. No existen registros precisos de estos frescos: un hecho bastante extraño si se piensa que un ciclo de frescos de tal envergadura no despertó el interés tanto de los contemporáneos de los Alciati como de los cuatro siglos siguientes.

Una manga de conexión conduce de la Casa Alciati al Palacio Langosco, la parte barroca del Museo Leone. La manga de conexión existe desde 1939: de hecho, se inauguró con motivo de la visita de Benito Mussolini a Vercelli para la exposición Vercelli y su provincia de la romanidad al fascismo. Diseñada por el arquitecto Cavallari-Murat y acondicionada por el entonces director de los museos de Vercelli, Vittorio Viale, el ala de conexión está formada por una serie de salas en las que cada una evoca la época histórica de los objetos expuestos. Desde un antiguo peristilo, la Sala de las Columnas, el visitante pasa por una basílica romana (la Sala Romana), el ábside de una iglesia paleocristiana (la Sala del Crucifijo), los restos de la iglesia románica de Santa Maria Maggiore, hasta la Sala de los Plásticos con sus ventanas medievales de triple lanceta. En esta ala, el Museo Leone alberga también los lapidarios recogidos y estudiados en Vercelli por el padre barnabita Luigi Bruzza, amigo de Camilo y tan apasionado como él por la arqueología y la cultura. También es posible ver el molde del Crucifijo de la catedral de Vercelli, obra maestra de la orfebrería románica del siglo XI, y las esculturas del púlpito de la catedral, realizadas en la tercera década del siglo XIII (el púlpito fue destruido en 1570 y en esa época comenzó la dispersión de las esculturas que lo componían).

Al final de la manga de conexión, llegamos al Palacio Langosco, que presenta una estructura arquitectónica del barroco tardío. De planta trapezoidal abierta, el edificio fue realizado en 1742 por iniciativa de Gioachino Ignazio dei conti Langosco di Stroppiana, descendientes de la familia Langosco de Casale Monferrato, renovando dos cuerpos preexistentes y conectándolos por el lado norte con un ala caracterizada por un atrio señorial y una escalera monumental. El portal de entrada y el atrio están decorados con estucos del siglo XVIII con motivos arquitectónicos y vegetales; los estucos también se encuentran en los festones florales que decoran las ventanas de las habitaciones de la planta baja y del piso principal. Estas salas también tienen frescos en las bóvedas con temas alegóricos o mitológicos. En el atrio, al pie de la escalera, se conserva el salón de gala del obispo Carlo Martiniana que, según la tradición, fue utilizado por Napoleón cuando pasó por Vercelli con motivo de la batalla de Marengo en 1800.

En el siglo XIX, el palacio sufrió nuevas transformaciones, en particular a partir de 1871, cuando el edificio fue heredado por el notario y coleccionista Camillo Leone (ya en 1838, la familia Leone sucedió a la familia Langosco en la propiedad). Camillo utilizó algunas de las habitaciones para vivir allí, mientras que las restantes sirvieron para exponer sus colecciones de arte. De hecho, sus colecciones de artes aplicadas, filigranas y armas, que abarcan desde el siglo XVI hasta el XIX, aún se conservan aquí. En 1876, el notario abandonó su profesión para dedicarse por completo al coleccionismo. Una amplia colección difícil de etiquetar, ya que, como escribió en su testamento, sus colecciones eran “objetos antiguos de cualquier clase y naturaleza”, y con ellas “existentes en los dos pisos de mi casa que dan a la Via della Torre”, quiso “que se erigiera en mi ciudad natal un museo que lleve el nombre de mi familia: museo que nunca, por ningún motivo ni circunstancia, podrá ser transportado ni enajenado”.

La primera apertura pública del Museo Leone tuvo lugar en 1910, tres años después de su muerte. El objeto más preciado de la colección es sin duda la arqueta del cardenal Guala Bicchieri , de fabricación lemosina y datada entre 1220 y 1225. La arqueta tiene medallones esmaltados: quince, en cobre dorado reservé, tienen grabados temas profanos, como la caza, la caballería y el amor cortés, excepto uno que representa a San Jerónimo y el león; dos medallones muestran alegorías de los meses de febrero y abril y otro dos luchadores semidesnudos. El cardenal, que inició la construcción de la basílica de San Andrés de Vercelli, donó la preciosa arqueta al abad de la misma basílica, Tommaso Gallo, en 1224. Camillo Leone la compró en el mercado de antigüedades en 1883 por la suma de 8.000 liras (la nota de compra manuscrita, fechada el 2 de agosto de 1883, también está expuesta en el museo junto a la arqueta). Se trata del único objeto que perteneció a Guala Bicchieri que aún se conserva en Vercelli.

Además de las colecciones de arte, Camillo Leone poseía una rica colección de libros antiguos, hoy reunida en la biblioteca del museo situada en la Casa Alciati. Los libros eran para él una pasión, tanto para coleccionarlos como para consultarlos con el fin de profundizar en sus conocimientos históricos, arqueológicos, artísticos y numismáticos. La Biblioteca conserva manuscritos iluminados, ediciones raras relacionadas con la zona de Vercelli, incunables y cinquecentistas; también hay manuscritos y textos de los siglos XVII al XIX sobre diversos temas: desde derecho a medicina, literatura, historia, arquitectura y arte, numismática y cerámica.

Desde hace más de cien años, el Museo Leone conserva la rica y variada colección de su fundador y cuenta la historia de Vercelli y de su territorio, del que es testigo y guardián.

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